Capítulo 14

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MAX POV

Estoy celoso.

Tremendamente celoso que me dan ganas de golpear mi puño por la pared y romper una y otra vez el rostro de José en pequeños pedazos. Y luego, hacer polvo cada pequeño pedazo hasta que no quede nada. Entonces, su rostro sería historia.

¿Lo notan? Hasta estoy inspirado, mierda.

Esto apesta en grande; estoy sentado en la oscuridad, mi rostro oculto por las sombras mientras observo a Amy hablar con el imbécil de José. Por todos los balones de oro del mundo, hasta actúo como un psicópata que acecha en la oscuridad. Definitivamente esto me gana.

Froto mi rostro y bajo los hombros, me inclino hacia adelante, con los codos apoyados sobre las rodillas, mientras me digo que no levante la mirada pues sé que me llevaré un chasco.

Un estilo de música movida del cuál no tengo la menor idea de cómo se llama,  impregna el aire de la noche. Sin siquiera moverme de este lugar de acosador, sé que muchos chicos y chicas se encuentran bailando llenos de energía luego de una semana muy pesada llena de exámenes.

Es el cumpleaños de Kiara. Finalmente dieciocho años. Y ha invitado a todo el curso a su casa y por supuesto, media promoción está aquí está noche. Aún no son las doce y más de la mitad de los jóvenes están borrachos y tres cuartos. Hace meses la única manera de entrar a este tipo de fiestas era colándome, pero ahora, era un invitado de ella. Oh, bueno. Eso se llama avance.

Una amiga cumple dieciocho, es motivo de festejo y yo estoy aquí amargándome mientras entro en modo acosador y psicópata. Oh, que se joda. Me digo que me importa tres huevos mientras me levanto de este incómodo asiento y voy hacia las bebidas.

Esta noche es de festejo y de relajamiento. Hay que dejar de pensar en todo. Y claro, mucha bebida ayudará a este proceso importante en la vida de todo joven. Si a ella le gusta hablar con ese duende de orejas puntiagudas pues que se vea ella. No tengo por qué estar tan pendiente de cada movimiento que hace, o eso es lo que me digo una y otra vez.

Con eso en mente, sabiendo que no soy del todo honesto conmigo mismo, empiezo una nueva tanta de bebida. Qué va, todo es motivo de festejo hoy en día. Por ejemplo, la bendición a quien sea que haya inventado las polleras cortas, estas alegran la vista. Sin duda alguna.

Sonrío mientras observo pasar a una chica vistiendo un short corto. Nah, también bendiciones a quién sea que haya creado los shorts extremadamente cortos.

Algo me golpea el hombro.

—¡Max! —grita Chad en mi oído y lo aparto de un empujón hacia atrás y digo:

—Oye, que la música está alta pero no soy sordo, hombre.

Chad sonríe— Lo sé —niego con la cabeza dando otro sorbo a la bebida que tengo en mano. Que idiota. Chad observa el ambiente que lo rodea y dice: — Interesante. Todo muy… —una chica de un largo cabello rubio pasa a nuestro costado—… interesante. Mis ojos ya no saben dónde mirar amigo, tantas chicas…

Sonrío y niego con la cabeza, pensando en que está en lo cierto, pero luego, sin querer queriendo, mis ojos se desvían hacia un lado, y no la encuentro de pie en dónde lo estaba hace diez minutos.

Lanzo un gruñido. Ojala yo tuviera ojos para más chicas en estos momentos. Siento que en cualquier momento me va a dar un dolor de cabeza si no dejo de pensar.

Para la próxima tanda, incremento la dosis de bebida. Esto no me hace ni cosquillas. No es tan fácil tumbarme con alcohol.

Sin embargo, hora y media después, no puedo decir lo mismo de Amy. La he visto subir a una mesa y bailar junto con Kiara a toda energía. Y mi idea de no estar pendiente acerca de ella se fue a la basura mientras la observaba hacer ese pequeño show. Mis ojos recorriendo su figura, empezando por esas hermosas, largas y bronceadas piernas que lucían allí mientras se movía al ritmo de la música sobre la tabla de madera.

Él es malas noticias!Where stories live. Discover now