Rubro Equivocado

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El sentimiento de añoranza llegó a su persona justo cuando vio a esa mujer relajar a su bebé, intranquilidad producto de unas cuantas adolescentes que reían y cuchicheaban justo al lado de una fuente.

-La primera regla de un fugitivo es no correr, sino caminar- dijo Black Widow con el rostro tranquilo, el rubio asintió sin relajar su postura, y Tony regresó de sus pensamientos.

Estas en una misión con la mejor agente del mundo y con el héroe de América, concéntrate.

Debía estar a la altura.

-¡Ja! Si Steve corre con los tenis que le traje los destrozará – comentó con burla el castaño mientras se acomodaba las gafas de sol, claro intento de relajar el ambiente.

Steve le miró divertido durante unos instantes para luego seguir vigilando por ese mar de gente que era un centro comercial cualquiera.

Los tres acordaron que un centro de ventas especializado en computadoras sería el mejor lugar para leer la USB, por si esta tuviese implementado un rastreador, que era prácticamente seguro al saber de quienes estaban hablando.

Un lugar amplio, con muchas salidas, muchos testigos...

Caminaron por entre las personas, siendo Tony el que debía cuidarse más, al ser una figura pública que podrían reconocer siquiera hasta por su forma de caminar. Steve era el segundo con más probabilidades y Natasha se veía tan acostumbrada a estar en ese tipo de ambientes que realmente jurarías que es una pelirroja cualquiera.

Tony visualizó como el rubio miraba por encima de las personas, la manera en que su pecho subía y bajaba, olfateando algo que pudiese ser una amenaza.

-Por aquí, señoritas – indicó para girar a la derecha y entrar al enorme local que la pareja no había visto al estar totalmente concentrados en ocultarse.

Le siguieron no más tranquilos. Ella analizó por sobre todas las computadoras hasta detenerse en una y acto siguiente dirigirse a la elegida con suma frescura.

Piraña en el agua, pensó Tony, Steve negó con una disimulada sonrisa.

Eso era lo que más amaba del lazo, recibir de manera inconsciente los pensamientos de su amado, era maravilloso, era como ser uno sólo.

-El disco tiene un programa de seguimiento, así que cuando lo iniciemos S.H.I.E.L.D. sabrá donde estamos – confirmó la agente al observar la memoria y encender la laptop que había elegido. Tony supo el porqué, rápida, compacta y se encontraba al fondo del establecimiento.

-¿Cuánto tiempos tenemos? – fue lo que preguntó el Capitán totalmente centrado al colocarse de manera protectora junto a ella, con el único fin de cubrir la pantalla de los fisgones.

-Si es tan veloz como María presumía, diez minutos – Tony comentó observando el lugar, intentando sentirse lo más cómodo posible.

"Ni siquiera Jarvis encontraría tan rápido como nuestros rastreadores".

-Sí, alrededor de nueve minutos – le dio la razón –A partir de ahora -.

Un "clic" fue el sonido que hizo la USB para entrar, el interfaz de S.H.I.E.L.D. se mostró al momento en la delgada pantalla de dispositivo elegantemente dorado.

-¿No debería estar yo haciendo eso? – Natasha se rió suavemente ante la pregunta de un castaño ofendido.

-No – respondió tecleando velozmente –Yo sé más de S.H.I.E.L.D. que tu – el castaño chasqueó la lengua con resignación, ella tenía razón y eso le molestaba, así como el hecho de no ser el quien presumiese sus dotes informáticos.

Saving a lost heart (Stony)Where stories live. Discover now