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Los carruajes y los caballos llegaron puntualmente. Magnus estaba en su habitación cuando Marie le avisó la llegada de los carruajes. El comerciante le agradeció a Marie que le avisara y fue a reunirse con sus amigos que ya estaban abajo. Magnus saludó al cochero y junto a Ragnor y Catarina, ingresaron al vehículo.
Había tres carruajes. Dos para cuatro hombres y el último pata llevar las cosas que le entregarían a Robert Lightwood y al resto de su familia.
Magnus aún recordaba cuando había hecho el trato con el duque. El mismo día que lo conoció. En Inglaterra.
Recordaba la lluvia y que el estaba en la tienda de antigüedades viendo algunas cosas y hablando con la dueña sobre un trato, cuando un hombre extraño apareció. Por sus ropas y su acento, delataba que era extranjero.
-Estoy buscando a Magnus Bane- dijo el desconocido.
Magnus se sorprendió. Como lo conocía aquel señor?
-El es Magnus Bane- le dijo la dueña del lugar al desconocido.
-Buenas tarde-le saludó a Magnus.
-Buenas tardes-le dijo Magnus- Por que me busca?
-Soy Robert Lightwood-se presentó- Soy un duque de Francia. Vine a Londres, para visitar a unos amigos de aquí y ellos me hablaron de usted, un famoso comerciante. Quisiera saber, que es lo que comercia.
Magnus llevó a Robert a una bodega en su casa. Allí, guardaba algunos objetos de muchas partes del mundo: China, Alemania, Perú, India, etc.
Robert aprobaba con la mirada todo lo que Magnus le ofrecía.
-Señor Bane, soy un hombre que admira mucho las antigüedades exóticas y quiero llevarme varías de sus antigüedades, pero quisiera que usted me las llevara a mi casa en París.
-Y por que no paga ahora y usted se puede llevar su cosas?- preguntó Magnus.
-No vine en barco privado si eso piensa, señor Bane. No puedo llevarme las cosas de aquí a Francia tan fácilmente. Además, tenía planeado irme está noche.
-Entonces, veo que no hay remedio. Le diré a mis hombres que preparen todo. En unos días, estaré en París. Algo mas que quisiera, señor?
-Si. Me llevaré ese rubí para mi hija. Ella se casará dentro de unos meses y quisiera dárselo como regalo.
-Ok, ahora discutamos sobre el efectivo...
-Le pagaré cuando llegue a mi casa? Entendió señor?
Magnus asintió a regañadientes.

Y ahora, estaba en un carruaje que se dirigía al puerto. En cuánto sus hombres lo vieron llegar, lo dejaron pasar al barco.
-El señor Lightwood mandó estos carruajes para que llevemos sus compras- decía Magnus a sus hombres- Cuatro de ustedes vendrán conmigo a llevar las cosas a la mansión Lightwood. Los demás, vallan a una posada en el centro de la ciudad, no se preocupen, sabrán cual es. Los acompañarán Ragnor y Catarina. Nos quedaremos allí y dentro de  cinco días nos marcharemos de este agujero.
-Si, señor!
Los hombres empezaron a marcharse, acompañados de Ragnor y Catarina.  Cuatro hombres empezaron a llevar objetos en cajas de madera y meterlo a un carruaje.
-Magnus- dijo una voz- Magnus.
-Clary- le saludó Magnus a la pequeña pelirroja- Por que no fuiste a la posada con los demás?
-Quiero acompañarte-le respondió ella.
-No- le dijo Magnus. Éste ya empezaba a caminar hacía los carruajes.
-Como que no?- respondió ella- Quiero ir.
-No pruebes mi paciencia, galletita- le dijo Magnus- Ve con Ragnor y Catarina.
-No. Yo quiero ir. Soy parte de la tripulación.

Magnus miró a Clary. A pesar de la apariencia que podía dar con su pequeño tamaño, ella demostraba un carácter fuerte y demostró que no por nada se había vuelto parte de su tripulación de comerciantes (una tripulación de hombres que estuvieron en fragatas del rey en el pasado), un espíritu libre que hacía lo que quisiera.

-Ok- dijo Magnus de mala gana- Puedes venir conmigo, galletita. Solo recuerda que tu padre amenazó con cortar mi cuello si algo te pasaba. Y como casi te olvido durante nuestro viaje en Madrid, no quiero que se vuelva a repetir eso.
-Pero no me perdiste y mi padre no se enteró de lo ocurrido. Y lo que pasa en Madrid se queda en Madrid.
-Como podría olvidar algo así! Casi pierdes mi barco en un juego de cartas en un bar de segunda! Como se te ocurrió apostar a mi bebé?!
-Pero no lo perdiste.
-Por que intervine a tiempo para sacarte de allí antes de que el juego continuara, si hubiera seguido, no se como nos la hubiéramos ingeniado para continuar con el negocio.
-Y una tarjeta de disculpas no podrías perdonarme?
-No uses mis escusas en contra mia, galletita- Magnus empezó a reírse y Clary hizo lo mismo. Lo que significaba que el asunto quedaba olvidado.
-Solo quería ser como tu y los otros, Magnus- dijo Clary- Siempre quise salir de mi aburrida vida en Londres, ser algo mas, viajar.
-Clary- empezó Magnus- No te culpo por querer mas en tu vida. Y aunque yo y mis hombres hagamos cosas estúpidas como jugar e ir a burdeles y cosas así, no hacemos cosas estúpidas para probar algo. Catarina y Ragnor no lo hacen. Cat es inteligente y mejor que todos nosotros juntos, aunque Ragnor nunca va por que se cree mejor que nosotros. Pero tu eres grande, no lo olvides. Ahora, vamos a llevarle las cosas al duque y no te pierdas o algo por el estilo, ya tuve muchas amenazas de tu padre.

Entre El Amor Y El Frio Acero (Caigo Cautivo #2. Malec AU)Место, где живут истории. Откройте их для себя