Marauders Things

Radioactive. ii

🎶 I'm waking up, I feel it in my bones

Enough to make my system blow

Welcome to the new age, to the new age

Welcome to the new age, to the new age

I'm radioactive, radioactive

I'm radioactive, radioactive.🎶

Remus y tu tenían apenas dos años de haberse casado. El tiempo había pasado tan rápido, podías recordar la primera vez que le encontraste con aquel chico tímido de ropas rasgadas.

Sin embargo, aquellos buenos tiempos duraron poco. Tras la llegada del Señor Tenebroso al poder el miedo había crecido sin control.

Aunque no estuvieras en la Orden, te enterabas de todo. Las muertes de varios miembros, la del hermano de Sirius y las personas uniéndose a él en contra de su voluntad.

Era horrible verlo decaído , con todas esas cosas corriendo por su mente, recordándole todo lo que pudiera hacer para intentar detener todas esas cosas terribles, pero que, lamentablemente, no puede hacerlo.

La noche había caído sobre ustedes. Estabas sola junto con la compañía de Remus.

Él estaba sentado en la esquina de la cama, su mirada clavada en el suelo.

Lo miraste. Había estado así por semanas. Pudiste oír un sollozo y eso fue la gota que colmó el vaso.

— Remus...— le llamaste acercándote. Una vez al lado de él notaste como algunas lágrimas salían antes de ser quitadas con rapidez de sus ojos por su mano.

— Remus, mírame.— pusiste tus dos manos en su hombro y lo giraste. Sus ojos estaban rojos por haber llorado en aquellos días.

Remus intentó apartarse rápidamente todo rastro que quedase de sus lágrimas, odiaba que lo vieras llorar.— No me pasa nada.

— Remus, cariño, puedes confiar en mí.

Él pasó sus dedos por su cabello. No quería hablar de ello, no ahora y menos contigo.

—Estoy bien, de verdad.— su tono de voz se veía apagado. Él tomó tus brazos y te aparto ligeramente. Remus intentó darte una sonrisa, pero fue en vano.

  — No, no lo estas. Dime que te pasa.— exigiste.

  — No me pasa nada, estoy bien.— Remus sonó molesto.

Él salió de la habitación y tras de él te encontrabas tu, siguiéndolo, intentando descubrir porque se encontraba así. Pudiste encontrarlo en el mueble, su cabeza se hallaba apoyada entre sus dos manos mientras que un suspiro de desesperación se escapaba de sus labios

  — ¿Podrías decirme de una maldita vez que te sucede? — preguntaste de forma testadura, avanzando hacia él con tus manos cruzadas sobre tu pecho.

    — Tengo miedo, ¿esta bien? — grito. Sus ojos estaban rojos, tenia ojeras y su cabello estaba mas desordenado que de costumbre. — Tengo miedo de que algo te suceda a ti o de que algo me suceda a mi, ¿y si tenemos hijos? ¿quién cuidará de ellos si estamos muertos? Ya nada es como antes, (T/N). Estos son tiempos oscuros, tienes que aceptarlo.

Remus se había quebrado, justo en frente de ti. Él temblaba por los sollozos y la ira, odiaba haberte tenido que gritarte, pero ya no podía contenerlo más.

Pusiste a Remus entre tus brazos abrazándolo fuertemente. Los brazos de Remus se aferraron con firmeza en tu cintura, acercándote lo mas posible, como si temiera que te desvanecieras de su agarre en un abrir y cerrar de ojos.

    — Te prometo que haré lo posible para sacarte de esta pesadilla. — susurro de forma apenas audible, apretándote una ultima vez ante de darte un beso en la frente.

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¡Taran! ¡Y aquí esta la segunda parte, hermosuras! espero estar mejorando con esto de las canciones. 

Ya saben, voten, comenten, no sean malos fantasmas. Sé que nunca les digo eso, pero les juro que eso le alegra el día a los escritores de aquí.