Parte 55

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Sí, a como pensé, luego me arrepentiría de lanzar el celular contra la pared, intento encenderlo pero él no quiere responder ¿Porqué no solo lo apagué? Ya encargué otro pero necesito que este hijo de puta encienda, tengo llamadas importantes que atender, luego me acuerdo de Brittany y es mejor que esté apagado, no quiero que me esté llamando. Y cuando le estoy viendo el lado positivo a no tener un celular el muy maldito enciende.

—¡SI! ¡FUNCIONAAA! —grito, no puedo evitarlo.

Alex quién estaba viendo por la ventana se voltea intrigada hacia mí, comienzo a teclear en mi teléfono pero al parecer el táctil no se ha ajustado bien, levanto la mirada y ahí están los preciosos ojos de Alex escudriñándome y esboza una leve sonrisa.

—¿Qué? —pregunto, ella niega con su cabeza sonriendo más ampliamente, se ve preciosa con una blusa blanca sin hombros bastante ajustada al cuerpo, es que esta mujer me encanta, llevo mis manos a ambos lados de su cintura, e inmediatamente siento ganas de besarla y lo hago, pero no sólo quiero besarla, quiero más que sólo besarla, es bastante adictiva, no sólo porque sea preciosa, ni porque se mueva bien rico y así recuerdo las palabras de la abuela Carlin con su mago el Mike, quiero reír pero no lo haré para evitar los interrogatorios de Alex.

—Te ves preciosa —añado, entre besos.

—Tu igual —dice, guiñándome un ojo, correspondiendo sus suaves y delicados besos.

Pienso por unos segundos lo que me acaba de decir.

—Osea... ¿Me veo preciosa? —enarco una ceja.

—¡Claro! ¡Pero yo soy la que mata la inspiración! —me rodea con sus brazos y de una manera seductora me acerca a ella. Algo me dice que hoy nos vamos tarde.

—Tú siempre matas mi inspiración y yo no me quejo.

Voy a besarla cuando un golpe en la puerta nos hace ver al mismo tiempo en esa dirección. Alex se separa de mí depositando un último beso en mis labios, sonrío y camina hacia la puerta, yo no puedo evitar ver como esos pantalones oscuros se le ajustan más que bien, y es que entre más le hago el amor, más ganas me provoca.

Por su voz me doy cuenta que la que está del otro lado es Stefanie, no pongo atención a lo que están hablando por estar concentrado en hacer esta mierda funcionar, es traumático querer marcar una m y se marque una g, recibo mensajes y todas son llamadas de David y del número de Brittany ¡Esta mujer es un dolor en el.... No voy a mencionar esa palabra porque en mis pensamientos yo soy un caballero.

—Alex, préstame tu celular que al parecer este aún está aturdido por el golpe —camino hacia Alex, ella y su hermana miran en mi dirección —Hola Stefanie. ¿Cómo sigues? —observo un moretón bien feo en la comisura del labio de Stefanie, que poco hombre es ese tal doctor.

—Bien, gracias —contesta, mientras Alex busca su celular en uno de sus bolsillos.

—La próxima vez piensa mejor lanzar tu celular contra la pared —me dice seriamente mientras me extiende el celular.

—Fue tu culpa. ¿Para qué me descontrolaste? —Alex ríe y Stefanie nos mira frunciendo el ceño.

Me retiro a llamar al maldito de David, por suerte no es nada urgente ni serio, y es que con eso de su nuevo matrimonio me es difícil no burlarme. Una vez listo todo y el chofer confirmándome que ya está a la espera de nosotros en el aeropuerto antes de salir de la casa, la abuela viene a paso rápido con un pastel, brownies, donas, enserio que con esta familia me engordaría, ella abraza a Alex y suena su nariz en un pañuelito.

—Si encuentras un muchacho guapo para mí en Nueva York me lo mandas —dice tan seria, yo no puedo evitar reír ¿Por qué no me mandaron esta señora a mí como abuela? Yo con costo he visto a mi abuela dos veces en toda mi vida y a la otra ni siquiera la llegué a conocer. La señora Alicia viene corriendo sonando sus zapatos de plataforma contra el piso de madera, se abalanza sobre Alex y casi hace que caigan de espaldas.

Casado con mi secretaria © (Borrador de la 1era edición - 2016)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum