Parte 1

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Nota Previa: Esta es la parte narrada por el personaje masculino de la historia: Esposa de mi Jefe.

Mismo autor.

Booktrailer en Multimedia.


IMPORTANTE: ESTA NOVELA CORRESPONDE AL BORRADOR ESCRITO EN 2016. SI LEÍSTE LA TERCERA EDICIÓN DE ESPOSA DE MI JEFE, ESTE NO ES EL LIBRO CORRECTO. LA TERCERA EDICIÓN DE CASADO CON MI SECRETARIA SALE A LA VENTA EL PRIMERO DE ABRIL.


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El sonido del aparato sobre mi mesa de noche me despierta, aún adormilado extiendo mi mano para lograr apagarlo luego de tres intentos lo logro, maldita alarma –digo en mis adentros– como deseara quedarme dormido todo el día, pero tengo cosas más importantes que hacer que holgazanear, las 5 am, la hora perfecta para recorrer unos cuantos kilómetros, para relajarme y sacar todo el estrés que me causa ser yo, Oliver Anderson, además tengo que mantener mi cuerpo, mis abdominales marcados no están ahí por holgazán.

Tomo mi celular, llamo a David, mi compañero de ejercicio, a él también le gusta mantenerse en forma aunque algunas veces a regaña dientes, como hoy.

—David, alístate, paso por ti en 10 minutos —digo, apenas descuelga, ya me he levantado de mi cama y busco algo que ponerme en mi armario.

—Oliver... ¿Qué tal si vamos mañana? —su voz ronca y adormilada me decepciona.

—Ya te lo dije, 10 minutos.

Dicho esto cuelgo la llamada, me pongo mi buzo, tenis y una sudadera gris, David sabe que para mí, 10 minutos son 10 minutos, salgo de mi casa y camino hasta la casa de David que está a unas cinco casas de la mía, este es un lugar tranquilo a las afueras del congestionado Nueva York. Amo vivir aquí.

En menos de 10 minutos llego a la casa de David, mi mejor amigo desde los diez años, su padre solía ser el chofer de mi padre, muy buenos amigos hasta que el señor Schmitt murió 10 años después, aunque la universidad nos separó, él estudió finanzas en Yale, mientras yo estudié Administración de negocios en Harvard, luego de terminar la universidad, le ofrecí el trabajo de ser el gerente general de mi empresa y debo admitir que no me arrepiento de esa elección.

David sale con la cara más amargada del mundo, con el ceño fruncido, su cabello rubio alborotado y sus ojos hazel más pequeños de lo normal, su barba desarreglada, me mira mientras pone el gorro de su suéter.

—Te odio maldito Anderson —dice mientras baja los escalones de la puerta principal de su casa —te deseo que algún dia te enamores.

—Mejor mátame, vamos, apresúrate.

Comenzamos a correr, mmm... que lindas chicas, dos jovencitas bien tonificadas pasan a la par nuestra con una mirada seductora, es imposible no verlas, sonrío, talvez debería salir con una de ellas, talvez la rubia, o talvez debería salir con ambas. David también las mira es que es imposible no verlas.

Mi celular suena, me detengo unos momentos para contestar, mientras David continúa.

—Buenos días —digo, al descolgar.

—¿Oliver? ¿Oliver Anderson? —una voz de mujer se oye de la otra línea.

—Si... ¿Quién habla? —contesto vacilando, ni idea de quién pueda ser.

—Soy Meredith —dice, con un tono seductor en su voz.

Ahh, esa voz si la recuerdo. Meredith, la de Wall Street.

Casado con mi secretaria © (Borrador de la 1era edición - 2016)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora