26. Pillados

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El día de Mark y Jackson fue realmente provechoso, visitaron un museo, el museo del Inca. Pasaron casi todo el día en el museo y por la tarde, antes de volver al hotel, dieron un paseo por la zona. Aprovecharon para hacerse miles de fotos posando con cualquier objeto o ruina, se llevaron el palo selfie así que en más de una ocasión aprovecharon para sacarse fotos juntos y sonrientes, con caras divertidas, abrazados o, cuando no había nadie mirando, incluso salían dándose un beso.

A lo largo del día se fueron dando cuenta de que no había ninguna persona que los reconociera por el lugar, no eran artistas famosos, eran deportistas y ya había pasado un tiempo desde las Olimpiadas así que era normal que nadie recordara sus caras en países que no eran los suyos. Por aquella razón y con menos miedo a ser descubiertos, cuando recorrieron la ciudad decidieron ir agarrados de la mano charlando de las increíbles cosas que habían visto a lo largo del día, encontrando una afición común por la historia, el arte y las civilizaciones antiguas.

Decidieron que debían visitar Sacsayhuaman uno de los próximos días y querían volver al lugar donde se habían encontrado, en las ruinas rodeados de las montañas y la naturaleza, aunque también tenían previsto descansar un par de días paseando por el lugar y disfrutando del hotel y las comidas que se hacían por los barrios cercanos.

Tomaron un autobús para volver al hotel, no estaba demasiado lejos, y cuando entraron en la habitación los dos tenían en mente ducharse, pero ninguno estaba seguro de si hacerlo juntos o separados.

-Ehm... ¿Te vas a duchar? –preguntó Mark.

-Pues... Sí, pensaba ducharme... ¿Quieres ir primero? –preguntó Jackson tanteando el terreno.

-Me da igual, la verdad.

-Bueno, pues si quieres voy yo primero.

-Está bien, yo llamaré a mis padres mientras tanto –dijo Mark con una tierna sonrisa y le dio un beso en sus labios.

-Eres adorable, está bien, llama a mis suegros, luego llamaré yo a los tuyos –dijo Jackson divertido y se dieron otro beso.

El chino se fue a la ducha y Mark hizo una videollamada sentado en la cama. Esta vez respondió su hermano aunque la llamada fuera al móvil de su madre.

-¡Hey! ¡Es Mark! Venid –dijo el hermano sonriente, pues no hablaba tanto él.

-Hey bro –saludó Mark alegre.

-¿Cómo te van las cosas por Mexico? ¿O era Argentina? ¿Fuiste a Ecuador?...

-Perú, niño –se quejó Mark respondiendo directamente para que no siguiera diciendo países sin acertar ninguno. Vio de fondo como se acercaba primero su madre y luego más tarde su padre con Coco en brazos.

-Hola, hijo... ¿Todo bien? –preguntó el padre esta vez.

-Todo genial... ¡Coco! Te echo de menos.

-¿Y a nosotros no? –preguntó la madre riendo un poco, por molestar a su hijo.

-Claro que sí, pero con vosotros puedo hablar.

-¿Qué has hecho hoy? ¿Hace mucho calor? ¿Por qué nunca me llevas cuando viajas? –preguntó su hermano en el centro de la pantalla.

-Quería estar solo... Hace calor, pero me resguardé en un museo muy interesante y estuve allí casi todo el día, mañana todavía no sé qué haré, tal vez madrugo para desayunar y luego vuelvo a la cama.

Rieron todos ellos y apareció la hermana a lo lejos con un albornoz y una toalla en la cabeza, traía un palo selfie consigo.

-Mark no puede vernos a todos, pongamos el palo selfie –dijo ella y de pronto el móvil empezó a volverse loco enfocando el suelo, el techo, la mesa, todo negro y luego el techo hasta bajar de nuevo a enfocar a toda su familia, ahora podía verlos a todos.

See the light (MARKSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora