017 ✧ Día recreativo

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Alec volvió al Cayo irse, coincidiendo así con el comienzo de las clases

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Alec volvió al Cayo irse, coincidiendo así con el comienzo de las clases. Aunque ese hecho a Rosie no le interesaba demasiado, si le llamó la atención que él confirmara que la noticia de su relación con el Vulturi se esparció a cada residente del castillo.

—Felicitaciones —dijo con aire burlón por quinta vez en el día.

La vampiresa puso los ojos en blanco y anduvo más rápido por el pasillo entre dos edificios de clases, pero el chico no dejaba que se escapara fácil.

—Vamos, ¿no estás feliz de haber logrado estar con la persona que te gusta?

—Si, pero es incomodo que estés todo el tiempo recordándolo mientras me diriges miradas "cómplices".

—No aguantas nada —bufó.

—Callate, Alec —lo empujó, en el proceso notando como Stella se acercaba—. Te dejo.

—No, oye... —empezó a decir, pero Rosie saludó a su amiga y lo abandonó rápido diciendo "Lo mereces" por lo bajo.

Fue hacia donde tenía el auto estacionado, siempre en silencio festejando que ya pudiera conducir, y casi paró su caminar cuando vio que Seth, Leah y Paul la esperaban.

Gracias a Jacob, un metamorfogo que Bella tiene de amigo desde que era humana, ella y Will conocieron al exclusivo grupo de La Push. El olor que estas personas tenían no era nada agradable para su olfato, pero el que fueran lobos era lo que más los alejaba de ellos y hacia que se fuera siempre que alguno venía... Hasta que llegó Seth. Era completamente diferente al resto de sus compañeros, aunque no conocía a muchos de estos, e inmediatamente llegó a su corazón con la brillante personalidad que poseía. Más que un maligno hombre lobo, él era un juguetón y cariñoso cachorro que simplemente no podía ignorar.

—¡Hola! Qué inesperado —acortó la distancia—. ¿Cómo estas?

—¡Bien! No queriendo volver al colegio, pero no queda otra opción —se encogió de hombros—. Creo que ya los conoces, pero él es Paul y ella mi hermana Leah.

—Hola —saludó con pocas ganas, porque eran los que más descontentos estaban con los vampiros.

—¿Podemos irnos? —preguntó Alec al llegar—. Quiero sacarme los lentes de contacto.

—Si, ¿vienen? —ofreció no sabiendo si eso era correcto o no.

—Seguro —aceptó Seth de inmediato, su hermana guardándose las palabras que indicarían que era una mala idea.

—Bien, suban —movió la cabeza para que la siguieran, Alec enseguida ocupando el puesto de copiloto.

—¿Esto es tuyo? —preguntó el joven hombre lobo con notable sorpresa, y hasta Paul chifló por lo bajo.

—Si, me lo regalaron cuando aprendí a conducir. Me gusta, pero es algo llamativo.

—¿Puedo conducirlo? —inquirió Seth mientras ella iba al asiento principal.

𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀Where stories live. Discover now