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Hoy era la noche. Hoy era la fiesta del duque Lightwood. Hoy Magnus conocería al hijo misterioso del duque e incluso podría investigar mas a fondo los gustos del muchacho. Aunque, Magnus había logrado que chicos heterosexuales reconsideraran sobre sus preferencias, Alexander Lightwood de seguro no era la diferencia. Si, de seguro no lo era.
Magnus se lavó la cara, se vistió con un conjunto muy a la moda que consiguió cuando fue a la ciudad de Venecia. En cuanto bajó a la sala, encontró a Clary, Ragnor y Catarina.
Clary estaba dibujando y al parecer, estaba muy concentrada. Ragnor y Catarina estaban en medio de una charla que parecía muy entretenida.
Se fijó que algunos de sus hombres también estaban allí, jugando cartas o tomando un poco de té mientras leían el diario local.
Magnus procuró ser muy cauteloso y no hacer ruido, mientras se ponía detrás de la pequeña pelirroja y veía lo que dibujaba. El capitán no se sorprendió en lo mas mínimo ante descubrir lo que Clary dibujaba: un retrato de Jace. Sabía que la chica había quedado encantada con el rubio, aunque le impresionaba que Clary pudiera recordar perfectamente los rasgos de Jace. Pero algo que sabía de seguro, era que Clary era una artista extraordinaria que tenía la mejor habilidad que cualquier buen artista puede poseer: la capacidad de asombrar a cualquiera.
-Y Clarissa- dijo Magnus, sorprendiendo a Clary. Ella escondió inmediatamente el dibujo- estás preparada para la fiesta de esta noche?
-Si. Creo que si- respondió Clary.
-Querida, esa no es la actitud que debes tener. Después de todo, esta noche vas a ver a tu rubio favorito. Yo en tu lugar estaría emocionada. Aunque, en tu lugar no me habría fijado en el.
-Magnus- Clary tenía las orejas rojas. Casi como el color de su pelo.
-Cuál es el problema?- le preguntó Magnus, intentando ayudar a la pequeña pelirroja.
-Es que- empezó Clary- solo tengo pantalones, camisas y botas. No tengo nada para fiesta. Y yo pensaba que no iría a ninguna.
La pelirroja empezó a jugar con su lápiz.
-No digas eso, galletita- le reprochó Magnus- Siempre hay momentos para una fiesta.
-Entonces imagino que tu trajiste ropa para situaciones como esta.
-Siempre llevo conmigo ropa para cualquier situación, galletita- le dio una sonrisa.

Magnus y Clary dirigieron sus miradas a Catarina y Ragnor, quienes seguían enfrascados en su mutua conversación.
-Chicos- les preguntó Magnus. Después de un momento, la pareja se dio cuenta de que Magnus le había hablado- El duque Lightwood va a hacer una fiesta para celebrar el compromiso de su hija, quieren venir?
-Si- dijo Cat- Tengo un vestido que hacía un tiempo que quería estrenar en una fiesta y sería divertido ir a una fiesta.
-Que me dices tu, mi dulce vaina de guisantes de amor?- le preguntó Magnus a Ragnor.
-Callate. Te diría que no me interesa, pero como Cat irá, asistire- respondió Ragnor.
-Oye Cat- le dijo Clary a Catarina- Por casualidad tienes un vestido para prestarme esta noche?
-Perdón, pero no tengo- le contestó la chica.

Los cuatro se quedaron pensado que hacer para resolver el dilema de Clary, cuando se acercó Marie a su mesa. La mujer llevaba una charola con algunas jarras de bebida.
-Si quieres un vestido- les dijo- les recomiendo una tienda que queda cerca de aquí. No se arrepentirán.
-Muchas gracias- Clary estaba mas feliz.
-Señora- le dijo Ragnor a Marie- por casualidad sabe sobre las fiestas que da la familia Lightwood?
-Que si se? Todos saben sobre las fiestas de los Lightwood. Son muy famosas, aunque últimamente no ha hecha muchas. La última que hizo fue hace dos años, por el compromiso de su primogénito.
-Por casualidad conoce a Alexander Lightwood?- le preguntó Magnus.
-No en persona- le dijo Marie- Pero si por las veces de la demás personas que si pudieron conocerlo o al menos dicen que lo hicieron. Es un hombre joven, guapo y rico. No le gusta relacionarse con los demás. Enob como muchos de los de su clase.

Luego de lo que le dijo sobre el joven Lightwood, la mujer se retiró y fue a llevar las bebidas a las otras mesas.
Clary se levantó de la mesa y le dijo a Magnus que la acompañara a comprar su vestido. Se despidieron de Ragnor y Catarina y salieron de la posada.

***

Las calles de París estaban atestadas de personas. Todas comprando o mendigado. En la calle había toda clase de personas. Pobres y ricos. Hambrientos y saciados.
Vieron un grupo de personas reunidas alrededor de un hombre que les hablaba sobre algo que Magnus no llegó a escuchar, pero tenía interesada a las personas. Solo cuando llegó a acercarse, logró escuchar la siguiente frase: El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado.*
Todos empezaron a asentir con la cabeza, atentos a las palabras como si se trataran de un grupo de cristianos en plena misa y estuvieran escuchando al sacerdote.

Magnus y Clary llegaron a la tienda de vestidos que Marie les habló. Prosiguió a atenderlas una amable mujer que también era la dueña del local. Ella logró conseguirles rápidamente un vestido rosado color rosado pastel y unos tacones del mismo color del vestido. Según la mujer, era la moda de las jóvenes señoritas de París.
Magnus prosiguió a pagarle a la mujer.
-Espero que su novia lo disfrute mucho- le dijo la mujer a Magnus.
-Oh, no- dijo Magnus- Ella no es mi novia. Es una amiga a la que ayudo a que encuentre algo lindo para que impresione a su novio.
-Magnus!- le dijo Clary, con las mejillas rojas.
-Oh, perdón por la condición- se disculpó la mujer.
Magnus y Clary salieron de la tienda, después de decirle a la mujer que no había problema con respecto a su confusión.
-Magnus- empezó Clary- sabes perfectamente que puedo ir a una fiesta sin la necesidad de que me cuides y si vas a una fiesta, no dices que eres mi protector.
-Oh, Clary, que insinúas?- le preguntó Magnus, levantando la ceja.
Clary gruñó, lamentaba no poder hacer ese movimiento con las cejas.
-Insinuó que quieres conocer a don "notas perfectas"- Clary hizo comillas con los dedos cuándo dijo notas perfectas.
-pff, no seas ridícula, galletita- se defendió Magnus.
-Ni pienses en una excusa, Magnus. Se qué quieres conocer a Alec Lightwood. Vi tu cara cuando lo escuchaste tocar.

Magnus le sonrió a Clary y sabía que no podía mentirle.
Siento que por cada paso que doy y por cada segundo que pasa, voy a encontrarme algo maravilloso. Algo...que estaba buscando sin saberlo o algo que nunca pensé descubrir, como si estuviera destinado a encontrarlo. O como si alguien me estuviera esperando en algún lugar.
Esto tiene sentido?, pensó Magnus.
Pudo haberle dicho eso a Clary, pero no lo hizo.

- Podría enamorarme de alguien como me enamoré de su música?- fue lo que Magnus término preguntándole a Clary.

-Creo que te enamoraste de él, por que lo conociste a través de ella- le respondió su amiga.

Magnus iba a responderle, cuando vieron a un montón de gente reunida, al parecer, algo grave ocurría.
Los dos fueron a ver de que se trataba y allí se encontraron con una foto de la reina María Antonieta. La foto estaba cubierta por tomates que fueron arrojados con violencia. Sobre la cara de la reina, estaba escrito con la caligrafía desastrosa e inteligible a la vez: El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado.

Un mensaje que algunos decidieron ignorar y otros no.

***

P

róximo capítulo, el primer encuentro de Malec.

*Frase del pensador Jean-Jacques Rousseau. Las ideas de los filósofos de la época fue parte de lo que impulsó a la revolución francesa (1789-1799)
E

spero que disfrutaran del capítulo. 😘

Entre El Amor Y El Frio Acero (Caigo Cautivo #2. Malec AU)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang