Capítulo 10.

1K 65 13
                                    

PDV KARIN:
-In... Rin... ¡Karin!- escuchaba de fondo como alguien me llamaba por mi nombre. Intenté abrir los ojos para saber quien era la persona que me llamaba, pero nada, mis párpados no me hacían caso.
Seguí observando la oscuridad que mis párpados cerrados me proporcionaban hasta que sentí como alguien comenzaba a darme cachetadas en las mejillas a diestro y siniestro.
Ya comenzaba a escocer.
Y bastante.
Pero aún así yo era incapaz de abrir los ojos, y ni si quiera sabía porqué. Estaba completamente despierta y consciente de todo a mi alrededor, pero mi cuerpo no quería cooperar conmigo y no me hacia caso. ¿Que quería mover el dedo? Nada, se quedaba tan quieto como si estuviese muerto. Y toda ésta situación ya me estaba cansando.

-Maldita sea Karin, ¿quieres despertar de una jodida vez?-

Y ahora escuchaba a penas susurros. La voz de antes ya no se escuchaba tan fuerte como al principio...

-Karin... Me estoy cabreando.-

Y encima ahora sentía un hormigueo subirme desde la punta de los dedos de los pies, hasta la punta de los dedos de la mano.

-Me cago en la niñata de mierda... Diciendo que quiere ser más fuerte y después no puede soportar un estúpido y leve desmayo.-

Decidido. Cuando me entere de quien cojones es la persona que no para de parlotear tonterías, la mato. Es que la mato.

-Tss... ¿Que iba a esperar yo de una niña de primaria?-

Pero será...
-¡¿A ti que cojones te pasa gilipollas?!- me levanté de un sobresalto y lo primero que hice fue gritar esa frase a quien fuese que tuviese delante. Despues de unos segundos de darme cuenta de lo que había hecho y de identificar a la persona que tenía frente a mis ojos reaccioné.
-¿Que...? ¿Amaya? ¿Que ha pasado? ¿Donde estoy? ¿Y los demás?- tan solo pude hacer preguntas estúpidas porque la verdad no recordaba nada, y por lo tanto tampoco entendía nada. Pero a diferencia de la esperada reacción que tenia ya imaginada de Amaya, ésta se abalanzó hacia a mi con los brazos extendidos. Sí, me había dado un abrazo.

Y yo seguía sin entender nada.

Pero bueno, tampoco creo que haya pasado nada malo... Creo.

-¡Me has dado un jodido susto! Te juro que la próxima vez me encargo de matarte yo misma en cuánto despiertes estúpida.- y ahí tenéis la tan cariñosa manera de mostrar afecto por parte de Amaya.
-Tan dulce como siempre...- murmuré mientras no pude evitar una leve sonrisa en mi rostro. De repente, Amaya se separó de mí bruscamente y me miró a los ojos alarmada.
-¡Mierda! Debemos darnos prisa antes de que se agote el tiempo.- y yo seguía sin entender nada.
-¿Me podrías explicar de que mierda estas hablando? No estoy de broma, no recuerdo nada.- Amaya me miró con detenimiento a los ojos, y aun que pudo haber sido mi imaginación, me pareció ver una pizca de compasión en su mirada.
-Mira... sí realmente no te acuerdas de nada estarás metida en un gran problema.- me dijo con tranquilidad, y analizando con detenimiento mi posible reacción.
-¿Ah? ¿Podrias ir directamente al grano? En serio, me estas asustando.- estaba empezando a asustarme el extraño comportamiento de Amaya, era la primera vez que la veía tan nerviosa e histérica.
Amaya soltó un suspiro, mostrando lo agotada que estaba mentalmente.
-Mira, ¿que es lo último que recuerdas?- Amaya me observaba atentamente esperando mi respuesta.
-Puees...- comencé a hacer memoria y las imágenes aparecieron en mi cabeza inmediatamente, una seguida tras otra, dándome poco tiempo para procesarlo todo.
-¿Y bien?- Amaya me sacó de mis pensamientos y me la quedé mirando para seguidamente abrir los ojos alarmada.
-Recuerdo que Urahara nos estaba contando que yo tenía que volver a utilizar mis poderes o sino no podría entrar en la sociedad de almas, porque entonces mi poder enloquecería y perdería el control, ocasionando mi ejecución a manos de la sociedad de almas.- paré para poder inhalar el oxigeno que mis pulmones necesitaban ya que había dicho todo de carrerilla y me estaba quedando sin respiración.
-Ajá, y entonces te desmayaste.- asentí en respuesta. Un momento...
-¿Como sabes tu eso? No estabas presente en aquel momento.- le pregunté confundida mientras la miraba dubitativa.
Amaya tan solo suspiró para seguidamente responder a mi pregunta.
-Tú hermano me lo contó. Y antes de que continúes haciéndome preguntas dejame explicarte algo.- Amaya me miró duramente, advirtiéndome con la mirada de que estaba perdiendo la paciencia y que iría directa al grano. Tan solo asentí, incapaz de emitir palabra alguna.
-Bien, entonces prosigo... Después de que te desmayaste, por alguna razón Haruki y yo fuimos expulsados de tu cuerpo a la fuerza. Por esa misma razón ahora me encuentro frente a ti, Haruki en éstos momentos se encuentra con los demás ayudándoles a entrenar. ¿Y porque fuimos expulsados de tu cuerpo? Esto tan solo es una suposición, pero creemos que alguien con un poder enorme quiere ponerte a prueba para saber si realmente eres la indicada para controlar el inmenso poder que Haruki y yo guardamos en nuestro interior.- Amaya paró de hablar para mirarme con detenimiento, supongo que me estaba dejando tiempo para asimilar lo que me acababa de decir. Pero es que... No entendía.
-Eh, ¿qué? ¿Como que fuisteis expulsados de mi cuerpo? ¿Eso significa que ya no tengo poderes? ¿Ya no me necesitáis? ¿Me vais a abandonar?- comencé a respirar con dificultad, el simple pensamiento de perder a Amaya y Haruki me asustaba de una manera que jamás me imaginé. Ese par se había convertido en personas muy importantes para mi, pero sobretodo, en personas esenciales en mi vida, ya no me imaginaba mi vida sin ellos, ya no me imaginaba tener una vida normal sin mis poderes y sin poder ver a esos asqueroso Hollows. No me imaginaba una vida sin poder ver a Tosh- digo, a los Shinigamis.
¿Que mierda he estado a punto de decir? Me negaba a albergar ese tipo de sentimientos hacia Toshiro...
Una punzada de dolor me atravesó el pecho tras ese pensamiento. ¿Que me ocurre? ¿Estaré enferma?
-Hey Karin, ¿estás bien?- Amaya me sacó de mis pensamientos.
-¿Eh? Si... Yo... Solo... Estoy bien.- suspiré. Últimamente me estaba sintiendo muy estresada con todo lo que estaba pasando... Y encima Toshiro no salía de mi mente, y eso no me gustaba para nada.
-Karin, hay una cosa que no te he dicho...- miré a Amaya con curiosidad, ésta se encontraba totalmente nerviosa y avergonzada. En cuanto nuestras miradas se encontraron ella tan solo agachó la mirada. Que extraño...
-Dime.- hice un movimiento de cabeza tras indicarle que prosiguiera, dando a entender que toda mi atención estaba puesta en ella.
-Verás... A pesar de que Haruki y yo hayamos salido de tu interior, nosotros seguimos conectados a ti.- fruncí el ceño sin entender.- Nosotros podemos leer tus pensamientos, da igual lo lejos que estemos de ti. Podemos contactarnos telepáticamente.- abrí los ojos sorprendida... Eso quería decir... Que ella y Haruki...
Amaya asintió, dándome a entender que había leído mis pensamientos.
-Y si te soy sincera... A mi parecer tú... Estas enamorada de Toshiro Hitsugaya.-

No. Yo no...

-Amaya... Tengo miedo. Tengo miedo a llegar a quererle demasiado... Tengo miedo a que si mis sentimientos siguen su flujo llegue a perderlo. Tengo miedo a enamorarme todavía más de él.- ni si quiera me dio tiempo a pensar lo que había dicho. De todas formas tan solo había sido sincera. Amaya estuvo a punto de decirme algo pero otra voz la detuvo.
-¿Enamorada de quien?- miré al dueño de aquella voz y abrí los ojos asustada.
-Ichi-nii...-

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hey, ¿que tal? Cuanto tiempo...
Si, lo , me tardé mucho. ¿Pero que le vamos a hacer? Soy una irresponsable y ya no tengo arreglo así que...ƪ(•̃͡ε•̃͡)∫

Bueno, espero que les haya gustado este cap... Como ven, Karin esta empezando a darse cuenta de sus propios sentimientos, ¿pero y Toshiro? Bueno, eso lo sabrán en el siguiente capítulo🌚

Nos leemos pronto...
-Misaki:3

Eres Mi Debilidad. (Toshiro X Karin)// ACTUALIZACIONES LENTAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora