Parte 3

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Miro a David y la miro a ella, no puedo creer que haya contratado a alguien solo porque le ha gustado otra vez. Ella estrecha su mano hacia mí.

—Un placer señor Anderson —una voz muy dulce sale de sus rosados y carnosos labios.

Yo no estrecho mano con mis empleados y ella no será la excepción, comienzo a caminar sin importar si me sigue o no, comienzo con mis órdenes, ya David lo sabe y comienza a caminar tras de mí. Ella también me sigue luego que David le dice algo que no logro escuchar. Si, talvez fui rudo, pero así tengo que ser, de otro modo mis empleados no me tomarían enserio.

—Necesito los papeles arreglados hoy, contacta al tipo encargado del diseño de la nueva portada, necesito verlo hoy, llama al señor Clarkson para cancelar la reunión de medio día, dile a Kevin que prepare la sesión fotográfica de Jennifer López y tráeme un café —espero haya captado, yo no tengo paciencia. Una vez que llego a mi oficina, tomo la manecilla y la giro para entrar.

—Lo siento, señor Anderson. ¿Me podría repetir lo último que dijo? —no puede ser, me volteo para verla directamente a los ojos, levanto una ceja, yo no soporto este tipo de situaciones.

—¿Es en serio? yo no repito dos veces, si no tienes todo eso para hoy mejor no regreses mañana. —digo esto sin titubear, no me importa no caer bien, las cosas para mí son claras y precisas. Giro sobre mis talones y entro a mi oficina, David va tras mío y cierra la puerta de mi oficina a sus espaldas.

—David —pongo mi maletín en mi escritorio para voltearme a hablar con él —espero esta no sea una de tus conquistas, una cosa es la que elijas tú para tu secretaria y otra es la que elijas para mí.

David me mira con sus pequeños ojos claros y frunce el espacio entre su entre-ceja, se sienta en el sillón blanco frente a mi escritorio.

—No Oliver, es cierto que la chica está bonita pero no es mi estilo, me recuerda a mi hermana sólo que con los ojos verdes —saco el informe de Londres de mi maletín y se lo entrego a David —fue la única que en toda mi vida ayudándote en esto me ha dado una respuesta inteligente.

Me siento en mi silla giratoria al rodear el escritorio y miro a David fijamente una vez que estoy cómodo.

—¿Qué respuesta?

—Cuando pregunté porque la deberíamos elegir a ella, mientras todas la demás habían contestado sus logros y sus detalles narcisistas, ella simplemente me dijo que no conocía al resto de chicas así que no podía contestar el porqué la deberíamos contratar a ella y no al resto —David suelta una risa —me dejó pensando todo el día ¿Cómo es posible que yo nunca pensé en algo así? Y es tan razonable. Además está loca, es la cucharada de azúcar que tú necesitas para endulzar ese carácter amargo que te cargas.

—Bueno, tu misión era encontrarme una secretaria no una cucharada de azúcar, David —él sonríe y se pone de pie acomodando su saco.

—Bueno, lo hecho, hecho está. Ahora, si me disculpas, tengo que ver que Andi haga las cosas a como digo.

—Te lo recuerdo Schmitt, no quiero ese tipo de comportamiento en mi empresa —lo miro a los ojos, con la expresión más seria que pueda tener.

—Por supuesto, jefe —hace una seña de militares con su mano derecha, dicho esto se retira.

Saco mi computador, necesito revisar mi correo.

Alguien golpea la puerta, "adelante" —digo, mientras comienzo a teclear mi contraseña. El fotógrafo de la revista entra por la puerta color beige de madera fina.

Casado con mi secretaria © (Borrador de la 1era edición - 2016)Where stories live. Discover now