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Alec y Magnus empezaron a verse mas seguido desde entonces y había pasado varias semanas desde su primer beso.
Magnus decidió quedarse en París un tiempo mas de lo que tenía planeado. Sus hombres (y Catarina) empezaron a ver a su capitán, muy extraño. Empezaban a preguntarse por los cambios de Magnus: estaba mas distraído de los normal, se iba por varias horas y tenía una tonta sonrisa en la cara. Pero aceptaron de buena gana la declaración de su capitán sobre quedarse mas tiempo en la ciudad. Magnus temía el día en el que tendría que partir de París y abandonar a Alec, como a muchos de sus amantes en el pasado. Aunque Alec sería al único que extrañaría.
Siempre que pensaba en eso, apartaba el pensamiento de su mente.

Alec también tenía sus preocupaciones. Temía el día en que Magnus tuviera que irse, pero tampoco pensaba en eso. Se concentraba en vivir el momento.
Cada reunión que tenían, besos, caricias y dulces palabras, eran especiales para los muchachos. Aunque Magnus no iba mucho a la casa de Alec, ambos lograban escaparse a los jardines y otros sitios que consideraban agradables. Algunas personas los observaban y se pertenecían, otros, los despreciaban y susurraban sobre el hijo del duque. Pero a Alec, eso no le importaba. Solo le importaba Magnus.

***

U

na mañana de abril, Magnus Bane estaba en la posada, comiendo un delicioso desayuno francés, cuando llegó uno de sus hombres con una carta para el.
Magnus recibió la carta, pensado que era de Alec al tener el sobre el emblema de la familia Lightwood: dos antorchas encendidas, cruzadas.
Pero al abrir el sobre y ver la carta, supo que no era de Alec. La caligrafía era demasiado elegante y femenina para ser de su novio. Magnus leyó la carta.

Estimado señor Bane:
                                      Me dirijo a usted con el agrado de invitarlo a jugar tenis  en mi casa esta tarde. A las 17:00.  Lo espero con emoción.
                           Isabelle Lightwood

 


Magnus tragó saliva.
No conocía en persona a la hermana de Alec, solo la conocía a través de lo que su novio le decía de ella. Era claro que Isabelle quería conocerlo.

***

Eran las 16:27 cuándo Magnus pidió un carruaje y llegó a tiempo a la casa Lightwood. En cuanto llegó, fue recibido por su novio, quién le plantó un apasionado beso en los labios. Magnus no tardó en corresponder. Estuvieron un tiempo así, pero una voz los interrumpió.
-Me alegra que estén tan enamorados. Pero no invité a Magnus solo para que se den el lote en la entrada.

Alec y Magnus  separaron sus labios, pero aún seguían abrazados, y se dieron cuenta que Isabelle lo estaba mirando.
-Vengan- dijo Izz- El tenis lo jugaremos en el jardín.

La chica se retiró al jardín y los chicos la siguieron.
Cuándo Magnus llegó al jardín, admiró la extensa red y las raquetas en una mesa al lado.
También estaban Simon y Jace sentados en unas sillas, preparados para ver el partido. Ambos aseguraban que Izzy ganaría todos los partidos, ella se destacaba mucho en el tenis.
Magnus nunca había jugado ese deporte tan nuevo. Sabía que había sido inventado en Francia, pero no sabía como se jugaba y temía hacerlo mal y que no le diera una buena impresión a Isabelle.
-Listo, Magnus?- dijo Isabelle mientras tomaba una raqueta.
-Emm...-contestó Magnus- No se jugar.
-No te preocupes- dijo Izzy- Puedes aprender.

Entre El Amor Y El Frio Acero (Caigo Cautivo #2. Malec AU)Where stories live. Discover now