Capítulo 23

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NICOLE

Usando la coacción mental intento que la madre de Keila me de alguna información sobre el paradero del vampiro que la ha manipulado. Pero a pesar de mis desesperados intentos repite lo mismo una y otra vez.

Cansada, abandono el edificio con Kilian silencioso tras de mí. Un cubo de basura decide aparecer en mi camino y enfada con el mundo no pienso, sólo actúo. Con todas mis fuerzas lo pateo y el cilindro de metal se desancla de sus fijaciones y vuela varios metros por los aires hasta aterrizar contra el capo de un coche cercano. Éste queda abollado por el impacto y la alarma antirrobo aúlla rompiendo el silencio de la noche.

— Cálmate —dice Kilian sujetando mis hombros. Inmóvil ante su agarre no me queda otra que mirar sus ojos del color de las esmeraldas. La intensidad de su tono me mantiene cautiva e inexplicablemente mi furia se disipa levemente dejándome pensar de nuevo.

Sorprendida observo el coche ahora destrozado y doy varios pasos atrás.

— ¡Mierda! —exclamo tomando conciencia de lo que he hecho —. ¡Mierda! —repito ahora enfadada conmigo misma por ser incapaz de controlar las emociones que con mayor intensidad que a un humano invaden mi ser.

— Tenemos que largarnos de aquí —Kilian me conduce hasta su moto pero me detengo en medio de la acera.

— Tengo que ir a la morgue. Necesito comprobar que no es Keila la que está allí —murmuro con la mirada pérdida —. Salvador... él puede ayudarnos. También tengo que ir a verlo.

Kilian ya sentado sobre el asiento de su moto negra vuelve a levantarse y camina hacia mí.

— Tengo una idea —dice él obligándome a mirarlo —. Yo iré a la morgue mientras tú vas a buscar a Salvador. Será más rápido de este modo.

— Pero que pasa si...

— Si es Keila, te llamaré inmediatamente —promete él.

— Vale —digo de forma ausente.

— La encontraremos. Dame tu teléfono —se lo entrego y él guarda su número en mi agenda. Después se envía un mensaje a sí mismo —. Ahora tengo tu número. Ves a hablar con Salvador y cuando acabes vienes a la comisaria. Te estaré esperando.

Asiento y observo como Kilian parte con su moto. Doy media vuelta y comienzo a caminar en dirección opuesta a la que él ha tomado. El Pub Pentagrama está a pocas calles de distancia. Con el móvil todavía en mis manos marco el número de Salvador. El sonido de los tonos se extiende y no contesta. Lo intento varias veces más pero todas acaban con el mismo resultado. Gruño molesta y acelero el paso.

Dado que estamos a principios de semana el lugar está completamente vacío. Sólo el borracho del pueblo se encuentra sentado en un taburete junto a la barra engullendo sin descanso su bebida. El hombre de barbas largas y aspecto desaliñado se sobresalta por el estruendo que la puerta del local causal al chocar contra la pared. Tengo prisa y no estoy prestando demasiada atención a la fuerza que uso.

Escaneo el pub y no encuentro rastro alguno de Salvador. ¿Dónde está? Me acerco a la barra y el camarero se aproxima.

— ¿Dónde está Salvador? —pregunto sin dejarle decir nada más.

— Lo vi subir a la oficina hace un rato —contesta él señalando las empinadas escaleras metálicas a un lado de la barra.

Dejo al camarero sorprendido por mi tosca actitud y subo las escaleras dando grandes zancadas. El tintineo del metal conforme mis pies se posan en cada escalón me acompaña hasta llegar al segundo piso. Abro la puerta completamente negra y entro a un estrecho pasillo. Unas minúsculas luces de emergencia iluminan el corredor con una tonalidad verde siniestra. Hay tres puestas: una al fondo del pasillo y las otras dos a los lados.

Me concentro y escucho. El sonido de papeles siendo removidos alcanza mis oídos y me dirijo hacia la primera puerta a mi derecha. Sin molestarme en tocar la empujo y mis ojos se abren como platos. Frente a mí se encuentra la persona que desesperadamente quería encontrar.

— ¡Tú! —exclamo.

El chico de ojos marrones eleva su cabeza hasta entonces sumergida en una montaña de documentos y me mira, al principio sorprendido por mi brusca entrada pero después su rostro se transforma en furia.

— ¿Qué has hecho con Kei... —mi pregunta se corta bruscamente pues en milésimas de segundo cruza la habitación.

Mi cuerpo golpea la pared con dureza y su mano rodea mi cuello. Mis vías respiratorias quedan colapsadas por la presión de sus dedos. Mis labios se separan intentando introducir el oxígeno por el que mis pulmones ansían desesperadamente...



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¡Hemos alcanzado el puesto #57 de la lista de Vampiros! Wow, es genial =D

¡¡Muchas, muchas gracias !!

Las cosas se están poniendo complicadas para Nicole ¿qué ocurrira en el próximo capítulo?

Drinking BloodМесто, где живут истории. Откройте их для себя