Marauders Things

Conflictos

James:

Furiosa subias los escalones, estabas harta de las constantes insinuaciones de James hacía Lily, ya ni siquiera sabías si él te amaba realmente.

-(T/N), (T/N) por favor escuchame.-te suplicó siguiendote.

Tratabas de ignorarlo, no querías saber nada del chico de lentes, querías olvidarte de él aunque sea por algunas horas.

Cuando pretendias girar para poder perderte entre las personas que deambulaban por el pasillo, James tomo tu mano.

Giraste furiosa, en ese mismísimo momento si James llegará a decir algo erróneo, tú simplemente podrías terminarlo en ese instante.-¿Que mierda quieres?-preguntaste enojada, tanto que hasta él se sorprendió.

James dudo en hablarte, no quería empeorar las cosas.-Yo solo quería preguntarte si tú querías ir conmigo al campo de quidditch.-fue lo único que dijo. Tú le miraste atónita, ni una miserable disculpa salió de sus labios, por un segundo tuviste el impulso de golpearlo.

-¿Porque no se lo preguntas a Lily? Deseguro ella estaría extasiada de acompañarte. - dijiste sarcástica para después irte, dejando a James con la palabra en la boca.

Remus:

-Remus, entiende, tienes que ir a la enfermería- dijiste al examinar el pecho de tu novio. Tus dedos se deslizaban por esta, tocando las viejas cicatrices y examiando las nuevas, las cuales se encontraban frescas y con algo de sangre. Con un algodón intentabas desinfectarlas, lo cual era un trabajo algo doloroso para ti por escuchar los constantes quejidos de Remus.

La luna llena recién había sido ayer, tú ya sabías lo que eso implicaba. Remus aullando y sufriendo en la supuesta casa embrujada, mientras que tú intenbas ahuyentar la molesta curiosidad de Severus.

Al uno de tus dedos sin querer rozar uno de los rasguños, Remus ahogó un gemido de dolor.-No lo necesito, te tengo a ti. Eres como mi enfermera personal.-dijo despreocupado, mientras soportaba el dolor del alcohol sobre una herida.

Paraste el algodón por un momento, en ese tiempo te dedicaste a mirarlo.-Cariño, es tu salud, eso es muy importante y lo siento, pero estoy segura que allá te pueden tratar mejor las heridas.-admitiste volviendo a tu trabajo de curar las rojas y sangrantes heridas.

Remus vacilo en contestarte, no se le ocurría nada para decirte y antes de que él pudiera hacerlo, continuaste.-Te lo juro, a veces creo que me preocupa más a mi tu salus que a ti mismo.-susurraste para ti misma.

Remus te miró, en su mirada se notaba culpa, a él no le gustaba decepcionarte.

Sirius:

Sirius te seguía con rumbo a la biblioteca. Estabas algo molesta con él y eso era porque a causa de los molestos y tontos celos de Sirius, algunos chicos se habían alejado de ti.

Sirius te decía miles y miles de excusas o reproches, tú ni siquiera te inmutabas, lo ignorabas, Sirius te tenía harta.

Al llegar divisaste a los otros tres chicos sentados en una de las mesas. Ninguno exactamente se encontraba estudiando, solo estaban allí, matando el tiempo.

-Miren quiénes han llegado. El señor y la señora Black.-se burló James a modo de saludo.

Remus y Peter les sonrieron al instante. Remus palmeo el asiento libre que se encontraba a su lado, lugar donde se sentó Sirius y tú te sentaste en el asiento al lado de James.

-No, ya no. Ahora es la señora Snape. No puedo esperar la boda.- el tono de Sirius se notaba serio y sarcástico, tú lo miraste boquiabierta, de verdad no podías creer que se hombre podría llegar a decir eso.

Resoplaste fastidiada, estabas harta de su actitud.- De verdad que eres infantil.

-¿Infantil? ¿yo?- preguntó Sirius apuntandose a si mismo. Estabas a punto de contestarle cuando el siguió hablando.- Por lo menos yo no andaba de perra, estando con otro cuando ya estoy con alguien.

James, Remus y Peter los miraron a ambos. Ninguno se atrevía a decir algo. Solo se limitaban a ver su pequeño intercambio de palabras.

-¡Solo le estaba piediendo ayuda! ¡No seas tan posesivo, Black!-gritaste furiosa, golpeando la mesa con tus puños. Tomaste tus cosas y te levantaste, para después salir furiosa de la biblioteca.