Capitulo 24.

6.7K 355 36
                                    




"A veces cuando las cosas parecen estarse cayendo a pedazos, tal vez en realidad sólo están cayendo en su lugar."


TAYLOR'S POV.


No considero que sea un secreto para nadie lo mucho que yo aborrecía venir a trabajar cada día desde hace dos años. Tampoco es un secreto el hecho de que no tenía ni pajolera idea de qué se hacía en ésta empresa o de cómo debía desempeñar el puesto que me asignaron. No me gustaba. No lo sabía. Y no quería aprenderlo tampoco.

Pero en la vida, todo forma parte de un péndulo, y un día puedes estar arriba y al otro estar abajo. Un día puedes querer algo fervientemente y al siguiente querer verlo desaparecer. Nada en la vida es permanente, afortunadamente, o desgraciadamente, según sea el caso. Un día yo dije que no quería saber nada de esta empresa ni formar parte de ella, y un muy buen día, todo eso cambió. Por fin me gustaba venir a trabajar. Por fin sabía lo que estaba haciendo. Por fin sentía que había encajado en un lugar. Y como siempre, el péndulo volvió a hacer de las suyas y la vida me quitó todo lo que había conseguido en cuestión de segundos.

Suspiré viendo cómo vaciaban la que hasta el día de hoy había sido mi oficina. Pasé tantos momentos allí dentro. Desde pelear con Lauren, pasando por mi propuesta de matrimonio, hasta más peleas con mis padres. Cualquiera pensaría que no son los mejores recuerdos, pero forman parte de mi. Sean buenos o malos, todos me hicieron cambiar y crecer de manera distinta. Y hoy día, no sabía si esto me estaba haciendo crecer o cambiar.

Vi cómo los hombres de mantenimiento quitaban la placa donde hasta hoy se podía leer "Taylor Jauregui, Vicepresidencia." ¿Irónico no? La persona que no quería un cargo de vicepresidencia estaba tratando de contener las lagrimas ahora por todo lo que estaba perdiendo. Los hombres pusieron en su lugar una placa en la que ahora se leía "Jacob Jauregui, Vicepresidencia." Y no pude evitarlo, reí para mis adentros. ¿En qué mundo esos dos idiotas creían que lograrían hacer un mejor trabajo que Lauren y yo? Es verdad, yo no sabía ni media mierda de esto pero aprendí, ¿pueden ellos decir lo mismo? No lo creo.

A todas éstas, creo que más me duele ver cómo quitan la placa y desocupan la oficina de Lauren, que la mía propia. Si había alguien en esta familia que se merecía ese puesto, era ella. Por Dios, ella se merecía ser Presidenta. Lauren se merecía todo de esta empresa. Aunque más bien, se merecía todo en esta vida.

Se me volvió a escapar un suspiro involuntario al notar que ella no estaba por aquí. Y no la culpaba, pero me sorprendía. Desde la muerte de nuestro abuelo Lauren no ha sido la misma. No puedo culparla por eso, pero debo decir que no lo esperaba. No esperaba que Miss Perfección llegara algún día a faltar al trabajo. Aunque prometí no decirle de esa manera más pero, ella no está aquí así que no importa demasiado. En fin, si yo me partiera el culo la mitad de lo que ella lo hace por esta empresa, tampoco querría venir a ver cómo desmantelan lo que yo podría considerar un segundo hogar.

Los murmullos a mi espalda no se hicieron esperar así que decidí que ya era hora de irme de allí. Aún no tenía claro qué cargo desempeñaríamos Lauren y yo ahora, y si era sincera, no me interesaba. Ya nada podría importarme menos. Caminé por el largo pasillo que me llevó hasta los ascensores y en serio deseé tener la capa de invisibilidad de Harry Potter porque al menos así la vergüenza sería menor. ¿Cómo miraría ahora a los demás empleados? Pasar de ser la jefa de cada uno de ellos a ahora ser una igual no me llamaba para nada la atención. Sobretodo porque ahora no tendrían ninguna excusa para molestarme por haberles jodido tanto la paciencia en el pasado. Lauren no gozaba de esos privilegios porque ella siempre era cordial y respetuosa con todos. También estaba el hecho de que todos le temían un poco porque parecía intimidante pero más allá de eso, la respetaban. Yo no podía decir lo mismo.

Love Only; Camren.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora