Capitulo 18

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No les ha pasado que un día común y corriente se despiertan después de un maravilloso sueño, todo está bien, normal hasta que por alguna extraña razón una ira increíblemente intensa los invade. Pues así es como me siento ahorita. He despertado de un largo y placentero sueño y por alguna razón estoy muy molesta. Molesta con todo el mundo –o al menos la mayoría de las personas—. Quiero gritar y patalear como una niña pequeña pero lamentablemente si hiciera eso no ayudaría en nada.

Salgo de la cama con un humor de perros, me pongo mi ya limpia y seca ropa negra. Inconscientemente guardo dos cuchillos en la chaqueta. Sin prestar atención a mí alrededor salgo de la habitación y camino por el pasillo dirigiendo a afuera.

—Kate —dice Hana cuando paso a su lado.

Ni la miro ni le contesto. Ya afuera, busco mi moto y me voy a la ciudad. Son las 8 AM un sábado en Londres, el clima esta tan húmedo como siempre pero no creo que llueva ya que llovió ayer. Aparco en frente de lo que era mi edificio, saco las llaves y subo a mi piso.

—Dios... te extrañaba tanto —digo al entrar a mi apartamento luego de un mes.

Todo sigue como lo recuerdo. Cierro la puerta y camino directo al cuarto. Abro la puerta del armario, me agacho y meto mi dedos por debajo de una pequeña abertura que hay entre los tablones del piso, hago a un lado la tabla y del aquel escondite saco una bolsa llena de dinero y una caja de metal. Meto eso en un bolso viejo que deje ahí adentro. Lo lanzo a mi espalda y con una última mirada de cariño me despido del lugar.

Bajo a trote las escaleras. Subo de nuevo a la moto y conduzco hasta Brighton. Necesito ver a alguien conocido.

—Hola Mark —me siento en uno de los banquillos del bar.

—Kate, un mes sin verte.

—He estado realmente ocupada pero hoy colapse y necesitaba venir acá —masajeo mi cabeza.

— ¿Vodka?

—Sí y deja la botella.

— ¿Qué tal la universidad?

—Una mierda, la he dejado.

— ¿Estás loca?

—Puede que sí.

— ¿Qué te pasa? Te ves mal.

—Estoy cansada... muy cansada...

— ¿Puedo ayudar?

—No... es solo un nuevo trabajo que tengo.

— ¿Exigente?

—Un poco pero no seguiré por mucho, otro mes mas y me iré.

— ¿Adónde?

—Aun no lo sé exactamente.

— ¿Vendrás a visitarme no?

—Claro que si después de todo eres lo más parecido a un amigo.

—Es bonito escuchar eso.

—Es verdad.

Paso un buen rato con él y luego salgo a caminar para pasar los restos de alcohol que hay en mi organismo. Mis ojos buscan con desesperación alguna victima ya que no he venido a Brighton nada más por unos tragos y no me iré hasta conseguir a alguien. Para mi suerte y su desgracia, encuentro al individuo perfecto. Un hombre de media edad hablando con un grupo de lo que supongo son sus amigos o conocidos. Paso unas tres veces estudiándolo por completo. También puedo escuchar cómo se luce de manera egocéntrica ante las demás personas.

A Bad GirlWhere stories live. Discover now