Capitulo 4

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La primera semana de universidad se me ha pasado bastante rápida. Ha ido tranquila; yo he acudido a todas las clases, ya que no quería perderme ninguna, pero Amanda ha faltado a bastantes clases para estar con Daniel. Si alguien me hubiese dicho que acabarían juntos, no le hubiese creido. Mi mejor amiga está bastante contenta con Daniel, así que espero que sea "el chico" que estaba esperando y sobretodo que no le haga daño, porque bastante mal lo ha pasado ya con sus ex parejas: le han roto el corazón muchas veces;el único problema es que Amanda se enamora muy fácilmente, y creo que ya lo ha hecho. Daniel es un chico bastante simpático y bueno, por lo que he visto, así que estoy muy contenta de que estén juntos. Con Austin no he hablado mucho durante la semana; me ha dicho que ha estado liado con exámenes, pero que vendrá el sábado a pasar el día entero conmigo.
Hoy es viernes. He estado toda la semana esperando a que Amanda me comentara aquel plan que se les ocurrió el día de la fiesta. No le he querido sacar el tema porque no quería que supiese que estuve escuchando lo que decían, así que estoy esperando a que se despierte para que me lo diga, ya que es hoy cuando se suponía que iban a hacerlo. Yo hace bastante tiempo que me he despertado. Decido coger el ordenador que tengo debajo de la cama para pasar el tiempo hasta que Amanda se despierte. Cuando lo abro, no me acordaba de que tenía abierta una película que estaba viendo y de que el volumen estaba a tope.
—¡Mierda!—digo cerrando el ordenador lo más rápido que puedo, y miro a Amanda para ver si le he despertado.
—¿Qué estás haciendo?—me dice incorporandose y apoyándose en los codos. Parece que le he despertado.
—Lo siento, no quería despertarte.
—¿Que hora es?—pregunta frotándose los ojos.
—Las 11.
Cuando Amanda se despeja un poco más, me empieza a hablar sobre Daniel. Me dice que están muy bien y que está muy ilusionada . Me dan un poco de envidia ya que yo estoy bastante lejos de mi novio, y ellos dos están a un metro de distancia. Me sigue hablando de él, hasta que decido qué es hora de levantarnos. Amanda me dice que le apetece comer afuera, así que nos preparamos y avisamos a nuestros 3 únicos amigos para que vengan con nosotras. Comemos en un restaurante de comida rápida que hay cerca de la universidad. No sé si soy yo, o es que Dylan me ha mirado unas cuantas veces mientras comíamos, pero yo he intentado evitar mirarle. Dylan me transmite algo que los demás no me transmiten, pero no sé que es. Ni quiero saberlo.

Cuando llegamos a la habitación, me encuentro tan llena que me dejo caer en la cama. No debería haber comido tanto, pero la comida estaba demasiado rica que no podía no comer. Sí, soy de esa clase de chicas que comen 10 kilos de comida y no engordan. Estoy tumbada en la cama con los ojos cerrados, cuando Amanda se sienta al lado mío y empieza a hablarme con un tono de quiero-pedirte-algo.
—Alissa...—empieza a decirme y me incorporo para escucharle mejor.
—¿Qué pasa, Amanda?
—Quiero que sepas que esta noche hay una fiesta y el sábado otra, y...—ni hablar, de ninguna manera.
—No pienso ir—le interrumpo y me levanto. No voy a seguir escuchando.
—¿Por qué no?—se se levanta y me sigue— ¿Tan mal te lo pasaste? No lo creo.
La verdad es que no me lo pasé tan mal. El único problema es que nadie me hacía caso: el comportamiento de Austin fue extraño y hablaba más con Adam que conmigo, y Amanda... bueno, Amanda se pasó casi la noche entera con Daniel. ¿Por qué quiere que vaya? Además, no sólo eso: odio las fiestas.
—Sabes que odio las fiestas ¿Qué más te da que no vaya? Estarás con Daniel la mayor parte del tiempo, y no voy a volver a decirle a Austin que venga—le digo.
—¿Es por eso por lo que no quieres? Lo siento, Alissa. Te prometo que esta noche no estaré con él tanto tiempo.—me dice y le creo, pero no quiero ir, y además no me apetece—Vamos, nos lo pasaremos bien.
—Amanda, no es por eso. No me apetece ir, y tengo que adelantar trabajos y estudiar. Puedes ir tú, de verdad, no me importa.—y es la verdad, no me importa que vaya.
—Pero prométeme que mañana vendrás—me dice.
—Está bien—miento. Si le digo que no me seguirá insistiendo.

Después de ayudar a Amanda a prepararse y esperar a que Daniel viniese a buscarla, me quedo sola en la habitación. Voy a tener que estar bastante tiempo sola, y se que si me aburro se me hará eterno, así que cojo mi ordenador portátil, y decido bajar a la cafetería que está al lado de la universidad. Cuando entro, está vacía. No me extraña, todos los universitarios estarán en la fiesta. Me siento en la mesa que está al fondo y decido seguir con mi película mientras pido un café. No me gusta mucho el café, pero no me apetece nada más. Estoy a punto de llegar a mi parte favorita de la película cuando alguien me toca el brazo y me dice algo que no consigo escuchar porque llevaba los auriculares puestos.
—¿Perdona, que?—le digo mientras me quito los auriculares.
—Digo que voy a cerrar ya—me dice el dueño de la cafetería.
—Ah, vale.
No sé cuánto tiempo llevo aquí ni qué hora es, pero decido volver a mi habitación y acabar mi película (aún que me la haya visto 1000 veces, soy de esa clase de personas que no pueden dejar algo sin terminar)
Cuando me acabo la película, veo que solo son las 11 de la noche y que todavía me queda bastante tiempo hasta que venga Amanda. Empiezo a pensar que hubiese sido mejor idea ir a la fiesta. No sé qué hacer ahora, no me apetece ver otra película y a estas horas no pienso estudiar. Pero de repente, se me ocurre una buena idea. Cojo mi móvil y llamo a Austin por videollamada. La primera vez que le llamo no me coge, pero pruebo una segunda vez y esta vez sí que me coge. Empezamos a hablar sobre lo que hemos hecho esta semana. Me dice que acaba de volver del partido de fútbol y que está en casa sin nada que hacer, al igual que yo. Mientras me cuenta como le ha ido el partido, me llega un mensaje de Amanda.
Amanda: Dylan ha preguntado por ti. ¿Quieres que vaya a buscarte?
Cuando lo leo, siento algo que no sé describir. De repente, me entran ganas de ir a la fiesta. Pero, ¿qué estoy diciendo? Prefiero quedarme hablando con Austin que ir a otra fiesta en la que no voy a hacer nada. Le respondo a Amanda con un: "No, estoy bien" y sigo escuchando a Austin. ¿Qué estaba diciendo?
—Tengo ganas de mañana—me dice y sonríe.
—Yo también tengo ganas, Austin—le contesto, pero no le devuelvo la sonrisa, no sé porqué.
—¿Estás bien?—me pregunta preocupado.
—¿Qué? Claro, ¿por qué?
—No lo sé. Hace un segundo estabas más... ¿contenta?—se ríe y me río de vuelta, pero no me hace gracia.
Sigo con el mensaje de Amanda en la cabeza. No me ha contestado, y no creo que lo haga. ¿Pero se puede saber que me pasa con Dylan? Decido pasar por alto los pensamientos que tengo en la cabeza, y le digo a Austin que tengo que irme a dormir ya si no quiero estar cansada mañana. Me dice que él también se va a dormir, y nos despedimos intercambiandonos un "te quiero". Ojalá se quedase aquí y no viviese tan lejos de mi.
Son las 12 y media. Se me están empezando a cerrar los ojos, así que no pienso esperar a Amanda despierta. No apago el móvil por sea caso me llama, así que lo dejo en la mesilla de al lado de mi cama y consigo dormirme.

Oigo un golpe que viene desde la puerta, pero lo ignoro. Al de un segundo, vuelve a sonar, y me despierto. Cuando suena por tercera vez, me levanto para ver quién está llamando a mi puerta.
—Amanda, si tienes llaves, ¿por qué...—digo mientrras abro la puerta, y cuando está totalmente abierta, me doy cuenta de que no es Amanda la que estaba llamando a mi puerta.—¿Dylan? ¿Qué pasa?
—¿Me dejas entrar o...?—me pregunta. No sé a qué a venido.
—E-e, sí. Pasa.—le digo mientras cierro la puerta cuando entra en mi habitación—¿Qué pasa?
—¿Cómo que qué pasa? ¿No te ha dicho nada Amanda?—no sé de que me habla. Quizás esto sea aquel plan que planearon.
—¿De qué hablas?—le pregunto.
—Hoy duermo aquí.
"¡¿Qué?!"
—¿Cómo que duermes aquí? ¿Y Amanda?—quiero saber que está pasando. No quiero que duerma en la misma habitación que yo, y menos cuando las camas están solo a pocos centímetros de distancia.
—Daniel y Amanda duermen juntos hoy—me explica, y tomo nota mental para preguntarle mañana a Amanda porqué narices no me había comentado nada de esto—Como comprenderás, no voy a dormir con ellos, así que me han dicho que venga aquí.
—No puedes dormir aquí—es lo primero que se me ocurre decirle.
No quiero que duerma aquí. Dylan no. Tiene algo que los demás no tienen y no sé que es. Me había dicho a mi misma que le evitaría siempre que pudiese. Pero está claro que hoy no va a poder ser.
—¿Por qué no? No voy a hacer nada.—me dice.
No tengo ninguna razón para no dejar que duerma en la habitación. Solo que...no lo sé, la verdad. No sé nada.
—E-está bien. Me voy a dormir, buenas noches.—le digo intentando hablar lo menos posible con él.
—Si quieres puedo llamar a Adam y...—me dice, pero le interrumpo.
—No hace falta, puedes dormir aquí—le digo, y nos miramos a los ojos por primera vez.
Cuando me dirijo a mi cama para dormirme otra vez, veo que se empieza a quitar la camiseta.
—¿Qué se supone que estás haciendo?—le digo.
—¿Quitarme la camiseta?—me dice irónicamente—Tengo calor, ¿te molesta si me la quito, Alissa?
Pongo los ojos en blanco y decido no contestarle. Me tumbo en la cama dándole la espalda a él, y apago la luz. Oigo como tira la camiseta al suelo y se mete a la cama también. No me creo que este durmiendo en la misma habitación que yo, a pocos centímetros de distancia, cuando lo único que quería era evitarle.
—Buenas noches, Alissa.
—Buenas noches, Dylan.

¡Hola chicos! Antes de nada, quiero aclararos una cosa. Esta historia la empece a escribir hace bastante. Siempre me ha gustado escribir y siempre he querido escribir un libro, solo que nunca me he visto capaz de hacerlo. Si estás leyendo esto, quiero decirte que gracias por leer mi historia. Vosotros sois los que me animáis a seguir, y os lo agradezco un montón. También quería pediros, que si os ha gustado me lo hicieseis ver dándome un voto. Muchísimas gracias a todos, y mañana os espera un nuevo capítulo. (Si tengo tiempo) Lo bueno está por empezar!!!! No os lo perdáis❤️

Never loved youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora