Él

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El paseo que había desde mi casa al parque era notable, unos quince minutos andando a paso rápido, mi paso. Aún notaba chorrear ese líquido espeso de mi brazo, pero seguía con la venda puesta.

Los árboles eran altos y delgados, igual que la descripción que gritaba mi hermana cada vez que le preguntaba porque no comía, cada vez que vomitaba solo por el simple hecho de haber probado un trozo de manzana. ¿Por qué era así? ¿Por qué se tenía que hacer daño de esa manera?

Cortes.

Sangre.

Vómitos provocados.

Comida sin masticar.

Beber hasta perder el sentido.

Llegar a las tantas de la noche, si llegaba.

Las pastillas de cinco en cinco.

Y no nos olvidemos del odio que se tenía, no se sabía si a ella o al mundo entero.

La palabra infierno era corta para su vida. Aunque le gustaba definirla como su dulce infierno rojo. Le gustaba estar ahí, al pie de la muerte, sin morir, porque sufría más. Era tremendamente masoquista y tremendamente inútil, para mí. Solo me causaba problemas, yo vivía por y para que ella viviera, para cuidarla.

Mis auriculares puestos y mi realidad fuera. Andar sin correr y la acera pisando fuerte a cada paso. Llegaba tarde, pero odiaba el tener que esperar y como no sabía si él ya estaba allí, prefería ir lentamente, con calma.

El barrio no era feo, aunque tampoco bonito. ¿Cuál era la descripción de bonito? ¿Hierba verde y flores? Entonces no era bonito. Era el típico barrio de toda la vida, ese que nadie que pasaba con el coche se fijaba, y si se paraban a mirar era porque algún adolescente se estaba pegando con otro. Un barrio "familiar", nótese la ironía.

El asfalto color gris y mis Vans del mismo color, hacían una buena perspectiva desde donde miraba yo. Me gustaba caminar mirando al suelo, era costumbre desde pequeña.

Un silbido se escuchó en la calle abierta que me encontraba, y sin reconocer el portavoz de este, seguí con mi camino. De nuevo el molesto ruido creado por un niñato de ciudad. Estaba harta de gente así. Me giré y no había nadie. Fruncí mi ceño y seguí por donde caminaba, esta vez con un paso más ligero logré llegar al sitio de quedada. Como era predecible, no se había presentado, no aún.

"Tell me pretty lies.

Look me in the face.

Tell me that you love me.

Even If is fake,

Cause I don't fucking care,

The all. "

Una de mis canciones favoritas sonaba en mi reproductor, era irónico como se asemejara a mi realidad. Y eso era lo que más me gustaba, como me identificaba en ella, incluso no refiriéndome al amor.

Unos pasos cerca de mí hicieron que me diera la vuelta, así identificando al proveedor de esos sonidos chirriantes. El chico se extrañó de verme allí, como si no hubiera quedado con él.

—¿Qué pasa? —Pregunté fijando mis ojos claros en los suyos más oscuros. Tenía unas largas pestañas negras.

—Hola. —Saludó dejando esa extraña mueca y dándome un abrazo totalmente inesperado para mí. —¿Estás bien? —Preguntó cuando me dejó respirar con normalidad, apretaba demasiado sus brazos alrededor de mi cuerpo.

Asentí con unos ojos acuosos por recuerdos que prefería no recordar y le miré serenándome de nuevo.
Carraspeé la garganta y le pregunté a él esta vez. Miquel me hablaba de todo. Desde lo que había comido esa misma mañana para desayunar, hasta lo que les sucedió cuando sus padres murieron en un accidente de tráfico, yo le hablé de mi hermana y de mis gustos. Coincidíamos en bastantes cosas, sobretodo en música.

—No creo que The Neighbourhood sea mejor que Arctic Monkeys. —Dije frunciendo el ceño algo molesta. Me encantaba sus canciones, la de los dos grupos, pero Arctic Monkeys siempre sería Arctic Monkeys para mí.

—No digo que sea mejor o peor. —Comenzó a argumentar. —Simplemente confirmo que Arctic Monkeys es una mierda. —Aclaró.

Mi cara de sorpresa y esa mueca de desagrado hizo que se comenzara a reír en mi cara. Su risa era contagiosa, y por más que intentara aguantar la risa y hacerme la ofendida, simplemente no podía. No con él.
Había algo, algo especial. Ese algo que solo lo notas con algunas personas, esa conexión que raras veces sucede, y más con personas del otro sexo.
Me sentía extraña hablando con él, porque parecía que lo conocía de años, y en cambio solo lo había visto una vez, y no demasiado bien.

—Te acompaño a casa. —Habló nada más levantarse del asiento para despedirse.

—No. —Negué escuchando sus palabras convincentes. —No. —Repetí después del puchero de niño pequeño que creó con los labios. Otro no, esta vez menos serio, salió de mi boca, acompañado de una sonrisa tonta y de otro puchero por parte de Miquel. No es que no quisiera que él me acompañara, es que mi sentido común me hacía pensar. Y no era muy adecuado que alguien que acababa de conocer supiera donde vivía.

Porque eran ciertas las palabras de mi hermana:

"La sombra te abandona en cuanto aparece la oscuridad. "

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¿Os está gustando la historia? ¿Creeis que voy rápido, lento, bien? Ya nadie comenta:( y me encanta que me comenten:(

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¿Os está gustando la historia? ¿Creeis que voy rápido, lento, bien? Ya nadie comenta:( y me encanta que me comenten:(.

En realidad sólo llevo como 5 caps reales porque la mitad son como pequeñas descripciones de Red.

Kisses --Wxnder Xx

Pd: Dar locas teorías que me encantan♥

Pd II: shippeais a Miquel y Margaret? Las dos M?

Pd II: shippeais a Miquel y Margaret? Las dos M?

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