Capítulo 3

26K 2.7K 129
                                    

NICOLE

Debí haber imaginado que el vampiro iba a acecharme después de haber escuchado mi conversación con Gabriela. A pesar de haber salido de la cafetería el oído de un vampiro es muy potente por lo que cuando volví a entrar y lo vi mirándome, lo supe.

Miro un par de veces tras de mí comprobando que no me sigue y acelero el paso. El pequeño anillo de plata impregnado en verbena descansa ahora en el interior del bolsillo de mi chaqueta. En pocos minutos llego a mi casa.

— Estoy en casa — me quito la chaqueta y los guantes, y lo dejo todo en el armario junto a la entrada —. ¿Tía Mary?

No recibo respuesta. Tía Mary tiene esta manía de desaparecer todo el tiempo. No sé dónde va y tampoco me importa. La única razón por la que nos soportamos es porque estamos obligadas a vivir juntas hasta que mi padre decida dejar a su nueva y flamante novia. La chica es veinte años más joven y, por supuesto, es su secretaria. Me largué de casa en el momento en que los pillé montándoselo en la encimera de la cocina. Todavía me cuesta olvidar esa imagen. Asqueroso.

Camino hasta la cocina y abro la nevera. Estoy muerta de sed. Mi tía hace una dieta especial basada en apio. Apio para desayunar, comer y cenar. Sí, básicamente va a adelgazar por no comer otra cosa. Compro mi propia comida y la guardo en el estante de arriba. Alcanzo una botella y bebo. Dios, lo necesita.

Rato después en mi habitación me tumbo sobre la cama. Al apoyar la cabeza en la almohada veo la fotografía en la mesilla de noche. La alcanzo y la miro. Han pasado 6 meses y todavía soy incapaz de tirarla. En ella salimos Gabriel y yo, felices y sonrientes. Recuerdo ese día. Hacía calor y fuimos a dar un paseo por el bosque.

Mis ojos se humedecen por el recuerdo. Cojo la foto y la guardo en el cajón. Era un psicópata asesino, tuviste que hacerlo. Me digo a mí misma.

— Tuve que hacerlo —repito en voz alta.


KILIAN

— Cuéntame más —susurro en el oído de la chica.

Ella sonríe y continúa hablando. Desde esta mañana mi misión ha sido recabar información acerca de una persona: Nicole. No ha sido demasiado difícil encontrar una persona que quisiese cooperar. Una chica morena de caderas sinuosas se retuerce contra mí cuando lamo las pequeñas hendiduras de su cuello. ¿Qué puedo decir? Soy alguien capaz de hacer dos cosas a la vez, comer e interrogar.

— Se mudó al pueblo hace dos años y medio. Vive con su tía muy cerca de aquí. Nadie sabe en que trabaja ella pero por lo que parece nunca está en casa. Solía sacar buenas notas.

— ¿Solía? —pregunto interesado.

— Sí —asiente ella —. Pero empeoró después de que le dejara su novio.

— ¿Cuándo fue eso?

— ¿Unos seis meses? Sí, creo que fue en ese tiempo. Eran la pareja perfecta y parecían muy enamorados. Nadie sabe lo que pasó realmente, pero de repente él se fue y a ella se le fue un poco la pinza... quiero decir ¿has visto su pelo?

Vaya, vaya, vaya... así que se tintó el pelo de plateado después de la ruptura con su novio. No parece demasiado raro pero mi instinto me dice que aquí hay más de lo que parece.

— ¿Y nadie sabe por qué se fue su novio?

— No, simplemente lo hizo. Es muy raro porque Gabriel era un tipo estupendo. Rubio, ojos azules, alto, guapo... no sé por qué pero me recuerdas un poco a él —dice ella inclinando su cabeza.

¿Parecerme yo a un chico rubio de ojos azules? Debo haber bebido más de la cuenta de la pobre chica porque claramente está alucinando. A no ser... que el tipo fuese también un vampiro. Es posible que ella se sintiese atraída por su aura de la misma forma que se siente por la mía y que por ello haya dicho que nos parecemos. Sí, conforme más lo pienso más sentido tiene.

Termino de limpiar su cuello y le recoloco la camisa blanca. Soy bastante cuidadoso al alimentarme por lo que ni una sola gota ha manchado su pulcra camisa.

— ¿Cómo era tu nombre? —pregunto mirándola a los ojos.

— Claire

— Muy bien, Claire —le digo con voz penetrante —. Hemos entrado en el armario del conserje, nos hemos liado un poco y ahora te vas a ir a clase. Nada más ha pasado.

— No ha pasado nada más —dice ella con voz robótica.

— Buena chica —la conduzco hasta la puesta y salimos.

— Avísame si quieres... ya sabes —sonríe ella lanzando una miradita al armario.

— Claro

Nos despedimos y se va a clase. Con mi organismo lleno de energía debido a la sangre que acabo de beber decido saltarme las clases e ir a dar una vuelta. Es difícil mantenerse sentado durante horas en un pupitre escuchando una aburrida clase cuando la energía más pura recorre tus venas. Y es que es así como un vampiro se siente después de alimentarse. Si no tienes control suficiente sobre tus ansias de sangre puedes acabar matando sin control por otro "chute". Ja, aficionados.

Se necesita control y perseverancia para tener un buen dominio. Cualidades que desde luego poseo.

Por el resto de la semana Nicole actúa como si yo no existiese. Me molesta, pero decido quedarme a distancia. Bruja, cazadora o humana... son las opciones que han estado danzando en mi cabeza. Sea lo que sea, su existencia es un problema y tendré que matarla si decide contar mi pequeño secreto.

Drinking BloodWhere stories live. Discover now