11: Poderes

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Ante una gárgola de piedra gigante y fea Mcgonnagal paró la caminata.
—¡Sorbete de Limón!—dijo ella, se trataba de una créasela ya que de repente la gárgola se hizo a un lado  mientras que la pared que había detrás se abría en dos. Detrás del muro había una escalera de caracol que se deslizaba hacia arriba. Al subir yo y la profesora McGonagall, la pared volvió a cerrarse, subí más y más hasta que vi una puerta de roble brillante.
La profesora McGonagall llamó a la puerta y cuando entramos me pidió que esperará y me dejó sola.
Era una habitación sin duda hermosa, grande y circular atestada de ruidos extraños, en las mesas instrumentos de plata, las paredes cubiertas de retratos de directores y directoras, todos dormidos y un gran escritorio. Pero lo que sin duda me cautivo fue, sobre una percha dorada había un pájaro carmesí del tamaño de un cisne, con una cola y garras de oro brillantes, era un fénix.
Con delicadeza me acerqué, y salude con la cabeza, él se me quedó mirando y me acerqué y con cuidado le acaricie las plumas, eran criaturas amables.
—Laila—escuche una voz, estaba tan distraída que di un salto y me aleje de un golpe del fénix, Dumbledore estaba frente a mí con una sonrisa y sus ojos brillaban.
—Mi abuelo me habló sobre los fénix, son...son hermosos—me excuse.
—Su nombre es Fawkes, le agradas Laila, fascinantes criaturas, pero creo que tu abuelo ya te explico todo sobre ellos.
Asentí.
—Me gustaría hablar sobre tus poderes Laila, incluyendo sobre tu curiosa varita.
—Mi tía abuela Quennie, es una Legeremend, pero no recuerdo personas de mi familia ser metamorfomagas, y yo..yo..yo de verdad no quiero leerles la mente a la gente es inevitable e involuntario...pero yo no puedo leer la suya ni la del profesor Snape—le dije rápidamente y lo último después de unos segundos.
Dumbledore sonrió con amabilidad.
—¿Un dulce de limón?—preguntó, yo me encogí de hombros y me eche uno a la boca—. Conoces algo llamado ¿La Oclumancia?
Yo negué con la cabeza
—¿Tiene algo que ver con un ojo? Porque me suena a un ojo—le dije tratando de pensar a algo relacionado con Oclumancia.
Dumbledore dio una risa, era bastante relajado y para nada estricto para ser un director, y en realidad muy amable, me recordaba a mi abuelo un poco.
—Es una rama de la magia, consistente en cerrar la mente contra la Legeremancia. Se puede impedir el acceso a los pensamientos y a los sentimientos. La persona que domina este arte se le denomina oclumante—me explicó
—Es todo lo contrario a lo que yo soy—le dije.
—Exactamente, poseer el don de la Legeremancia de forma natural es muy extraño y también es un arte muy difícil de aprender cómo la Oclumancia.
—¿Pero usted domina la Oclumancia, podría yo dominarla?
—Recién es tu primer año en Hogwarts, por lo que no ahora, Laila, tal vez en unos años podrías intentarlo, pero por ahora no puedo decirte mucho acerca de ti.
—¿A qué se refiere?—pregunté confundida.
—No dudes de ti, Laila, y no tengas miedo sobre tus poderes, porque eres mucho aunque no lo sepas, mucho más que tus abuelos, incluso más poderosa que yo, tú tienes 11 y yo tengo...varios años—dijo con una carcajada—. Pero por ahora disfruta el año, Laila.
—Pero Señor...—quería preguntarle a que se refería. Digo, obviamente era más poderosa como maga que todos mis otros compañeros, digo, soy asombrosa, pero más poderosa que mis abuelos? ¿O que el mismísimo Dumbledore? Si el director pensaba que necesitaba autoestima no me conocía bien.
—Por ahora Laila, no hablemos del tema, cuando crezcas lo comprenderás todo—me interrumpió.
—Señor...¿qué hay con mi varita?—pregunté cambiando el tema ya que también quería preguntar sobre esto—. El día en que volví a casa mis abuelos estaban alterados hasta pensaron en cambiármela, lei sobre ella..
—¿Pueda verla?—preguntó extendiendo una mano con amabilidad, la saque de mi manga y se la pase.
—Pelo de Thestral y madera de Pirul, sin duda una combinación bastante curiosa—dijo con amabilidad, observando mi varita
—¿Por qué curiosa?—pregunté .
—Creo que ya sabes la respuesta—dijo mirándome y con las gafas un poco caídas—. El pelo de Thestral es algo muy difícil y muy extraño en una varita es considerado uno de los más poderosos núcleos. Este núcleo es difícil de controlar. Se dice que sus dueños deben tener una excelente habilidad en el dominio de la magia. Y la madera de Pirul ; demasiado temperamental y jamás doblegará su voluntad. Puede adoptar tu estilo de vida, creencias, jamás podrá ser usada por ningún mago tenebroso, puede triplicar el poder de cualquier hechizo que hagas, la capacidad de absorber la energía que poseen las varitas de sus contrincantes por lo cual es muy letal y poderosa en batallas.
—¡Es lo que dijo el libro!—exclamé .
—Creo que el señor Ollivander dejó esta varita en buenas manos—dijo devolviéndomela.
—Señor...no...¿no me quitaran mi varita, verdad?—dije preocupada.
—Por supuesto que no, un mago sin la varita que lo escogió es como un caramelo sin sabor.
—¿Amargo?—pregunté, el solo río.
—Gris y torpe—respondió—. Y ahora también me gustaría decirte que todo con lo que llevas no va a ser fácil, tienes muchos dones y tendrás que controlarlos.
—No tengo muchos dones, soy metamorfomaga y Legeremend--le dije confundida.
—Por ahora.
Me tardo unos segundos comprender el significado de la oración.
—Espere ¿que?—grazné como un pato.
—Se que tienes muchas preguntas pero por ahora será mejor que todo transcurra como debe, vuelve con tus amigos Laila—dijo y la puerta se abrió.
Salte de la silla ya que era muy alta y cuando estaba a punto de salir Dumbledore me llamo.
—¿Ah, y Laila?
—¿Si, señor?
—Sobre tu Legeremancia será mejor que lo guardes como un secreto por ahora.

Laila Scamander y La Piedra FilosofalWhere stories live. Discover now