Capítulo 27

197 14 5
                                    

Os recomendaría volver a leer el capítulo anterior para acordados de lo que pasó anteriormente. Siento haber tardado. 



DYLAN

—Simplemente quiero saber si... si de verdad estás mejor así.—me dice Alissa. Noto cómo se está poniendo nerviosa.—Solo quiero asegurarme.

No hagas esto, por favor. No lo hagas más difícil.

—Alissa, hice esto por ti, porque es lo mejor para ti. No deberíamos hablar de esto...

—¿Lo mejor para mí?—me dice con una risa irónica, pero vuelve a ponerse seria—Esto no es lo mejor para mí. No estoy bien así, Dylan.

No lo entiendo. Si hice esto fue porque sabía que estaría mejor sin mí. Creía que se olvidaría de mi, que intentaría encontrar a alguien mucho mejor que yo. Han sido unas semanas muy duras para mí. No podía dejar de pensar en ella. No podía dejar de pensar en que ya había encontrado a otro chico, y se me partía el alma cuando lo hacía. Que me haya dicho esto ha sido un gran alivio para mí. Alissa, Alissa, Alissa... Siempre en mi cabeza.

—Yo tampoco lo estoy, Alissa. No lo estoy en absoluto.—le digo acercándome a ella, quiero estar más cerca de ella.

—Pues no hagas esto, por favor.—me dice con lágrimas en los ojos, y derrepente rompe la distancia que hay entre los dos y me abraza, tan fuerte que casi me caigo para atrás.

Se acabó. Ha podido conmigo. Sabía que en algún momento llegaría este momento, pero pensaba que sería lo suficientemente fuerte como para no hacer lo que estoy haciendo. Le rodeo con mis brazos y le devuelvo el abrazo. Le he echado tanto de menos, que mis ojos empiezan a humedecerse también. Nos mantenemos así durante varios minutos. No quiero soltarla, no quiero volver a dejarle ir. Soy un auténtico estupido.

—Lo siento, muchísimo—le digo y le beso la cabeza.

—Te he echado de menos—me dice, y separa la cabeza de mi pecho para poder mirarnos.

—Yo también—suspiro y me froto los ojos para que no vea que estoy llorando—No sé...no sé en qué estaba pensando.

—No vuelvas a hacerlo. Nunca.

Le cojo la cara con las manos y le digo: No lo haré, te lo prometo.

Y sin poder aguantarnos, juntamos nuestros labios y nos damos el beso que hemos estado esperando durante dos semanas. Echaba de menos sus labios, echaba de menos tocarle, echaba de menos estar tan cerca de ella, le echaba menos a ella. Me equivocaba. Me equivocaba en pensar que estaríamos mejor separados. Me he dado cuenta de que estamos hechos el uno para el otro, y que nunca más volveré a dejarle ir

Never loved youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora