My beautiful disaster

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No recuerdo exactamente en qué libro fue que leí que todos los finales siempre son felices. O quizás lo vi en una de esas muchas peliculas de princesas que solía ver con mi hermana y mi mamá. Lo gracioso de todo esto es que yo solía creer que era cierto. Que la vida era color de rosas como en los cuentos. Que todo era sencillo. Que la única preocupación que debías tener era encontrar a tu príncipe azul para cabalgar hacia el atardecer en su caballo blanco. Vaya estupidez. No pude haber estado más equivocada.

Tenía la vida perfecta. O al menos, la vida perfecta con la que una chica de dieciséis años sueña tener. Tenía una familia maravillosa. Vivía en uno de los mejores vencindarios y estudiaba en la escuela privada más cara de Miami. Era capitana del equipo de Volleyball, tenía unas excelentes calificaciones y era bastante popular. Pese a la descripción, lo cierto es que no era una de esas divas de escuela que creían que tenían todo en su poder y que manejaban a la gente a su antojo. Nunca me creí más que nadie, de hecho, mi popularidad se debía a que podía estar fácilmente con el grupo de porristas y al minuto siguiente con los del club teatro, los genios de matemática o los punks raritos. Me encantaba hacer amigos. Era novia de la lider de las porristas, Emma Stone. La chica perfecta con la que todos sueñan pero que nadie logra tener. Y que yo, Lauren Jauregui, tenía. En resumidas cuentas, lo tenía todo.

Hasta ese día.

Es curioso como de un día para otro lo que tu creías como la vida perfecta se termina convirtiendo en tu peor pesadilla. Increíble fue ver cómo todo a mi alrededor se desmoronaba. Como mi mundo terminó dando un giro de 180 grados para mal. Todo lo que tenía lo terminé perdiendo y todo en lo que creía se volvió mentira. Dejé de creer en los finales felices y los cuentos de hadas. Dejé de confiar en la gente. Dejé de ser la chica popular y dejé de ser la de las mejores calificaciones. Y con todo eso, también dejé de creer en el amor como lo conocía.

Todo para mí se conviritió en una utopía. Dejé de ser aquella niña llena de sueños y esperanzas. Las circunstancias me obligaron a crecer de golpe y a convertirme en un ser frívolo que poco le interesaba los demás. Mi vida se convirtió en un infierno y desde ese día me prometí jamás ser aquello que fui. Desde ese día algo murió en mí y juré que nunca nadie me volvería a dañar de la misma forma otra vez. Y hasta el día de hoy, esa promesa seguía en pie. Pero la chica que dejó de creer en el destino y en las vueltas que da la vida no contaba con que ya había algo distinto preparado para ella. Puedes decir mil veces que no a algo, pero si ese algo está destinado a ser para ti, no importa cuántas veces te quites o te pongas, eso pasará. De repente llega algo o alguien y todo lo que creías se ve tergiversado por su presencia. De repente tu mundo cambia y no sabes por qué motivo ocurrió o no sabes qué hacer en ese momento porque nunca experimentaste nada igual. La vida, tal como la conocías, se pone de cabeza. Porque algo cambió, sin previo aviso. Y tu cambiaste con ella. Tratas de ignorar todo llamado, toda señal, seguir sin mirar atrás pero por alguna razón una fuerza mayor te obliga a darte vuelta y mirar más de cerca. Dejas de mirar a los lados y por un momento te centras en lo que tienes enfrente y entonces sólo pasa. Pasa algo o pasa alguien.

Y de repente llega, llega y te hace ver que la nieve no es sólo un cúmulo de hielo blanco. Que el sol no es sólo una esfera de fuego que trae luz a la tierra. Que las noches no tienen que ser solitarias sólo porque son oscuras. Que los días fríos y nublados no tienen que ser necesariamente tristes. Que un día en la playa rejuvenece todos tus sentidos. Que el café es bueno pero es mejor en compañía. Que el insomnio es tu eterno presente sólo porque le temes a soñar, porque soñar te da esperanza y tu la esperanza la perdiste hace tiempo. Que perderse no es bueno a menos que sea en una mirada. Que está bien caerse pero lo es aún más aceptar una mano para ayudar a levantarte.

De repente llega alguien y pone tu mundo de cabeza, o quizás lo acomoda. De repente llega alguien que te saca de tus casillas y aún así, no lo alejas porque está bien perder el control de vez en cuando. De repente llega alguien que es demasiado bueno para ser real y te da miedo que llegue a infectarse con toda la mierda que te rodea, pero aún así no quieres que esa persona se vaya de tu vida. De repente llega alguien y te enseña que la vida va más allá de tus circunstancias y que cuando estás en la oscuridad ellos pueden ser tu linterna. De repente llega alguien que es pura luz en toda tu oscuridad y se queda allí, al lado tuyo, alumbrando, sin esperar nada a cambio. De repente llega alguien y quieres ser egoísta, porque lo quieres sólo para ti, pero al mismo tiempo, no quieres verlo sufrir a tu lado y entonces sólo lo dejas ir. De repente llega alguien que te hace creer de nuevo aún cuando te dijste mil veces que no lo harías. De repente llega alguien. 

Y de repente llegó Camila.

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Esa es la nueva historia. ¡Enjoy!

Love Only; Camren.Where stories live. Discover now