Capítulo 13

18.4K 2.1K 90
                                    

NICOLE

Las puertas del Pub Pentagrama se cierran tras de mí y oigo como la moto de Kilian rodea la esquina al final de la calle. He preferido entrar yo sola para hablar con Salvador. Ni siquiera he respondido a sus últimos mensajes. Espero que no saque el tema...

— ¡Vaya! Pero mira quien es... Nicole. ¿Se te ha roto el móvil o qué? —pregunta él elevando una ceja.

Si era mucho pedir... Me siento frente a él en la pequeña mesa junto a las escaleras que descienden al segundo nivel del local. Hoy es su noche libre por lo que en lugar de la típica camiseta negra que lleva debido a su trabajo como segurata, viste un jersey marrón claro y pantalones vaqueros. No es una ropa que le pegue mucho si tenemos en cuenta su aspecto pero una vez que le conoces te das cuenta de nada le sentaría mejor.

— Lo siento —me disculpo mientras me quito mi chaqueta negra y la dejo sobre el respaldo de la silla —. He estado ocupada.

— ¿Con tu nuevo novio? —dice él cruzándose de brazos.

— Salvador... no empieces —suspiro.

— Está bien —cede —. Tú sabrás lo que haces.

Salvador puede parecer muy protector... y realmente lo es, pero lo que más me gusta de él es que siempre me deja tomar mis propias decisiones. No lo considero como un padre porque ya tengo uno (no muy bueno por cierto... lleva meses sin llamarme) pero si como un gran amigo.

Él levanta la mano y uno de los camareros viene inmediatamente. Pide por mí y poco después el chico me trate la marca de cerveza que a mí me gusta.

— Gracias —le digo a Salvador.

Él asiente y sonríe.

— ¿Ocurre algo? —pregunta él cuando me quedo mirando el pequeño botellín sin tocarlo.

— ¿Has oído lo de la chica muerta? —le pregunto alzando la mirada.

Salvador bebe de su vaso con un líquido claro y me mira serio.

— Sí... he oído que fue un animal...

—Vamos, no me digas que te tragas eso —le interrumpo.

— Nicole, se lo que estás pensando y es mejor que no hagas nada —advierte.

— ¿Qué no haga nada? — pregunto incrédula bajando la voz cuando una pareja pasa a nuestro lado y descienden las escaleras —. Hay un vampiro por ahí que ha matado a una chica inocente. No puedo quedarme de brazos cruzados y esperar que los cadáveres se acumulen. Además, está vez no es un simple asesinato.

— ¿Qué quieres decir? —pregunta Salvador con el ceño fruncido.

Miro a ambos lados comprobando que nadie nos escucha. Los viernes por la noche el Pub está bastante lleno. Mañana es sábado y los lugareños tienes ganas de dejar atrás la larga semana y disfrutar un poco.

— Alguien intentó convertirla pero la mato antes de que finalizase la transición.

— ¿Estás segura de eso?

Le cuento como Kilian y yo hemos ido a la morgue. La sangre en su boca, la falta de heridas defensivas o huesos rotos... Salvador se queda muy callado mirando fijamente la mesa de madera.

— Yo me ocupo de esto —me dice él cuando alza su cabeza —. Tú no hagas absolutamente nada ¿he sido claro?

Su voz autoritaria y el poder que emana de su gran cuerpo me cortan la respiración. Siempre pasa lo mismo cuando me pide que no haga algo. Asiento rápidamente y la presión disminuye dejándome respirar normalmente de nuevo.

Charlamos durante un rato y cuando he terminado mi cerveza me levanto.

— Nicole —me llama —.  Si lo que me has contado es cierto. No deberías confiar en ese chico.

— ¿Kilian? —pregunto confundida.

— Sí. ¿Cómo sabes que no ha sido él?

— Simplemente lo sé —le digo.

Me pongo la chaqueta y salgo del bar. Salvador puede que me viese enrollándome con Kilian la otra noche, pero no sabe lo que pasó después y quiero que siga sin saberlo. No por mí. No me importa lo que piense de mí, sino por Kilian. Estoy segura de que no sería capaz de volver a entrar al bar sin quedar aplastado por la presión del poder de Salvador contra el suelo. Sí, será mejor que no se entere.

El aire frío me azota la cara y, a pesar de que no lo necesito, introduzco mis manos en los bolsillos. Acaricio la suave tela de su interior sin preocuparme por el anillo impregnado en verbena. El pequeño objeto se encuentra en la otra chaqueta guardada en mi armario. Te preguntarás porque mantengo un anillo que no puedo ponerme ya que si lo hiciera mi piel ardería al instante. Me digo a mi misma que es algo útil que puedo utilizar en momentos como el que viví el primer día en que apareció Kilian, pero creo que lo único que hago es aferrarme al recuerdo de Gabriel.

La fotografía que ahora descansa en el cajón de mi mesilla y el anillo son las dos únicas cosas que conservo de él. Fue un asesino y me arrebato la posibilidad de llevar una vida normal. Envejecer, tener una familia, hacer amistades largas y duraderas... todo ello son sueños que han quedado en el pasado. Pero a pesar de todo lo malo, todavía recuerdo los momentos buenos.Como aquellas veces en las que nos quedabamos tumbados durante horas en mi habitación sólo hablando o cuando íbamos a pasear por la noche. Le quise como nunca he querido a nadie. Gabriel fue mi primer beso, mi primer novio y todas mis primeras veces.

Algo así no puede simplemente olvidarse.

Drinking BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora