21. Aquello tan deseado

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Mark salió temprano, a las 8 se encaminó a las ruinas de Machu Picchu. Se llevó su cámara y una mochila con agua y un bocadillo que compró, también unas barritas energéticas porque pensaba comer en el campo y no tener que ir deprisa para poder comer en el hotel.

Pasó un par de horas hasta que empezaron a llegar muchos más turistas, así que se fue por una zona un poco más solitaria, aún había algunas personas.

Se sentó a comer en uno de los escalones, llevaba caminando algunas horas y sacando fotos de aquel lugar y era casi la 1, no tenía mucha hambre pero quería reponer algunas fuerzas con los sándwiches que tenía preparados.

De pronto se acercó a él una avispa a las que les tenía cierto miedo y al intentar escapar de ella se resbaló y tropezó deslizándose por una pendiente de arena. Gritó porque veía cómo se iba a aproximar al suelo y se iba a caer cuando alguien lo agarró tirando de él hacia un lugar más seguro y respiró profundamente viendo como la muerte se alejaba de él.

Unos segundos más tarde escuchó la voz de la persona que le había agarrado, parecía estar tan sorprendido como él.

-¿Mark...?

Se miraron los dos aún agarrados y no se podían creer lo que estaban viendo.

-J...Jackson.

-¿Cómo? ¿Qué haces? ¿Por qué? –empezó a preguntar el chino.

-No, no... ¿Cómo es posible que estés aquí?

-¿Qué es lo que haces tú aquí?

-Vine de vacaciones –dijo Mark y se soltó del agarre pero lo abrazó por el cuello pegándose a él como si no volviera a verlo nunca.

Se quedaron muy juntos y claramente Jackson le correspondió al abrazo. Algunas personas se quedaron mirando porque habían visto cómo el americano casi se mata y ahora estaba teniendo aquella escena de amor.

-Pensaba que no te importaba –dijo el chino algo serio debido a que nunca le mandó un mensaje, pero estaba emocionado de tenerlo allí.

Mark se alejó de golpe mirándolo con cierto enfado aunque estaba demasiado feliz como para estarlo de verdad.

-¡Es que eres tonto! ¿Cómo se te ocurre dejarlo allí en el pantalón y no avisarme? Lo encontró mi madre todo roto y borrado después de un montón de tiempo –se quejó el chico y le pegó un golpe en el brazo que le hizo un poco de daño.

-¡Ah! No me pegues Mark, podemos matarnos aquí que este lugar es muy alto –dijo Jackson riendo un poco, ahora estaba mejor sabiendo la razón.

-Bajemos de aquí –dijo Mark riendo un poco.

Los dos caminaron juntos y fueron a una zona menos peligrosa, apartados de la gente y con árboles para que les diera sombra. Mientras tanto charlaban de lo mucho que se habían echado de menos. Al llegar a aquella zona dejaron sus mochilas apoyadas en el árbol y Jackson, antes de que el otro pudiera sentarse, lo agarró de las caderas y lo empotró en el árbol dejándolo allí acorralado. Mark se asustó un poco pero sin duda le gustaba.

-¿Qué pretendes? –preguntó el americano.

-¿Por qué has conseguido que no deje de pensar en ti en todos estos meses?

-Yo te pregunto lo mismo, ni un solo día te he sacado de la mente.

Mark lo rodeó por el cuello y lo acercó más a sí. Por un momento pensó que aquello debía ser un sueño pero estaba siendo demasiado largo y coherente como para que no fuera real.

See the light (MARKSON)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz