20: Los libros no se pueden sacar afuera. No, pero se pueden robar

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Cuando empezó el mes de noviembre, el tiempo se volvió muy frío. Las montañas cercanas al colegio adquirieron un tono gris de hielo y el lago parecía de acero congelado. Cada vez que salía y volvía al castillo me veía en el espejo y tenía las pestañas llenas de escarcha . Por las ventanas de arriba veía a Hagrid descongelando las escobas en el campo de quidditch, enfundado en un enorme abrigo de piel de topo, guantes de pelo de conejo y enormes botas de piel de castor, que siempre veía con horror, esperando que el conejo o el castor que abrigaban a Hagrid hubieran vivido  una vida feliz y que murieran de ancianos y en que en sus últimas palabras aceptarán ser donadores de sus pieles.
Mis historias eran fantásticas. No sé porque mi primo Rolf me dicen que son tontas.

Iba a comenzar la temporada de Quidditch. Aquel sábado, Harry jugaría su primer partido, después de semanas de entrenamiento: Gryffindor contra Slytherin. Si Gryffindor ganaba, pasaríamos a ser segundos en el campeonato de las casas.
Se suponía que Harry siendo buscador era un secreto .Pero la noticia de que iba a jugar como buscador se había filtrado.
Trate junto con Hermione ayudarlo en sus deberes, ya que con todo el entrenamiento de Quidditch que Wood le exigía el pobre chico llegaba agotado. También le había prestado Quidditch a través de los tiempos, que tal vez lo haya sacado sin permiso de la biblioteca y diré eso porque robar suena feo.
Hermione se había vuelto un poco más flexible en lo que se refería a quebrantar las reglas, desde que la salvaron del monstruo, y era mucho más agradable con los chicos,El día anterior al primer partido de Harry los cuatro estabamos fuera, en el patio helado, durante un recreo, y Hermione había hecho aparecer un brillante fuego azul, que podíamos llevarlo, en un frasco de mermelada.
Estabamos de espaldas al fuego para calentar cuando Snape cruzó el patio. Nos apiñamos para tapar el fuego, ya que no estábamos seguros de que aquello estuviera permitido, pero lo agarre y lo puse detrás de mi espalda  . Por desgracia,  hizo detener a Snape. Se dio la vuelta, arrastrando la pierna. No había visto el fuego, pero parecía buscar una razón para regañarnos.
—¿Qué tienes ahí, Potter?
Era el libro sobre quidditch. Harry se lo enseñó.
—Los libros de la biblioteca no pueden sacarse fuera del colegio —dijo Snape—Dámelo. Cinco puntos menos para Gryffindor.
Bueno, no sé si pensó que lo había sacado con permiso o pensó que lo había robado, espero que fuera la primera.
—Seguro que se ha inventado esa regla —murmuró Harry con furia, mientras Snape se alejaba cojeando—. Me pregunto qué le pasa en la pierna.
—No sé, pero espero que le duela mucho —dijo Ron con amargura.
🌌
En la sala común de Gryffindor había mucho ruido aquella noche. Los cuatro esta manos sentados, cerca de la ventana. Hermione estaba repasando los deberes de Ron y Harry y yo estaba repasando los míos sobre Encantamientos. ¿Qué esperaban? Que por tener una varita muy poderosa y hacer muy buena en hechizos voy a ser la n°1? Hermione se gana ese título, yo no hago mis deberes y si los hago es a última hora, robo libros de la biblioteca y si no fuera porque mi abuela Tina me sacaría los órganos iría al bosque prohibido. Además Hermione nunca los dejaba copiar («¿cómo vais a aprender?»), pero si le pedían que revisara los trabajos les explicaba las respuestas correctas.
La mente de Harry estaba muy inquieta se estaba haciendo muchas preguntas y estaba muy confundido y un poco enfadado, no le quise leer la mente pero cuando las emociones de alguien son muy fuertes mi mente las lee sin querer.
—Cálmate un poco-le dije, sin embargo se puso de pie y dijo que le preguntaría a Snape si podía devolverle el libro.
—Yo no lo haría —dijmos al mismo tiempo, pero Harry pensaba que Snape no se iba a negar, si había otros profesores presentes, lo último que vimos fue como el chico salía del retrato.
—Bueno y esa fue la última vez que vimos a Harry Potter-dije con un tono de lamento, había terminado el deber por lo que agarre un trozo de pergamino nuevo y comenze a escribir;

🌌

—¿Lo has conseguido? —preguntó Ron, cuando Harry llegó—. ¿Qué ha pasado?
Entre susurros, Harry contó cómo Snape tenía su pierna y Quirrel.
—¿Sabéis lo que quiere decir? —terminó sin aliento—. ¡Que trató de pasar por donde estaba el perro de tres cabezas, en Halloween! Allí se dirigía cuando lo vimos... ¡Iba a buscar lo que sea que tengan guardado allí! ¡Y apuesto mi escoba a que fue él quien dejó entrar al monstruo, para distraer la atención!
Hermione tenía los ojos muy abiertos.
—No, no puede ser —dijo—. Sé que no es muy bueno, pero no iba a tratar de robar algo que Dumbledore está custodiando.
—De verdad, Hermione, tú crees que todos los profesores son santos o algo parecido —dijo enfadado Ron
—Mira te lo diré yo que apenas estudio, nadie en esta escuela en su sano juicio robaría algo en frente de Dumbledore, aun siendo Snape-le dije.
Era una locura ¿Snape tratando de robar la piedra? Era malvado, si. La primera clase que tuve con él, se detuvo un segundo en mi apellido y parecía tenerme el mismo odio que a Harry.
—Yo estoy con Harry. Creo que Snape es capaz de cualquier cosa. Pero ¿qué busca? ¿Qué es lo que guarda el perro?

Laila Scamander y La Piedra FilosofalWhere stories live. Discover now