[ Mess ] [ kino ] ptg

O9

—Entonces solo hay que mover este sofá para sacar la vieja cama y poner la nueva. —Hongseok explica a los muchachos que harán el trabajo pesado. —Sean cuidadosos, por favor.

Los chicos asienten y entran a mi habitación, yo solo puedo ver.

Intenté de todo en esta semana, le di vuelta al colchón, incluso lo llevé a la azotea para darle sol. Sí, lo moví varios pisos. Pero no, nada quitaba mi asco, ni el recuerdo.

—Hey—Hongseok pone su mano en mi hombro.

Lo miro de vuelta y puedo ver su amable sonrisa. Creo que trata de decirme que todo está bien. Hasta que escuchamos algo romperse dentro de la habitación.

—¡Lo sentimos! —gritan los muchachos.

—Les dije que tuvieran cuidado. —se frustra.

●

—Muy bien —dice mirando a su alrededor —todo luce en orden...

—Gracias Hongseok-ie —le digo sentándome en el borde de mi nueva cama.

Aunque igual siento asco. Porque esta cama nueva es mía, está limpia, por eso debería estar contenta y tranquila. Pero no, siento aun el malestar en mi.

—Bueno tengo que irme —se acerca y remueve mi cabello.

—¿Te quedas a dormir? —pregunto.

—Seul solo tienes una cama —recalca con obviedad. Ouch.

Él no es Kino. Kino se habría quedado conmigo.

—Tienes razón —digo poniendome de pie para acompañarlo a la puerta.

—Trata de descansar bien —dice ya fuera de mi departamento.

—Gracias por todo. —le digo con sinceridad.

Remueve mi cabello y se va.

No es como Kino, él se habría quedado.

Aunque ahora que lo pienso, ¿cómo fue que llegué a tal grado de confianza con Kino?

Ah, claro, mejores amigos eh.

—Basta de estar de estúpida —me digo al cerrar la puerta. —No lo necesitas. Puedes estar bien por un rato. Además estas enojada tonta. —me regaño.

Camino a la habitación y me tiro en la cama con los brazos abiertos. Siento el cómodo material nuevo. Huele a nuevo. Mi olor favorito ahora ya no está en mi habitación.

Quizá por la misma razón no siento la comodidad que el vendedor me prometió al hablarme de esta cama.

Quizá sea la razón por la que ya es pasada la media noche y espero que venga y me pida perdón.

"Sal y no vayas a volver por la noche diciendo que lo sientes."

Yo fui la que le dijo que no regresara en la noche. Yo fui la que le dijo que saliera con toda su mierda de mi vida.

Pero, ¿qué más podía hacer? Estaba enojada, disgustada, decepcionada y por demás lastimada.

No dijo nada y se fue. Se fue.

¿Le costaba mucho pedir perdón? ¿Prometer que no lo iba a hacer de nuevo?

¿Le ha costado tanto recordar que aún sigo sola en mi departamento?

Mira que los sentimientos son raros. A un momento odias de todo corazón a alguien. Lo insultas, lo lastimas y nada importa en ese momento.

Pero pasado el enojo, llega la culpa. El sentir que dijiste algo de más, algo que si hirió. Pero ese era el propósito, ¿no?

Puede que sí, puede que no.

—Pero no importa. Esto ya fue demasiado drama. Siento que tengo mucho tiempo libre. Sí es por eso, de otra manera no estaría pensando tanto en esto. —me digo enterrando la cara en las nuevas almohadas.