25: Navidad con los Scamander 2/2

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No he actualizado como antes, porque antes tenía 24 capítulos ya escritos y como los publiqué rápidamente ahora tengo que hacer los capítulos espontáneamente.

Podría en este momento leerle la mente a mi abuelo, sacarle la información de mi padre si es que sabe quién es, pero no podría ver su mirada de decepción y tristeza al notar que le leí la mente, tenía que escucharlo de su boca, confío en mi abuelo Newt, es la persona más honesta que conozco. Me miró por unos segundos, me estaba resistiendo a no leerle la mente.
—No, cariño, lo siento no lo conocí y tampoco tu madre me lo menciono. Pero si de algo estoy seguro es que tú, señorita saliste igualita a tu madre, mismo pelo y mismos ojos, pero sabes ¿hablemos de tu madre en la noche si? Por ahora vamos por tu regalo de Navidad-dijo caminando hacia el invernadero.
—¿El regalo? Abuelo los regalos son para mañana. Lo de ahora es la comida-dije siguiéndolo.
—Laila que piensas de la maleta que tenía?-me preguntó.
—¿Hablas de la maleta de tus aventuras? ¿¡Estás bromeando!? Esas siempre han sido mis historias favoritas, cuando fuiste a Nueva York y detuviste a Grindelwald, cuando fuiste a París y el circo...¡esa maleta era lo mejor!
Una vez que entramos al invernadero sentí una carga en mi espalda y si no me hubiera sostenido de un pilar de madera que teníamos ahí, seguramente me hubiera caído, me di la vuelta pero no vi nada, una fuerza invisible.
—¡Bart!-dije con una sonrisa al recordar al peludo amigo.
El demiguise apareció y me miró con esos grandes ojos, mientras que se agarraba de mi cuello.
—Vamos Bart, deja a Laila caminar.
—No, tranquilo, está bien.
Pasamos por las mandragoras con las que me quede un poco hipnotizada...y si sacaba una....?
—Laila, no-dijo mi abuelo al ver que me quede ahí, di un suspiro y lo seguí como antes, llegamos a la pequeña esquina del invernadero donde estaban todas las herramientas, semillas y cosas de herbologia.
—Laila, con el tiempo he aprendido a guardar secretos de tu abuela...
—Por favor dime cómo lo haces-lo interrumpí,
—Y necesito que seas muy discreta con esto, ya entraste a Hogwarts, creo que es el momento indicado-dijo mientras sacaba una maleta de detrás de la mesa. Di unos pasos hacia atrás...esa...no, no puede ser, mi abuelo los había ayudado a volver a sus tierras natales a todos. Abrió la maleta, puso un pie y después puso otro, se agarro de los dos lados de la maleta y se deslizó.
—Eso es lo que creo que es-murmuré.
Fui avanzando hacia la maleta y puse un pie que quedó colgando, luego puse el otro y me senté en el borde, y por último salte a dentro de ella y por supuesto me caí en mi trasero y de una forma para nada elegante.
Cuando alce mi cabeza vi a mi abuelo Newt con un delantal y con lentes, estábamos en lo que parecía una pequeña cabaña con útiles.
—Eso...eso es...-dije señalando, demasiado maravillada.
—Swoomping Evil, a tu abuela le quedaron gustando-dijo mientras tenía uno en los dedos-ven, sígueme esto es solo una pequeña parte.
Cuando salimos y pude ver todo lo que me rodeaba solo pude preguntar algo:
—¿puedo mudarme aquí?-dije con la voz como un hilo.

🌌

—Y? Que te pareció?-dijo mi abuelo mientras lo ayudaba al salir de la maleta.
—Este ha sido por lejos el mejor regalo que alguien me haya echo-le di un abrazo en cuanto cerramos la maleta-gracias abuelo.
Mi abuelo Newt me dio un beso en mi cabeza y dijo:
—Bueno, será mejor que te vayas a acostar, mañana en la mañana abrirás los regalos, y créeme Laila los Kneazles sabrán si vas a las 2 de la mañana a abrir los regalos.
Solté una risa.
—Abuelo, ahora es esta parte de la noche en que podemos hablar de mama ?-le pregunte, él con una sonrisa triste asintió.
—La he visto en fotos, tengo varias de ella pero nunca...nunca supe cómo era ella realmente, le gustaban las criaturas como a mí? Era gentil? Que quería trabajar?
—A tu madre si le gustaban las criaturas, pero no le fascinaban como a ti, era cariñosa con ellas pero nunca les tuvo tanto interés como tú. Tu madre, estaba en Gryffindor y fue la mejor de su clase, era la más lista, pero por supuesto era un asco en el Quidditch, no podía mantenerse ni dos segundos en el aire sin que la escoba le diera vuelta, era muy bondadosa y muy gentil y también muy modesta, no como tú, Laila-me reprimió lo último con una sonrisa.
—Y cómo conoció a mi padre? ¿se amaban?
—Eran compañeros, es lo único que se querida. Tu madre siempre quiso ser aurora, quería ayudar.
Entramos a la casa, que estaba cálida en comparación a afuera que estaba nevando, le di las buenas noches a mi abuelo y fui a la cama, sonrei al ver a Castiel en su árbol con los otros Bowtruckles, los Kneazles estaban durmiendo juntos a los pies de mi cama para conservar el calor, me acosté en mi cama y saque la foto de mi madre que estabas en mi diario.
—Feliz Navidad mamá-murmuré y me dormí.

🌌

—¡Regalos! ¡Regalos! ¡Regalos!-dije bajando las escaleras.
—Laila recuerda que también tienes que desayunar-dijo mi abuela Tina
—¡Regalos y Comida! ¡Regalos y Comida!-agregué siguiendo bajando las escaleras, fui hasta el árbol y me encontré con varios paquetes, lo primero eran varias bolsas de dulces y objetos de Estados Unidos que me había traído Tia Quennie, Hermione una agenda, Ron alguna que otra rana y grageas, Hagrid una pequeña flauta de madera él sabía que a mis animales les gustaba dormir con música,seguía viendo los regalos, hasta que hubo un paquete que me llamó la atención, lo abrí (bueno, destroze) y encontré un suéter azul con una gran L, vi la tarjeta que estaba escrito con una letra rápida weasley
—¡Santo Merlin!- chille emocionada poniéndome el suéter, que me quedaba 2 tallas más grande-¡es perfecto!
Tome mi desayuno y seguí abriendo mis regalos, era una lastima si, que me tuviera que ir después a Hogwarts, extrañaría estar aquí, pero necesitábamos saber quién es Nicolás Flamel y solo espero que los chicos hayan averiguado quién es.

Laila Scamander y La Piedra FilosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora