5: Trayecto

16.4K 1.6K 396
                                    


En aquel momento, el paisaje ya había cambiado. Ya habían desaparecido los campos cultivados y aparecían bosques, ríos serpenteantes y colinas de color verde oscuro.
Se oyó un golpe en la puerta del compartimiento, y entró un muchacho de cara redonda que nunca había visto pero parecía muy afligido.

—Perdón —dijo—. ¿Por casualidad no han visto un sapo? — cuando los tres negamos con la cabeza, gimió.

—¡La he perdido! ¡Se me escapa todo el tiempo!

—Ya aparecerá —dijo Harry.

—Sí —dijo el muchacho apesadumbrado—. Bueno, si la veis...
Se fue.

—¡Qué horrible que se escape tu mascota! ¡Es como si se escapara tu mejor amigo!—dije con pena pensando en Cas yo no tenía ese problema ocn él, era muy pegadizo y jamas dejaba mi lado. 

—Si, bueno, yo no sé por qué está tan triste —comentó Ron—. Si yo hubiera traído un sapo lo habría perdido lo más rápidamente posible. Aunque en realidad he traído a Scabbers, así que no puedo hablar.

La rata seguía durmiendo en las rodillas de Ron.

—Podría estar muerta y no notarías la diferencia —dijo Ron con disgusto— . Ayer traté de volverla amarilla para hacerla más interesante, pero el hechizo no funcionó. Te lo voy a enseñar, mira...

Revolvió en su baúl y sacó una varita muy gastada, se notaba que no era de él.

—Los pelos de unicornio casi se salen. De todos modos... 

Acababa de tomar la varita cuando la puerta del compartimiento se abrió otra vez. Había regresado el chico del sapo, pero llevaba a una niña con él. La muchacha ya llevaba la túnica de Hogwarts.

—¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno —dijo. Tenía voz autoritaria, una melena de color castaño y un aire de lista.

—Ya le hemos dicho que no —dijo Ron, pero la niña no lo escuchaba. Estaba mirando la varita que tenía en la mano.

—Oh, ¿estás haciendo magia? Entonces vamos a verlo.

Se sentó. Ron pareció desconcertado.

—Eh... de acuerdo. —Se aclaró la garganta—. «Rayo de sol, margaritas, volved amarilla a esta tonta ratita.»

Agitó la varita, pero no sucedió nada. Scabbers siguió durmiendo, tan gris como siempre, dude de si eso era un hechizo de verdad...o incluso que la rata estuviera viva.

—¿Estás seguro de que es el hechizo apropiado? —preguntó la niña—.
Bueno, no es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos sencillos, sólo para practicar, y funcionaron. Nadie en mi familia es mago, fue toda una sorpresa cuando recibí mi carta, pero también estaba muy contenta, por supuesto, ya que ésta es la mejor escuela de magia, por lo que sé. Ya me he aprendido todos los libros de memoria, desde luego, espero que eso sea suficiente... Yo soy Hermione Granger. ¿Y ustedes quiénes son?
Dijo todo aquello tan rápidamente que me molesto un poco su aire de egocéntrica, pero no podía culparla; yo era igual- 

—Yo soy Ron Weasley —murmuró Ron.

—Laila Scamander—dije 

—Harry Potter —dijo Harry.

—¿Eres tú realmente? —dijo Hermione—Lo sé todo sobre ti, por supuesto, conseguí unos pocos libros extra para prepararme más y tú figuras en Historia de la magia moderna, Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo XX.

—¿Estoy yo? —dijo Harry, el pobre estaba mareado.

—Dios mío, no lo sabes. Yo en tu lugar habría buscado todo lo que pudiera —dijo Hermione—. ¿Saben a qué casa van a ir? Estuve preguntando por ahí y espero estar en Gryffindor, parece la mejor de todas. Oí que Dumbledore estuvo allí, pero supongo que Ravenclaw no será tan mala... 

Laila Scamander y La Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora