19: Un Troll en el baño de niñas

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Hermione dio un grito agudo y yo ni siquiera pude gritar estaba demasiado ocupada viendo a ese horrible troll. Trate de abrir la puerta pero tenía puesto la llave por lo que me puse defensivamente por Hermione.
Cuando creía que era mi fin y el de Hermione, Ron y Harry llegaron corriendo.
—¿¡QUIÉN LE PUSO LA LLAVE?!-les grite, tratando de calmar a Hermione.
La castaña estaba agazapada contra la pared opuesta, con aspecto de estar a punto de desmayarse. El personaje deforme avanzaba hacia nosotras, chocando contra los lavamanos.
—¡Distráelo! —gritó Harry y tirando de un grifo, lo arrojó contra la pared.
El trol se detuvo a pocos pasos de mi. Se balanceó, parpadeando con aire estúpido, para ver quién había hecho aquel ruido. Sus ojitos malignos detectaron a Harry Vaciló y luego se abalanzó sobre él, levantando su bastón.
—¡Eh, cerebro de guisante! —gritó Ron desde el otro extremo, tirándole una cañería de metal. El ser deforme no pareció notar que la cañería lo
golpeaba en la espalda, pero sí oyó el aullido y se detuvo otra vez, volviendo su horrible hocico hacia Ron y dando tiempo a Harry para correr.
—¡Vamos, corre, corre! —Harry gritó a Hermione, tratando de empujarla hacia la puerta, pero la niña no se podía mover. Seguía agazapada contra la pared, con la boca abierta de miedo, para ganarle un poco de tiempo a Ron  hice lo mismo que Harry, le trate de trae un grifo pero apenas lo noto ya que su mirada estaba fija en Ron.
Los gritos y los golpes parecían haber enloquecido al trol. Se volvió y se enfrentó con Ron, que estaba más cerca y no tenía manera de escapar.
Entonces Harry hizo algo muy valiente y muy estúpido: corrió, dando un gran salto y se colgó, por detrás, del cuello de aquel monstruo. La atroz criatura no se daba cuenta de que Harry colgaba de su espalda, pero hasta un ser así podía sentirlo si uno le clavaba un palito de madera en la nariz, pues la varita de Harry todavía estaba en su mano cuando saltó y se había introducido directamente en uno de los orificios nasales del trol, en ese momento hice ls mueca más horrible y arrugue la nariz.
Chillando de dolor; el troll se agitó y sacudió su bastón, con Harry colgado de su cuello y luchando por su vida. En cualquier momento el monstruo lo destrozaría, o le daría un golpe terrible con el bastón.
Hermione estaba tirada en el suelo, aterrorizada. Ron empuñó su propia varita, sin saber qué iba a hacer; y se oyó gritar el primer hechizo que se le ocurrió:
—¡Wingardium leviosa!
El bastón salió volando de las manos del trol, se elevó, muy arriba, y luego dio la vuelta y se dejó caer con fuerza sobre la cabeza de su dueño. El trol se balanceó y cayó boca abajo con un ruido que hizo temblar la habitación.
Harry se puso de pie. Le faltaba el aire. Ron estaba allí, con la varita todavía levantada, contemplando su obra.
—¡Bien echo!-le dije jadeando
Hermione preguntó .
—¿Está... muerto?
—No lo creo —dijo Harry—. Supongo que está desmayado.
Se inclinó y retiró su varita de la nariz del trol. Estaba cubierta por una gelatina gris.
—Puaj... qué asco.
La limpió en la piel del trol.
—Eso da aún más asco, en este instante vomitaría, de no ser que mi cerebro todavía no procesa el hecho de que vencimos a un trol...
Pero algo me interrumpió
Un súbito portazo y fuertes pisadas hicieron que los cuatro nos sobresaltaramos. No se habían dado cuenta de todo el ruido que habían hecho, pero, por supuesto, abajo debían haber oído los golpes y los gruñidos del trol. Un momento después, la profesora McGonagall entraba apresuradamente en la habitación, seguida por Snape y Quirrell, que cerraban la marcha. Quirrell dirigió una mirada al monstruo, se le escapó un gemido y se dejó caer en un inodoro, apretándose el pecho. Vaya este tipo sí que era delicado.
Snape se inclinó sobre el troll. La profesora McGonagall nos miraba a Harry Ron y yo, Nunca la había visto tan enfadada. Tenía los labios blancos.
—¿En qué estabais pensando, por todos los cielos? —dijo la profesora McGonagall, con una furia helada. Harry miró a Ron, todavía con la varita levantada, y yo le baje la varita a Ron rápidamente .
—Tenéis suerte de que no os haya matado. ¿Por qué no estabais en los dormitorios?
Snape dirigió a Harry una mirada aguda e inquisidora. Clave mi vista en el suelo, esto era bastante incomodo.
Entonces, una vocecita surgió de las sombras.
—Por favor; profesora McGonagall... Me estaban buscando a mí.
—¡Hermione Granger!
Hermione finalmente se había puesto de pie.
—Yo vine a buscar al trol porque yo... yo pensé que podía vencerlo, porque, ya sabe, había leído mucho sobre el tema.
Saqué mi vista del suelo. ¿Hermione diciendo una mentira a su profesora?
—Si ellos no me hubieran encontrado, yo ahora estaría muerta. Harry le clavó su varita en la nariz, Ron lo hizo golpearse con su propio bastón y Laila me estaba cubriendo. No tuvieron tiempo de ir a buscar ayuda. Estaba a punto de matarme cuando ellos llegaron.
Harry y Ron trataron de no poner cara de asombro, les di una mirada que decía «disimulen»
—Bueno... en ese caso —dijo la profesora McGonagall—... Hermione Granger; eres una tonta. ¿Cómo creías que ibas a derrotar a un trol gigante tú sola?
Hermione bajó la cabeza. Hermione era la última persona que haría algo contra las reglas, y allí estaba, fingiendo una infracción para librarlos a ellos del problema. Era como si Snape empezara a repartir golosinas.
—Hermione Granger, por esto Gryffindor perderá diez puntos —dijo la profesora McGonagall—. Estoy muy desilusionada por tu conducta. Si no te ha hecho daño, mejor que vuelvas a la torre Gryffindor. Los alumnos están terminando la fiesta en sus casas.
Hermione se marchó.
La profesora McGonagall se volvió hacia nosotros tres.
—Bueno, sigo pensando que tuvisteis suerte, pero no muchos de primer año podrían derrumbar a esta montaña. Habéis ganado cinco puntos cada uno para Gryffindor. El profesor Dumbledore será informado de esto. Podéis iros.
Salimos rápidamente y no hablamos hasta subir dos pisos. Era un alivio estar fuera del alcance del olor del trol, además del resto.
—Tendríamos que haber obtenido más de quince puntos—se quejó Ron.
—Diez, querrás decir; una vez que se descuenten los de Hermione.
—Se portó muy bien al sacarnos de este lío —admitió Ron—. Claro que nosotros la salvamos.
—No habría necesitado que la salváramos si no hubiéramos encerrado esa cosa con ella —le recordó Harry.
—Por cierto...quien fue el tonto que lo hizo?-les pregunte, Ron y Harry tragaron fuertemente viéndose con culpa, me Empeze a reír y luego ellos también comenzaron a reír, pase mis brazos por los hombros de los dos ya que estaba en el centro y les dije;
—Hemos derrotado un trol y no estamos muertos!
Habíamos llegado al retrato de la Dama Gorda.
—Hocico de cerdo —dijimos, y entramos.
La sala común estaba llena de gente y ruidos. Todos comían lo que les habían subido. Hermione, sin embargo, estaba sola, cerca de la puerta, esperándonos. Se produjo una pausa muy incómoda. Luego, sin mirarse, todos dieron: «Gracias» y corrieron a buscar platos para comer.

Laila Scamander y La Piedra FilosofalWhere stories live. Discover now