Capitulo 8

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Es media noche. He logrado salir del almacén sin que nadie me viera. Debo decir que estar todo el día y la noche allí es insoportable, necesito drenar la tensión de mi cuerpo y la mejor manera de hacerlo es matando a alguien. Paso largas horas en la sala de entrenamiento golpeando saco de arena o luchando contra alguien pero eso no me es suficiente y Dominic tampoco colabora quitándonos el derecho a salir. Han pasado tan solo 3 días desde lo de la tienda pero ya la mayoría volvió a estresarse y pelearse.

Llevo mi típica vestimenta negra que me hace pasar desapercibida ahora que es de noche. En uno de los bolsillos de la chaqueta llevo un cuchillo de caza pequeño de hoja lisa y en el otro uno más grande de hoja de dientes.

Camino un par de kilómetros hasta ingresar a la ciudad. Todo está húmedo como de costumbre, la gente pasea tranquilamente admirando su alrededor, sin prestar atención realmente. Ahí estoy yo, buscando quien será el afortunado o afortunada de esta noche. El corazón se me acelera al igual que la respiración, siento el cosquilleo en mis dedos al rozar el cuchillo, mis pupilas se dilatan. Es todo un éxtasis para mí hacer esto.

Entonces lo veo. Mis ojos son atraídos a un hombre menudo, no muy alto, no muy bajo, contextura normal. Está comprando algo en un puesto de frutas, una manzana. Comienzo a seguirlo con una distancia entendible de por medio.

Mi mente comienza a fantasear sobre las cosas que podría hacerle, un corte por aquí otro por allá... De repente algo choca contra mí.

—Oh lo siento... —dice una voz femenina.

Sacudo la cabeza y la miro. Rayos...

Es una rubia muy linda, ojos azules, cuerpo increíble.

—Tranquila, no veía por donde iba —digo sonando amable.

—Yo suelo ser un poco torpe —ríe nerviosa.

Lleva unas bolsas de compras al pecho. Vuelvo a mirarla nuevamente antes de que se dé cuenta. Esto es mejor que aquel hombre.

—Bueno, adiós —y se va.

Espero unos segundos a que este lo suficientemente lejos para comenzar a seguirla. Detallo cada parte de su cuerpo y de inmediato viene a mi mente lo que haría. La veo entrar a un edificio de ladrillo rojo, espero y también entro. Voy un piso por debajo de ella, en el quinto se detiene saca las llaves y entra. Subo y estando ya de frente a la puerta, acerco la cara y miro a través de la mirilla. Está organizando todo en la encimera. Son las 8 PM, esperare a que se duerma para entrar.

Salgo del edificio y doy una larga caminata por el lugar. Compro un chocolate caliente y luego me siento en la plaza a mirar la fuente iluminada con luces de varios colores. Desde aquí veo la ventana de la chica. Suspiro profundo cuando la luz se apaga.

Ya de regreso en el quinto piso, la luces del pasillo están apagadas facilitándome estar ahí. Saco un pequeño gancho de mi cabello, lo introduzco en en la manilla y con unos movimientos la puerta se abre. Me quedo quieta esperando alguna reacción. Nada. Entro, cierro la puerta lentamente. Sigilosamente camino por la cocina, la sala y descubro su cuarto. Sonrío al verla durmiendo. Hola.

Saco el cuchillo más grande manteniéndolo pegado a mi pierna. Me detengo a un lado de la cama, la observo. Ciertamente es hermosa. Levanto una pierna la paso por encima de ella y luego subo la otra quedando a horcajadas sobre su torso. Siento su suave respiración. Acerco mi rostro al suyo inhalando el delicioso olor de su piel. Entonces con el roce de uno de mis cabellos en su cara, se remueve y al notar mi peso se despierta.

— ¡Ah! —grita enseguida.

Tapo su boca rápidamente. Empieza a patalear pero apretó las piernas a su alrededor evitando mayor sacudida.

A Bad GirlWhere stories live. Discover now