Recuerdos...

639 63 7
                                    


Se miró al espejo con una mueca en el rostro. Y sí, lo sabia era absurdo pero no podía evitar mirar la perfecta silueta que comenzaba a desaparecer. Estaba aterrado. Y gordo.

Y apenas tenia casi los tres meses.

-¿Otra vez? Cariño ya hablamos de eso - el de largas hebras rubias le hablo desde la puerta, aun con el polvo en sus ropas por el entrenamiento.

-Como tu no eres el que pasa por esto - le acusó - Tu solo ves y ya -.

-Si, solo veo. Veo a lo más hermoso que puede haber en los nueve reinos, que de seguro espera a otra belleza igual - giro al pelinegro para besarle de manera corta -O otro gran guerrero - junto sus labios una vez más.

-Thor, necesitas arreglarte, la reunión es en menos de una hora y tu pareces un bárbaro oriundo de la más pobre y sucia aldea - lo separó con fuerza indicándole que se fuese a dar un buen baño.

-Loki, mi amor aun hay tiempo - toda intención de querer acercarse fue eliminada al recibir una mirada de desaprobación, las más cruel mirada que había recibido jamás.
Se alejó a pasos veloces para cumplir con la orden de Loki.
Thor, el poderoso Dios Del Trueno le tenía miedo a un Loki embarazado.

Las cosas pueden llegar a cambiar tanto que pueden ser irreconocibles a nuestros ojos, que, no están acostumbrados a tantas sorpresas o a tanta distorsión.
Para Odin, el padre de todo, eso aun era difícil de creer. El día en que recibió la noticia pareció aceptarla y es que pensó que era una broma de muy mal gusto, una ilusión, una mentira. Deseaba un día levantarse de su cama y ver todo de vuelta a la normalidad. Pero eso nunca paso.
De a poco fue aceptando el hecho de que su hijo Thor iba a darle un heredero, un nieto, con nada más y nada menos que con Loki, su hijo adoptivo. Era una de esas noticias que finges aceptar, esperando que fuera mentira, un sueño o pesadilla muy desvariada, pero al cabo de un tiempo te das cuanta de que nada cambia y que la noticia y lo que trajo sigue ahí, apareciendo cada mañana, volviéndose algo permanente.

Y no le quedó otro remedio que apoyarlos, no porque estaba obligado a ello, que aunque lo estaba esa no era su razón para hacerlo.
Era la nueva familia que recién se formaba. Los Thorson.
Podía escuchar por las mañanas mientras daba sus acostumbrados paseos por el palacio, las risas suaves y dulces de Loki provocadas por las tonterías que podía llegar a hacer Thor con tal de hacerlo reír. Llegaba incluso a escuchar como le hablaba al pequeño vientre del hechicero, como si esperara que le escuchase su hijo o hija.
E inconscientemente sonreía por la alegría contagiada, era imposible no hacerlo.
Se prometió ayudar a la pequeña felicidad que llenaba el Valhalla, a su descendencia.

No fue fácil y aun faltaba mucho por terminar pero haría lo posible por ayudar. No quería a su familia dividida de nuevo, que si, no la había pedido tan unida, pero se sentía hondamente afortunado por todo el calor y familiaridad que se sentía al entrar al palacio.
Era algo sin igual.

Algunos reinos daban apoyo a la futura familia y al consorte, otros solo demostraban su interés en el heredero, pero desechaban la idea de tener a Loki como "emperatriz".
Thor casi siempre terminaba furioso al terminar las reuniones, odiaba a los que se atrevían a ofender a su Loki, por eso el mismo se encargaba de ir, para que se atrevieran a decírselo en su cara. Por eso Loki estaba ausente en esas reuniones, siendo calmado por Frigga.

Ese día era la presentación oficial de la pareja real a todos los reinos.
Habían decidido hacerlo ya, sin el consentimiento de los que no estaban a favor. No deseaban esperar mas, nadie del reino se negaba, habían atestiguado que el amor que se leía en los ojos de Loki era totalmente real, no se encontraba odio, rencor ni malicia alguna, solo el amor. Como se predijo, al principio no creyeron en el dios de las mentiras, que no por nada tenia ese nombre. La confianza y aceptación fue llegando gradualmente, conforme lo veían cambiar, endulzarse con el embarazo, cuando lo veían acercarse al pueblo, jugando con los niños que se encontraban cerca, como bailaba y reía con ellos, como después llegaba el Dios del Trueno e imitaba las acciones de Loki, algo impensable a los ojos de sus ciudadanos que miraban la escena impresionados, riendo debes en cuando, transmitiendo una felicidad pura e infantil.

Saving a lost heart (Stony)Where stories live. Discover now