Capítulo 16

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Cuando Damon y yo estábamos en mi habitación pasando un rato tranquilos, su compañero de habitación (creo que se llama a Jack) le llamó para que le ayudara con un trabajo de historia y tuvo que irse. No me importó mucho, ya que me había prometido a mí misma que acudiría a las clases de la tarde. Y así lo hice. Tuve que evitar a Dylan mientras iba de una clase a otra. Le vi varias veces por los pasillos, pero menos mal que él no me vio ami. Había tanta gente deambulando por ahí que me escondía cómo podía entre todos aquellos estudiantes universitarios.

Ahora, aprovechando que Amanda esta metida en la cama viendo su serie favorita con los auriculares puestos, me he puesto a estudiar para adelantar el trabajo. Soy una chica muy organizada, y no me gusta nada dejar las cosas para el último momento. Nunca entenderé a la gente que no hace nada hasta que llega el último día. Lo mejor es llevar todo al día.

Estoy tan concentrada en mis hojas, que no escucho lo que Amanda me está diciendo. Solo le miro, asiento, y vuelvo a mis hojas. Creo que me ha dicho que va a darse una ducha, porque se mete en el baño y cierra la puerta. Después de unos pocos minutos, vuelvo a escuchar un ruido, pero esta vez es el sonido de la puerta al abrirse. Doy un suspiro largo mientras cierro los ojos, y vuelvo a abrirlos para ver qué tiene que decirme esta vez. ¿Por qué sigue teniendo la llave de nuestra habitación?

—Hola—me dice sin más, y se queda quieto con las manos en los bolsillos.

—Dylan, por favor, ahora no. Estoy intentando estudiar—le digo cuando aparto la mirada y me concentro en mis hojas.

—¿Otra vez estudiando?—me dice con una sonrisa en la cara.

—Sí. Sabes que me gusta llevar las cosas al día—le digo sin apartar la vista de mis hojas.

—Sí, lo sé. Te conozco muy bien.—me dice, y no puedo evitar mirarle cuando dice eso. Tiene razón, es de las pocas personas que me conoce realmente.

Suspiro y aparto la mirada de sus enormes ojos verdes. Veo por el rabillo del ojo que se está acercando a mi y que está a punto de decirme algo.

—Por favor, solo una oportunidad.—me dice, y me levanto, quedándonos a unos pocos centímetros de distancia.

—Dylan en serio. Ahora no. Esta Amanda y no quiero... no quiero que escuche nada de lo que tengamos que hablar—le digo mientras me dirijo a la puerta y la abro para que salga.

—¿Puedo venir en otro momento? Cuando tú me digas, por favor.—me dice poniéndose delante de mí y matándome con sus verdes ojos.

—Esta bien. Pero ahora vete, por favor—le digo bajando la mirada, para no mirarle y para que no vea las pocas lágrimas han caído por mi mejilla.

Pero entonces, me coge de la cara con sus enormes manos, e inesperadamente me besa. Le echaba de menos. Echaba de menos sus labios... Siempre le echo de menos, pero no puedo hacerle esto a Damon. Me siento mal por él. Vuelvo a la realidad, y despego mis labios de inmediato. Se queda mirándome con su sonrisa más sincera, y no puedo evitar devolvérsela. "¿Qué estás haciendo, Alissa?

—Vete—le digo, y sin decirme nada, se va.

Cierro la puerta y me apoyo contra ella cerrando los ojos. Todo esto es tan confuso y horrible... No sé qué debo hacer, no sé qué es lo que tengo que hacer, no sé qué es lo correcto. Lo único que sé es lo que el corazón me dice, que es...

—¿Qué haces ahí?—me dice Amanda interrumpiéndo mis pensamientos, cuando abre la puerta del baño y aparece con una toalla en la cabeza sujetándose el pelo mojado.

—E-estaba...—empiezo a decirle, pero no merece la pena mentirle. Suspiro y le digo lo que realmente acaba de pasar—Acaba de venir Dylan y... me ha besado y después le he dicho que se vaya.

—¿Te ha besado?—me dice con una sonrisa.

—Si, Amanda.—le digo mientras empiezo a pasearme de un lado a otro por toda la habitación, ella tan solo me sigue y escucha lo que digo—Dios. Ni te imaginas el lío que tengo en la cabeza.

—Sí, claro que sí lo sé.—me dice acercándose a mí y cogiendome la cara con las manos, obligándome a mirarle—Te juro que con el tiempo todo esto será como tiene ser. Solo necesitas tiempo, en serio. No pienses demasiado en todo, tan solo haz lo que... lo que tu corazón diga.—me dice dándome dos toquecitos justo donde se encuentra mi corazón.

—¿Por qué te quiero tanto?—le digo mientras le abrazó con fuerza. ¡Mi mejor amiga es la mejor!

—Porque soy genial—me dice y vuelve al baño—Ahora, déjame vestirme y secarme el pelo.

Le saco la lengua y dejo que se vaya a hacer lo que tenga que hacer. Cojo mi móvil, simplemente para ver si tengo algún mensaje nuevo. Pero no hay nada, y en parte me alegro de ello. De repente, me acuerdo que tenía que ir a comprarme un cuaderno nuevo para clase de matemáticas, ya que he gastado el único que tenía. Le digo a Amanda que enseguida vuelvo y salgo de la habitación después de coger un poco de dinero.


La última vez que entre en la librería de al lado de la universidad, no tenía cuadernos. No quiero arriesgarme, así que busco otra que no este muy lejos de aquí. Cuando voy a cruzar una carretera, veo a una chica al otro lado de esta que me resulta familiar. Cuanto más me acerco, mejor la veo. Y finalmente, cuando llego hasta allí, la reconozco rápidamente. Es la chica con la que Austin me engañó. Creo que me ha visto, así que empiezo a alejarme de ella lo más rápido que puedo.

—¡Alissa!—grita la chica, pero yo hago como que no he escuchado y sigo para delante.

Antes de que pudiese llegar más lejos, noto cómo alguien me agarra del brazo y me detiene. Es ella.

—Alissa, por favor. Escuchame.—me giro al oír lo que me ha dicho, pero no digo nada.

—Quería... ¿Podemos hablar un minuto?—me pregunta con cara de preocupación.

—Creo que no tenemos nada de qué hablar—le digo cortante, y me giro para seguir mi camino, pero vuelve a detenerme.

—Por favor, sólo escuchame—me dice.

No debería de estar molesta con ella. Bueno, sí que debería. Pero ya hace un año de lo sucedido, y todo estaba arreglado después de la vez en que Austin me llamó por teléfono disculpándose de todo. No tenía ninguna razón para hacerme lo que me hizo, pero le perdoné. No merecía estar enfadada con él para siempre. Y tampoco con... Eden. Sí, Austin me dijo que se llamaba Eden.

—Esta bien, te escucho.—le digo, pero no tengo ni idea de lo que tiene que decirme.

—Sé que... sé que lo has pasado mal, y lo siento de verdad. Austin me gustaba, me gustaba mucho... Todo empezó por mi culpa. Hice cosas que no debería de haber hecho, pero Austin me gustaba y entonces nada me importaba. Lo siento de verdad, no quería...

Le entiendo. Claro que le entiendo. El amor te hace hacer cosas que sabes que están mal, pero de todas maneras, tú acabas haciéndolas. Y es justo lo que me está pasando a mí.

—No pasa nada, te entiendo. Sé que no lo hiciste con mala intención, así que no te preocupes.

"Porque yo tampoco lo estoy haciendo con mala intención, ¿no?"

Por supuesto que no, quiero a Damon y nunca le haría daño queriendo.

—No, claro que no.—me dice suspirando en modo de alivio. Espero que nos perdones. Austin te quiere, Alissa. Realmente te quiere. Eres una persona muy especial para él.

—Sí, lo sé—le sonrio.—Esta todo bien.

—Genial—me dice alegremente—¡Nos vemos!

Cuando en giro para irme y ella hace lo mismo, me viene una pregunta a la cabeza que quiero preguntarle antes de que se vaya, ya que Austin no ha podido respondérmela.

—Eden, ¡espera!—le grito y se detiene.

—¿Si?

—Austin y tú, estáis juntos, ¿verdad?

Never loved youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora