Capítulo 22

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ALISSA

Llevo horas buscando a Amanda y no le encuentro por ningún lado. Desde que me ha dicho que volvía en un segundo, no la he vuelto a ver. No tendría que haberla dejado irse sola, viendo lo borracha que estaba. Yo, gracias a dios, ya estoy mucho más sobria, aún que todavía no del todo; pero soy consciente de todo lo que hago. Busco por todos los rincones, esquinas, me meto por los grupos de gente para ver si se ha colado por ahí mi amiga, miro en todas las puertas de los baños, pero no le encuentro. Cuando subo las enormes escaleras que me llevan hasta el segundo piso, veo a dos chicas apoyadas en la pared de enfrente. Las miro, y veo que no están como los demás. Borrachas, quiero decir. Todas las personas con las que me he cruzado, estaban bastante mal y sé que no podría preguntarles si han visto a una chica deambulando sola por la casa, que resulta ser mi mejor amiga. Me acerco a las dos chicas, y me reciben con una sonrisa. "Menos mal"

—Una pregunta—sonrío tímidamente—¿Habéis visto a una chica rubia, que iba bastante...

—Sí—me interrumpe una de ellas, la otra me mira sonriendo—Creo que la he visto subiendo a la última planta hace poco.

—Esta bien, ¡gracias!—les digo y me dirijo hacia la última planta.

Para ser honesta, es la primera vez en la que me lo paso bien en una fiesta. No creía en eso de que si bebías te lo pasabas mejor. Siempre pensaba que no hacía falta beber, aún que en parte es verdad. No es necesario para pasartelo bien, pero a alguien como yo, que odio las fiestas, no le viene nada mal beber un poquito. Todo está bien. No ha pasado nada y me alegro, pero enseguida se me quita la sonrisa de la cara cuando me fijo en el chico que tengo enfrente de mi. Está apoyado contra la pared, con la cabeza agachada. No parece que este bien. Por mucho que no quiera hacerlo y que quiera escapar de aquí, me obligo a mí misma acercarme y preguntarle si está bien.

—Austin, ¿estás bien?—no me contesta. Lo intento otra vez.—¿Estás bien?

—¿Alissa?—pregunta levantando la cabeza y mirándome. Tiene los ojos inyectados en sangre—¿Qué haces aquí?

—Me apetecía venir a la fiesta, e-estoy con todos.—le digo, pero él solo apoya la cabeza en la pared—¿Estás bien, Austin? Será mejor que...

—Te he echado de menos, Alissa—me interrumpe, y mis manos empiezan a temblar.

—No, no lo has hecho.—le corrijo.—Austin, estas borracho.

—Puede—me sonríe, y derrepente me coge de los brazos haciendome girar y apoyándome contra la pared, impidiendo que me mueva. Acerca su mano a mi cara y empieza a acariciarme lentamente. Le apartaría la mano, pero no puedo.

—Austin, para.—muevo mi cabeza para los lados, pero no consigo quitármelo de encima.

—Shhhh.

Veo como sus ojos miran mis labios mientras me pasa su dedo índice por encima, y entonces me besa. Me besa y me besa. Intentó apartarme, muevo la cabeza, pero es demasiado fuerte. "No puede estar haciendo esto" Cuando decide apartar sus labios de los míos, le doy una bofetada y le grito.

—¡¿Qué estás haciendo?!

Austin se limita a sonreír y a apoyarse contra la pared de nuevo. Decido pasar de él e ignorarle completamente, está borracho y no sabe lo que hace. Bajo las escaleras lo más rápido que pudo y, por fin, encuentro a Amanda junto a Daniel.

—Por fin, ¿dónde te habías metido, amiga? Te he estado buscando por todos lados.

—No lo sé—se ríe y me doy cuenta de que sigue borracha.

—Yo tampoco sabía dónde estaba.—contesta Daniel por ella.—Dylan me llamó para decirme que cuidase de ella, y, aquí estoy.

Cuando menciona a Dylan, me percato de que hace mucho que no le veo a él tampoco.

Never loved youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora