019 ✧ Vínculos

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Cuando el sol barrió el manto de oscuridad y se llevó las estrellas, Rosie y Cayo dejaron las actividades en la cama para darse un verdadero baño

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Cuando el sol barrió el manto de oscuridad y se llevó las estrellas, Rosie y Cayo dejaron las actividades en la cama para darse un verdadero baño. Limpiaron sus cuerpos de cualquier suciedad y se vistieron, la femenina no sabiendo como enfrentar al vampiro por la pena.

—¿Estás bien?

La mano del Vulturi le rodeó la cintura antes de besar un costado de su cabeza, provocando que un escalofrío la recorriera por ese lado tan dulce y atento del usual reservado, frío y serio vampiro.

—Si, solo... No sé como actuar —confesó tímidamente, a lo que él asintió.

—Ya te acostumbrarás, perros viejos como nosotros pueden aprender nuevos trucos —amagó a sonreír—. Mientras tanto, vayamos con tu familia. Ayudará a que te olvides y relajes.

—Quién diría que no me casaría virgen —suspiró con cierta diversión, pero eso pareció tensar a Cayo—. No lo decía como una indirecta para ir al altar.

Él negó al en su mente estar cruzando otro tipo de pensamiento.

—¿Acaso te apuraste por mí?

—¿Cómo? —se confundió—. Lo hice porque quería. El tiempo ha hecho que deje de seguir mis enseñanzas arcaicas, aunque eso no evita que las recuerde para comparar y notar lo mucho que he cambiado.

—Comprendo —asintió, en su aura notándose que esas palabras lo calmaron.

—¿Qué te preocupaba?

—Haber hecho las cosas mal, molestar tus creencias, forzarte o...

Rosie sonrió y se acercó a darle un beso mientras le acariciaba el brazo.

—Nada de eso. Estamos juntos con o sin un anillo en nuestros dedos, me quieres y eso es lo único que me importa.

—Te amo —dijo con seguridad.

Los rojos ojos conectaron con los dorados, la intensidad y verdad que se transmitía en ellos provocando que a Rosie se le debilitaran las piernas.

—¿De verdad? —preguntó frunciendo ligeramente el ceño—. ¿A mí?

—¿No lo he demostrado en todo este tiempo? —agarró su rostro y los acercó—. ¿Acaso no se nota en la forma en que te trato, te hablo, te toco o te miro? Me tienes por completo, y no hay vuelta atrás.

—A veces sigues pareciendo una fantasía —susurró cerca de sus labios—. El Vulturi que parecía inalcanzable y frío como un tempano, ¿realmente está conmigo?

—Suelo mantenerme en eje, pero eso no significa que mis sentimientos por ti sean pocos, falsos o nulos. Trato de demostrar lo importante que eres de la mejor manera posible, incluso si eso no es suficiente —juntó sus frentes, inevitablemente las narices de ambos rozándose por la cercanía.

—Lo es, tus esfuerzos son notados —aseguró—. El problema soy yo, que me retengo de a confiar en esos gestos por el temor de que todo sea falso.

𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐀Where stories live. Discover now