Tic Tac

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Tic Tac;
Acaba con ellos.

El olor a hospital tampoco era tan malo. No era lo mejor del mundo, pero tampoco lo peor. Todo el mundo estaba obsesionado con el "olor a hospital me recuerda a la muerte de mi x pariente", tonterías. A mí no me recordaba a nada, simplemente a hospital, lo que era.

—¿Estás bien? —Preguntó aquella chica de melena castaña y ojos color miel que estaba enfrente mío.

—¿Porqué debería estar mal? —Contesté con otra pregunta. No entendía lo que hacía allí.

—Te ha dado un ataque de pánico ¿No ves razón suficiente? —Respondió recolocándose las gafas en el puente de la nariz y mirando su libreta vacía.

—No ha pasado nada en especial. —Dije alzando los hombros con indiferencia, y en cierta manera era cierto, estaba acostumbrada a Red y sus "juegos".

—¿Entonces porque estás aquí? —Siguió con las típicas preguntas que hacían los psicólogos.

—La verdad es que no lo sé. —Respondí casi sinceramente. —No sé de donde sacan el dinero mis padres para este "lujo". —Dije evitando su mirada y alzándola al techo. Era blanco, demasiado típico para ser verdad.

—La primera sesión es gratis, y más si viniste en esas condiciones ayer al hospital. —Respondió con tranquilidad y una sonrisa. —Sé que sabes el porqué de esto, simplemente hazlo fácil y dilo. —Siguió hablando con un tono de voz que no supe diferenciar. Parecía que estaba nerviosa, y eso que yo no sabía nada de analizar a las personas, pero con el tiempo y la experiencia algo se aprende.

Tic Tac;
Sé quién eres.

—¿Está nerviosa? —Pregunté mirándola fijamente, y hablando con cierto tono con dobles intenciones. La castaña negó la cabeza y escribió algo en la libreta, algunas palabras que no pude ver. —¿Qué escribe? —Pregunté intentando diferenciar su letra.

—¿Tienes problemas con tus padres? —Ignoró mi pregunta y siguió con su trabajo. Negué con la cabeza no muy convencida y siguió hablando. —¿Puede que en el colegio? —Parecía alguien responsable, que siempre cumplía con su objetivo y su trabajo, y su objetivo era sonsacarme información, pero yo no era tan fácil.

Tic Tac;
No te dejes influenciar.

—¿Cree que esto acabará algún día? -Pregunté entre un largo suspiro de cansancio. —¿Cree que me dejará descansar esta ansiedad? —Volví a hablar con algo de tristeza en mis palabras, tristeza que ella nunca entendería.

—¿A qué te refieres? —Intentó averiguar. —¿Es sobre los ataques que te dan? —Volvió a hablar al tener ese silencio tan incómodo.

Silencio. Solo el tic tac del enorme reloj que tenía enfrente sonaba en esa pequeña habitación, del mismo color que su techo. El sillón se me había pegado a mis desnudas piernas y cuando me intenté levantarme hizo un sonido irritante para mis oídos y con un escalofrío me levanté con pereza.

—Creo que es hora de irme. —Dije observando que justamente dentro de tres minutos se acababa la sesión.

—¿Red? —Nombró a mi hermana como si estuviera respondiendo a la pregunta no formulada. —¿Cómo está tu hermana? —Volvió con las preguntas. Esta vez miré a la chica, en realidad no era fea, pero tampoco tan guapa como Red. Red tenía ese algo, esa chispa en sus ojos que llamaba la atención, ella no, yo no.

Miré de nuevo al reloj, la lentitud de las agujas en correr y el blanco fondo que no destacaba nada con las paredes. Ese tic tac me entró en la cabeza y era lo único que podía escuchar. Lo único que pensaba.

—Muerta. —Respondí esta vez cogiendo el pomo de la puerta y yéndome de la habitación con una sonrisa en la cara y un par de lágrimas de más. Con un par de pensamientos sin más.

Tic Tac;
Esto está apunto de terminar.

Red Where stories live. Discover now