Último capítulo

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ALISSA

No sé a dónde me está llevando. Tengo los ojos tapados con una venda, y no veo nada. Solo sé que estoy subida en su coche y que me está llevando a algún lugar que solo él conoce. Lleva bastante tiempo en el coche, y yo estoy empezando a ponerme un poco nerviosa. La curiosidad por saber a dónde vamos me está matando cada vez más.

—¿Cuanto queda?—le pregunto ansiosa. Él apoya una mano en mi muslo y empieza a acariciármelo haciendo círculos con su pulgar.

—2 minutos.

Cuando oigo eso, las mariposas de mi estómago empiezan a revolotear como locas. No puedo esperar más, así que le digo:

—Conduce más rápido. Necesito llegar ya.

Oigo como el coche frena y de repente noto que me da un beso en la mejilla. Supongo que hemos llegado ya, así que me limito a quitarme la venda cuando Dylan me coge la mano para evitar que lo haga.

—Aún no, tienes que esperar un poco más.

Estamos subiendo unas escaleras. Nos paramos. Oigo el sonido de unas llaves, y seguido, como la puerta que tenemos delante se abre. Dylan me invita a pasar, y cierra la puerta detrás de nosotros. Dylan se queda callado, y yo sigo sin ver nada. Noto como me pasa las manos por la cintura y me atrae hacia él, apoyando mi espalda en su pecho. Me empieza a dar varios besos por la mejilla, por el cuello, por los hombros. Quiero que siga, pero se aparta y empieza a quitarme la venda. Cuando abro los ojos y parpadeo varias veces para enfocar bien, me percato de que estoy en una casa. Un apartamento, más bien. Y es precioso.

—Bienvenida a nuestra casa, nena.

Me llevo las manos a la cara, ilusionada y emocionada. No puedo creer que haya comprado un apartamento para los dos, para nosotros. Cuando me dijo que quería vivir conmigo, no pensaba que iba tan en serio. Pero el hecho de que lo haya estado pensando y que haya gastado parte de su dinero para comprar un apartamento para estar junto a mi el mayor tiempo posible, hace que se me escapen unas lágrimas. Abrazo a Dylan y él me devuelve el abrazo.

—Te quiero tanto—le digo y noto cómo se ríe.

—Ven, quiero enseñarte la mejor parte.—me dice rompiendo el abrazo.

Me coge de la mano y me lleva hasta una habitación. Cuando entro, me quedo con los ojos muy abiertos. Hay una cama perfecta para los dos en miedo de la habitación, y las vistas dan al mar. No podría ser más perfecto. Me doy cuenta de que soy la persona más afortunada al tener a Dylan a mi lado.

—Me encanta, Dylan.—le digo girándome y mirándole a los ojos.

Sin contestarme, se acerca a mi y pega sus labios a los míos. Su lengua acaricia la mía, sus manos recorren todo mi cuerpo. Le paso los brazos por la nuca para atraerle más a mi. Me lleva hacia atrás hasta que mis rodillas tocan la cama y me caigo en ella. Tengo a Dylan encima mío. Todos los problemas, todos mis pensamientos, se han desvanecido. Ahora solo somos Dylan y yo. Agarro su camiseta y se la levanto. Él separa nuestros labios para poder quitársela, pero vuelve a juntarlos al tirarla al suelo. Noto sus manos en mi estomago, que empiezan a levantar mi camiseta ahora. Toda nuestra ropa acaba en el suelo, y Dylan me mira fijamente a los ojos.

—¿Te parece bien que...—me pregunta, pero yo le interrumpo.

—Sí, Dylan. Quiero hacerlo.

Y nada más decirle eso, pego sus labios a los míos. Este es el momento que he estado esperando durante mucho tiempo, y sé que el también. Me he dado cuenta de que Dylan es el amor de mi vida, la mitad de mi corazón, y de que no le dejaré ir. Ni ahora, ni nunca. 

Never loved youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora