Capítulo 20

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Sabía que al volver a la universidad volverían a pasar cosas. Cosas buenas, cosas de las que me arrepentiría, cosas malas, cosas que no pensaba que pasarían. Simplemente, cosas. Pero no tenía ni idea de que dejaría de estar con Damon, el chico con el que he pasado un año entero, para estar con Dylan, el chico de ojos verdes que robó mi corazón el primer día que nuestros ojos conectaron. Aquella noche, estábamos tan cansados que nos quedamos dormidos y desperté a la mañana siguiente con el brazo de Dylan sobre mi. Pasé mucho tiempo despierta mientras él todavía seguía dormido, mirándole y sonriendo por volver a tenerle aquí conmigo. En cuanto despertó, lo primero que hizo fue sonreírme y darme un pequeño beso en los labios. Esos pequeños gestos son los que me alegran la mañana. Pasamos toda la semana juntos. Fuimos a pasear por la playa, a comer y a cenar fuera de la universidad todos los días, a veces solos y a veces con Amanda y Daniel; hasta un día me llevó al cine a ver una película de terror, la cual me tuvo toda la noche despierta y sin poder dormir. Sí, soy una miedica con las películas de miedo, ¿y qué?

Tuve que contarle a Amanda todo lo que pasó con Damon cuando entró en la habitación y nos vio a Dylan y a mí enrollandonos. Iba a contárselo yo misma, pero no tuve ocasión de hacerlo. Me dijo que ya sabía que algo iba a pasar, que se alegraba por haber hecho lo que mi corazón decía y que siempre permanecerá Damon en nuestro grupo de amigos. Eso me alegra, porque no quiero perder la amistad y la relación que tengo con Damon. Se ha convertido en una persona importante y especial para mí, y no quiero perderle como lo hice con Austin.

Hoy es sábado, y como siempre, habrá una maldita fiesta a la que Amanda me convencerá para ir. Entiendo que intente convencerme cada vez que hay una (que son todos los sábados) ya que ella se lo pasa genial.

—¿Hoy también hay una fiesta?—le preguntó rodando sobre la cama para poder mirarle.

—Me sorprende que lo preguntes. ¿Ya te has dado cuenta de lo divertidas y maravillosas que son las fiestas, Alissa?—me pregunta en tono burlón.

—La verdad es que no—le digo haciendo una mueca de burla e incorporándome sobre los codos—Te lo he preguntado porque sé que vas a intentar convencerme de que vaya, así que ya puedes empezar.

Se ríe, pero derrepente se le cambia la expresión de la cara y pega gritito seguido de un salto que hace que salte yo también, pero del susto.

—¡Se me había olvidado!—dice corriendo hasta su escritorio y cogiendo su móvil—Hoy se celebra una fiesta enorme. Irá todo el mundo, ¡todo él mundo! De todos lados, no sólo de la universidad. ¡Va a ser una pedazo de fiesta!

—¿Una fiesta más grande y con más gente de lo normal? ¿Eso no es imposible?

—No seas tonta. Las fiestas a las que hemos acudido no tienen nada que ver con esta—me dice volviéndose sobre sus talones y mirándome—Si quieres ducharte o algo, hazlo ya, porque dentro de poco tendremos que salir para allí.

—¿Dentro de poco? Son solo las 7 y media.—le digo con cara de interrogación—Espera, ¿dónde es la fiesta?

—En Bakersfield, se tarda una...

—Sí—le interrumpo—Ya sé cuánto se tarda. Austin vive allí. Y seguramente vaya a esa fiesta...

Empiezo a dudar en ir o no ir.

—¡Pues claro que va a ir!—se ríe, pero yo no me río—Oh, vamos Alissa. ¿De verdad te estás planteando no ir solo porque va a estar Austin? ¡Hace un año de aquello!

Tiene razón, hace un año que pasó todo. Se disculpó y lo arreglamos. Habé con Eden, y están felizmente juntos. Lo único que me incomoda es el hecho de cruzarme con él. Hace un año que no le veo, y no sé cómo sería volver a verle.

Never loved youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora