Capítulo 16.

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PDV NARRADOR:
Se podía observar a un hombre andar con mucha prisa, se desconocía completamente hacia donde se dirigía, pero por la seriedad que su rostro nos brindaba daba la sensación de que se dirigía a un lugar bastante importante o a encontrarse con alguien de alto rango.
Aquél hombre de cabello verde y con un corte diagonal en el flequillo se paró enfrente de una enorme puerta de color blanca con unos símbolos desconocidos de un tono rosado. Con sus filosos ojos amarillos estudió la puerta de arriba abajo a su vez que su ceño crecía.
-Cada día cambia la puerta de color, parece una niña mal criada, aun que no es del todo erróneo.-
Parecía que aquellas palabras se las susurraba a si mismo, aun que su tono de voz habia sido más fuerte que un simple susurro. Y como respuesta a sus palabras, que en ese momento él  hubiera deseado haberselas guardado en su mente, la puerta se abrió dejandonos ver la figura de una niña pequeña.
-Con niña mal criada, ¿te refieres a mí?- aquella niña de cabello lila, el cual sujetaba con dos grandes coletas, sonreía de una forma bastante escalofriante hacia aquél hombre.
-Mis disculpas princesa, no quería incomodarla con mis sucios pensamientos, no volverá a ocurrir.-aquel hombre de cabellos verdes se arrodilló ante aquella pequeña niña de coletas. Mantenía sus ojos fuertemente cerrados esperando la respuesta de su princesa. 
-No importa, no tengo tiempo para ponerte un castigo. Simplemente llevame con papá.- la pequeña niña, que llevaba un fino y corto vestido de color blanco haciendole parecer un ángel, pasó por su lado a un ritmo bastante rápido. Aquél hombre de cabellos verdes, sin darse tiempo a pensar, salió corriendo detrás de ella.

Pasados unos pocos minutos ambos llegaron a una sala de un tamaño considerablemente grande, este podía incluso ser más grande que la sala de reuniones del Seretei, donde se suelen reunir todos los capitanes y subcapitanes.
La pequeña niña se adelantó hacia al centro de aquella sala donde se podía apreciar un trono pequeño junto con una mesita con tazitas de té encima. Alrededor de aquella redonda y pequeña mesa, se encontraban 4 sillas de madera, a parte del trono antes mencionado. En cada silla se encontraba un peluche diferente, cada cual mas terrorífico.
-Buenas tardes mis queridos amigos, lamento la tardanza.-
Y sin más preámbulos, aquella pequeña niña se sentó en aquel trono mientras conversaba con aquellos peluches, como si estos fueran sus amigos.
En cuanto al hombre de cabellos verdes, este en cuanto puso un pie en aquella sala se dirigió a una de las 4 esquinas de aquel lugar. Él se posicionó en la esquina inferior izquierda, donde allí le esperaban 3 personas más.
-Te has tardado demasiado Yukio.- una mujer bastante alta, de cabello rubio y corto fue la primera en hablarle a aquél hombre de cabellos verdes, del que ya sabemos su nombre.
-Lo lamento Hirako. No fue mi intención, pero es que de camino tuve una visión.- Yukio le respondió a aquella mujer llamada Hirako, ésta al escuchar sus palabras abrió los ojos sorprendida.
-¿Otra? ¿Pero no tuviste una hace menos de una semana?- un joven de cabello azul claro decidió introduirse en la conversación tras escuchar las palabras de Yukio.
-Si, y es muy extraño. Se supone que los intervalos entre mis premoniciones deben de ser de 2 semanas como mínimo.- el chico de cabello azúl no supo que mas responder, lo que ocasionó que se formara un silencio incómodo entre ellos tres.
-Deberías de hablar con nuestro Rey, Yukio.- un hombre mayor de piel oscura y con una barba bastante poblada se acercó a Yukio.
-Lo sé William, eso planeaba hacer.-
Y tras decir sus palabras, unas fuertes pisadas se hicieron escuchar en aquél lugar, ocasionando que incluso la pequeña niña que jugaba con sus peluches, parara cualquier acto que estuviera haciendo y se sentara paciente y callada en el trono, observando el lugar de donde provenia el ruido.
Y poco segundos después, apareció por la entrada un hombre de cabello oscuro, tan oscuro como el carbón al igual que sus ojos, los cuales no transmitian nada, parecía como si estuvieran apagados, como si los ojos no tuvieran un alma que mostrar.
Aquél misterioso hombre siguió su andar hasta posicionarse al final de aquella sala, donde se encontraban unas escaleras de mármol blanco que lo conducían a un enorme trono en lo más alto de aquel lugar.
Tras sentarse en su trono, la pequeña niña giró su trono para así poder quedar cara a cara con aquél hombre. Los grupos de 4 personas que se encontraban en cada esquina del lugar, se acercaron a ellos hasta formar un semicirculo a unos pocos metros de la pequeña niña de cabellos lilas.
-Bien, como puedo contemplar que no falta nadie más por venir, empezemos.- aquél misterioso hombre habló entre el silencio de aquella enorme sala, su voz era muy fuerte y potente, dando a entender su poderío en aquel lugar.
Pero antes de que continuará hablando, un pequeño carraspeo hizo que sus ojos se posicionaran en un extrañamente confiado Yukio.
-Mis más sinceras disculpas, mi Rey. Pero debo comentarle algo muy importante, señor.- Yukio dio un paso adelante tras recibir un asentamiento de cabeza de aquel hombre tan oscuro y misterioso que parecía ser nada más y nada menos que su rey.
Y sin más preámbulos prosiguió a explicar su última visión, la cuál, trataba de una pequeña shinigami con unos poderes asombrosos que podría ser tanto enemiga como aliada.

PDV KARIN:
La noche anterior me habia quedado hablando hasta altas horas de la noche con mi hermano, sus batallas me habían parecido muy interesantes y a su vez muy peligrosas. Gracias a mi hermano me habia dado cuenta que ser Shinigami no era una tontería, era algo que debía tomarme muy en serio ya que podría llegar a perder la vida y por mi descuido podía ocasionar que cientos de vidas se perdieran también. Y esa es una responsabilidad que pesaba mucho sobre mis hombros.
Me levanté de la cama y bostecé, tenía muchísimo sueño pero tenía que ir a entrenar con Rukia. Sí, Rukia Kuchiki se había prestado voluntaria a entrenarme, no sé que esperarme del entrenamiento con ella.
Entré al baño y me duché, tardé bastante en terminar de asearme pero como me había levantado bastante temprano tenía tiempo de sobra. Tras terminar de hacerme la coleta alguien tocó la puerta de mi habitación, bueno, de la habitación en donde me estaba hospedando.
-¡Adelante!- grité desde el baño, seguidamente escuché como la puerta se abría y alguien entraba con pasos lentos al cuarto. Salí del baño pocos minutos después, tras terminar de ordenar un poco el desastre que había montado allí dentro mientras me aseaba.
-Ya podemos irnos.- hablé a la persona que habia entrado a mi cuarto, que tal y cómo había supuesto, era Rukia.
-Claro, vamos.- Rukia salió primera y yo la seguí, con ganas de saber a dónde me llevaría a entrenar y como sería el entrenamiento.

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De todos los lugaros que me imaginé que iba a llevarme a entrenar, jamás, pero jamás en la vida se me podría haber pasado por la cabeza que me traería a éste sitio.
-Ehhh... ¿Rukia? ¿Por qué me has traído aquí?- pregunté a Rukia mientras veía a un montón de hombres sudorosos luchando entre ellos con katanas de madera.
-Bueno, como supuse que la mejor forma de extraer tus poderes sería llevándote al borde del peligro, ¿que mejor peligro que entrenar en el dojo de la décimo primera división?- tras decir eso, Rukia avanzó con paso decidido entre aquella masa de hombres sudorosos y sedientos de sangre. Me quedé unos segundos sin moverme, mi cuerpo no reaccionaba, últimamente me sentía muy estúpida. Cuando mi cuerpo por fin decidió moverse y hacerme caso, avancé com seguridad por el mismo camino por el que Rukia había pasado, cuando estaba a punto de llegar a dónde se encontraba Rukia, que se encontraba hablando con Kenpachi Zaraki, un hombre calvo se me interpuso a mitad de camino.
-Con que tu eres la hermana pequeña de Ichigo Kurosaki, !¿ehhh?!- aquél hombre acercó su rostro muy cerca del mío como si estuviera intentando intimidarme, y más que intimidarme me causaba gracia.
-Sí, soy yo. ¿Y que?- me crucé de brazos molesta, por alguna razón el hecho de que solo me hablaran por ser la hermana pequeña de Ichigo me estaba empezando a sacar de los nervios.
-Uuhhhhhh, tienes el mismo carácter que tu hermano. A ver si eres igual de fuerte que él. Te reto a una pelea, ¡va!  Muestrame que puedes hacer.- aquél hombre calvo se sacó la parte de arriba y me apuntó con su katana de madera.

¿Acaso en esta división todos eran unos putos adictos a las peleas o qué? Tengo la sensación que mi estancia aquí va a ser un poco más que agotadora.
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WOOOOOOW, ¡¿QUE ESTÁ PASANDO AQUÍ?! ¡¿ACTUALIZANDO TAN RÁPIDO?!

Pues sí nenas, ya tienen capítulo nuevo. ¿Por qué tan pronto? Ni idea, simplemente mi cerebro, por fiiiin, decidió funcionar.

Y pues no tengo nada más que decir, lo de siempre, espero que les haya gustado el cap si es así denle a la estrellita... O no, como quieran, no es obligatorio, yo nunca lo hago así que si no quieren hacerlo no lo hagan, yo es que me suelo olvidar de darle xD.

Y bueno, cualquier critica, tanto buena como mala, que tengan sobre el cap pueden dejármelo en comentarios, os lo agradecería mucho, ya que así puedo ir dándome cuenta gracias a ustedes de mis errores e ir mejorandolos.

Así que hasta pronto baes (o nop quien sabe xD)

-Misaki:3

Eres Mi Debilidad. (Toshiro X Karin)// ACTUALIZACIONES LENTAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora