Capitulo 34

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"Cuando me estés olvidando te haré recordarme."

MONTERREY, MÉXICO.

3 de Marzo.

Día 547 sin Lauren.


El sol caliente y mañanero de México comenzaba a filtrarse por las cortinas grises del lujoso apartamento de una británica ojos azules que no podía despegar la mirada de la espalda desnuda de la mujer que se encontraba recostada en su cama. Caminó despacio y con cuidado de no hacer mucho ruido y se sentó a su lado para poder admirar su perfil mientras dormía. Con sus dedos retiró un mechón de cabello castaño de su perfecto rostro para así poder admirarla en todo su esplendor. Sonrió para sí cuando vio a la mujer removerse y quejarse en sueños por quién sabe qué. Miró su reloj de mesa y decidió que pese a que se viera perfecta, era hora de despertarla.

– Despierta bella durmiente, hoy eres un año más guapa que ayer. – Susurró a su oído delicadamente mientras la castaña se removía en la cama despertando.

Sus ojos azules conectaron con unas orbes chocolate adormiladas que la hicieron sonreír enormemente haciendo sonreír a la dueña de ellas a la misma vez.

– Hola. – Saludó la castaña con la voz ronca de recién levantada.

– Feliz cumpleaños, Camila. – Susurró la ojiazul acercándose a ella para depositar un suave beso en sus labios que ésta perezosamente respondió.

– Gracias Kaya. – Respondió Camila sonriente viéndola con cariño. La latina la jaló del brazo haciendo que ésta cayera encima de ella para besarla desesperadamente al tiempo que ésta rodeaba su cintura con sus manos. Camila la apretó contra si mientras abandonaba sus labios y dirigía sus besos a su cuello con desesperación haciendo jadear a la ojiazul encima de ella.

– Cariño, a este paso no irás nunca a la oficina. – Fue capaz de decir Kaya sintiendo los besos húmedos de Camila bajar por sus clavículas haciéndola gruñir.

– Pueden esperarme. – Escuchó decir de la latina que comenzaba a besarla con hambre y desenfreno. Kaya nunca se acostumbraría a lo salvaje que era Camila en sus encuentros pero ciertamente eso le encantaba.

– Mientras más tarde llegues. – Comenzó la ojiazul de nuevo con el ápice de control que aún quedaba en ella. – Más tarde regresarás por aquí. Y hoy tengo muchas sorpresas para ti, Cabello. – Camila alzó la mirada a esas dos piscinas azules que la veían muerta de deseo y aunque ella también se estuviese muriendo por eso, sabía que tenía razón.

– Bien, pero me las pagarás más tarde, Scodelario. – Amenazó la latina poniéndose de pie totalmente desnuda para dirigirse al baño. – Nadie le niega nada a la cumpleañera. – Camila se volteó para mirarla y notó como ésta la recorría con la mirada de arriba a abajo haciéndola sonreír.

– Puedes estar segura de que saldaré mi deuda, Cabello. – Respondió ésta totalmente perdida en el cuerpo de la latina. Camila le dio una última mirada para cerrar la puerta del baño y recostarse sobre ésta.

Suspiró para sí con una pequeña sonrisa nostálgica en los labios. Su mirada recayó en el espejo del baño y comenzó a pasearla por todo su cuerpo. Subió a su rostro notando que la sonrisa seguía en sus labios pero no fue hasta que miró sus ojos que supo que jamás subiría más de allí. Esa mirada que antes reflejaba tanto y que ahora no transmitía nada. Sacudió la cabeza rápidamente desechando el montón de recuerdos que estaba segura no tardarían en llegar y olvidándose de todo comenzó a arreglarse para salir.

Kaya preparó el desayuno para ambas mientras Camila terminaba de arreglarse y no pudo reprimir la enorme sonrisa que nació en su rostro al pensar en todo lo que tenía preparado para ella esa noche. Camila y ella habían comenzado a salir hace cuatro meses y la ojiazul tenía que admitir que nunca se había sentido más feliz en su vida. Ambas se conocieron porque el señor Scodelario y Alejandro Cabello eran muy amigos y hacían negocios juntos de vez en cuando. Incluso la casa de Kaya en Inglaterra había sido diseñada por Alejandro. Kaya viajó a Mexico de vacaciones con sus padres y fue entonces que conoció a Camila. La latina le robó el aliento desde el primer momento y unos meses después, con mucho trabajo e insistencia, Kaya había logrado conquistarla. O al menos eso pensaba cada vez que Camila le hacía el amor por las noches.

Love Only; Camren.Where stories live. Discover now