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—Llegamos. —susurra Kino en mi oído.

Me estiro como gato en el asiento trasero, Changgu y Hongseok están bajando las maletas mientras Shinwon parece niño emocionado saltando en la arena.

—Gracias —tallo mis ojos, creo que me dormí todo el camino.

Salimos del auto, y ya veo porqué Shinwon salta emocionado. ¡La playa está preciosa! La arena, el sol, el olor a agua salada. Todo se ve perfecto. Me giro y veo la casa de Shinwon. ¡También es perfecta! Este fin de semana va estar perfecto.

—¡Shinwon, está genial! —me tiro en su espalda y lo abrazo.

—¡Lo sé! Tengo como mil años de no venir aquí. —pasa mi cuerpo a su lado y descansa uno de sus brazos sobre mis hombros.

—¡Tomemos una foto! —dice Changgu emocionado sacando su cámara. Llama a los demás en gesto y coloca la cámara sobre el vehículo y corre a nuestro lado, el flash aparece y es señal que tenemos nuestra foto del primer viaje.

Son al menos las 8am. Salimos en la madrugada para poder aprovechar al máximo el tiempo, así que hay que preparar la comida. Actividad que haremos entre todos, quizá sobrevivimos.

Entramos a la casa y el interior es muy lindo. Paredes blanca y una celeste cielo, un aspecto tan relajante, muebles de madera y electrodomésticos casi nuevos, tienen apariencia de no usarse muchos, lo que es comprensible porque con tal vista hermosa a la playa nadie desea quedarse dentro de la casa y perderse la diversión real.

—Los cuartos están en la segunda planta —dice Shinwon.

Comparto una mirada con Changgu y salimos corriendo. Abrimos las puertas y examinamos rápidamente el interior. Solo una habitación con una cama, las demás son con camas dobles, además de una habitación matrimonial que será ocupada por los padres de Shinwon cuando lleguen mañana.

—¡Pido la individual! —Hongseok se encierra en dicho lugar.

—¿Qué? —Changgu me ve pálido —No lo vi subir. Demonios.

—¡Ya vas a ver Hongseok! —suelto mi maleta en el suelo. —Yo quería la habitación sola.

Changgu pone su mano en mi hombro y me trata de consolar. —Perdimos ambos mi amiga.

Negamos con la cabeza baja.

—Campartamos nosotros...

—No se te ocurra One-ie. Comparte conmigo —Kino llega con la mayoría de maletas.

Vaya brazos trabajados los que guardan esas mangas largas.

—Eso ya lo sabía —se escucha el sonido de las maletas al ponerlas en el suelo y Changgu acaricia mi cabeza. A veces me siento como una mascota entre tanto chico. Me guiña un ojo y se va a la habitación restante.

Me giro para ayudar a Kino pero el sube su mano a mi cabello y acomoda los cabellos que Changgu alborotó. —Vamos a dormir juntos —sonríe inclinando su cabeza a un lado y sin mostrar los dientes.

—Ya sabía —arrugo la nariz y tomo mis maletas.

El desayuno salió bien, nadie enfermo y nadie lastimado, así que solo queda empezar a disfrutar la playa. Es por eso que estoy cambiando mi ropa a un traje de baño. Y no, no uno de esos fabulosos donde las chicas se ven preciosas en dos piezas; este es una sola y de color negro. Es simple y bonito, hace que mis pechos no se salgan de su lugar y los tirantes que se cruzan en un triángulo que se une con los delicados tirantes por encima de ellos se ven bien, y como no soy tan segura de mi para usar solo este lindo conjunto uso un short (que también ayuda a cubrir las imperfecciones de mis caderas, esas molestas marquitas producto de subir y bajar de peso).

Termino de abrochar mi short y la puerta se abre.

—Ae, ¿ya está... —Kino deja de hablar y examina mi cuerpo. Creo que fue una mala idea este conjunto. Hubiera optado por una blusa y el short, quizá no me veo bien en leotardos, aunque solo parece una blusa alicrada por dentro de un short.

—¿Me queda mal? —me giro al tocador y veo como el conjuto se ajusta a mis pechos y mi cintura. ¿Perdí peso?

—Para nada. —se ubica detrás de mi y me ve a través del espejo. —Siempre estás hermosa.

Me toma por los hombros y sonríe. Le sonrío de vuelta y me miro nuevamente al espejo.

—Basta de ver tu cuerpo. Te ves hermosa. —me gira y coloca su mano en mi mejilla. —¿De acuerdo?

No digo nada. No hay mucho que decir. Kino siempre me ayuda con mis problemas de autoestima, las inseguridades de una chica parecen tener una solución tan simple para él.

—¡Ya vámonos! —grita Shinwon desde la planta baja.

Sonreímos una vez más y bajamos con los demás.

Estas son las cosas por las que extrañé a Kino durante este tiempo. Siempre sabe que decir, es amable con la mayoría de personas (cuando no se enoja o molesta con alguien), se puede conversar por horas sobre música, se puede esperar en silencio en una sala de hospital antes que te den la noticia que menos quieres y se va a quedar durante la noche entera consolandote, puedes llegar a odiar que tu familia lo ame más que a ti (aunque al principio hubieran estado en contra de que un chico pase tanto tiempo contigo), pero en estos cuatro años de amistad, lo más importante ha sido que sea como sea funcionamos juntos.

¿A qué me refiero? Desde que nos conocimos en la reunión informativa del colegio eramos un desastre. Él estaba perdido y yo daba direcciones a los asistentes aun siendo yo una nueva alumna; pero eso no le importó a mi madre para pedirme hacerle el favor a la vecina. Kino se acerco a mi y preguntó por la sala principal y el susto me provoco botar todos los folletos, por suerte era una hora antes del evento, así que pensó mucho si ayudarme o quedarse riendo pero solo recogió tres o cuatro,  para ese entonces yo incluso ya me había levantado del suelo.
Me preguntó si era de años mayores, terminé confesandole la historia de la vecina y el se compareció de mi. Al final recorrimos las instalaciones hasta llegar a recordar cada parte.

Y esos solo fueron los inicios.

—¡Hey! —doy un respingo en mi lugar, ¿tan pronto llegamos a en a cercanía del mar?

—No me salpiques Changgu —empezamos una guerra mutua tirandonos pequeña cantidades de agua salada con los pies.

—¡A veeer! —soy levantada del suelo y cargada como saco de papas por Kino.

—¡Bájame, gigante! —y no miento, siento que estoy metros arriba del suelo. Pero en lugar de seguir lo que yo mando, me hace bajar mi estómago de su hombro y quedar frente a frente con mis piernas enredadas en su cintura.


Me sonríe picaramente y se que lo que sigue es malo. Me aferro a su cuerpo como so mi vida dependiese de ello. Que básicamente es el caso, en vista que no se que piensa hacer.

—Yah, no te haré nada —dice en mi oído y da unos pasos más dentro del agua. —Va en serio.

Desentierro mi rostro de su cuello y le veo sonreír. Que es lo último que veo antes que me tire al agua. Sin tiempo de gritar o hacer algo siento mi cuerpo ya sumergido en el agua, me las va a pagar.

—¡Idiota! —es lo primero que logro decir una vez fuera del agua. Mientras Kino se parte de risa, por detrás se ve a Shinwon preparando lo que parece ser mi venganza.

Shinwon se tira sobre Kino y ambos cae al agua.

Este fin de semana empieza a tomar forma.

◈◈◈◈◈

¡Holaaa!

Gracias por sus comentarios.


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