23. El mejor postre

4.7K 418 112
                                    


En cuanto entraron en la habitación del hotel, Jackson lo aprisionó contra la puerta y se acercó a sus labios de una forma un tanto ansiosa, pero aquello le gustó al mayor que enseguida colocó sus manos en las mejillas del contrario y sonrió mientras se acercaba hasta unir los labios de ambos y comenzar a besarse.

Sus bocas se movían con ganas, despacio y apasionado, dejando que se humedecieran con la saliva contraria mientras las manos de Mark empezaban a hundirse en los cabellos cortos del menor. Jackson por su parte fue colocando sus manos en las caderas del americano sujetándolo con fuerza, impidiendo que escapara de él.

Al separarse del beso jadeantes para poder tomar una bocanada de aire, se miraron en la oscuridad ya que no habían encendido ni las luces. Jackson subió una mano a la mejilla del otro para acariciársela y le robó un beso más. Mark se dejó encantado.

-Tus besos son mejor de lo que me he imaginado este tiempo –dijo Jackson, pero esta vez en chino.

Mark no se esperaba que le hablaran en aquel idioma y le costó entender todo lo que le dijo, por lo que tardó en reaccionar con una suave risa acompañada de un cariñoso beso en los labios.

-A veces me olvido de que también hablas chino... Pareces americano con tu inglés perfecto.

-En chino a veces sueno más sexy –dijo Jackson riendo y le robó otro par de besos.

-Tú suenas sexy siempre que quieras en el idioma que sea.

Mark encendió la luz y se fijó en que los labios de Jackson ya estaban algo hinchados, supuso que los suyos debían estar igual. El chino le dedicó una divertida sonrisa picarona ahora que podía verlo con claridad. Lo agarró de la mano y tiró de él para que se acercaran a la cama. El americano se colocó en frente de él y lo rodeó con los brazos por el cuello volviendo a besarlo mientras caminaba hacia atrás. Jackson cerró los ojos siguiéndole los pasos y el beso sin saber bien por donde caminaba, solo se agarró a su cintura y se dejó guiar.

Cuando tropezaron con la cama Mark separó rápidamente sus labios de los del menor y abrió los ojos, sujetándose bien al cuello del otro para no caer aunque fue en vano. Jackson lo miró un poco asustado al separar los labios tan deprisa pero perdió el equilibrio junto al mayor y cayeron en la cama. El americano aún podía tocar el suelo con los pies y Jackson seguía de pie, pero apoyando sus manos en la cama quedando muy cerca del mayor.

Se incorporó y al hacerlo, Mark se sentó observándolo con curiosidad y con impaciencia por saber lo que pretendía. Jackson comenzó a desabrochar los botones de su camisa uno por uno. Lo hacía despacio, pretendiendo ser sensual y lo cierto es que lo conseguía, se notaba que tenía experiencia en ello aunque fuera la primera vez con un hombre.

Cuando quedaba a penas un botón, Mark se levantó y lo rodeó hasta quedar detrás de él. Cuando el menor terminó de desabrochar el último, aprovechando que era más alto que él, el americano comenzó a besarle la nuca mientras acariciaba sus costados por encima de la camisa, besos calientes y nada inocentes que a su paso dejaban leves mordidas. Con cada una de ellas, Jackson se estremecía y notaba como su cuerpo, cada vez más caliente, podía tener escalofríos haciendo que su temperatura corporal pareciera una montaña rusa.

Finalmente las manos de Mark llegaron al final de su recorrido por la camisa, los hombros, y una vez allí fueron retirando su camisa mientras su boca besaba la nueva piel visible que quedaba en los hombros, hasta dejar caer la camisa sobre el suelo.

-De todas las veces que he podido imaginar estas cosas contigo, jamás imaginé que pudiera sentir estas cosas –susurró el chino medio embobado con aquellas sensaciones.

See the light (MARKSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora