[ Mess ] [ kino ] ptg

e n d

Creo que la cabeza aun me duele de los gritos de mamá por no informarle a tiempo que estaba en una relación con Kino.
¿Cómo sucedió? Gracias a Kino.

Llamó a su madre en busca de un consejo para celebrar que cumplimos un mes más de estar juntos, a lo que su madre también cantó miles de aleluyas por nuestra relación, el problema fue que compartió la información con mamá.
Así que en este bello fin de semana, estamos preparándonos para ir al jardín y aceptar todas las preguntas que tengan, está por demás decir que van a ser miles.

Cuando mamá se enteró, por boca de la mamá de Kino, puso el grito en el cielo, se enojó porque no le habíamos contado que estábamos saliendo, pero luego hizo lo que esperaba; llamó a papá y a mi hermano. La verdad nunca he sido muy comunicativa en cuanto a mi vida amorosa y menos con mamá y sabiendo que iba a sobre reaccionar, decidí ocultarlo un poco, pero no funcionó.

Todo fue abrazos, risas y amor hasta que vinieron un par de amenazas hacia Kino por parte de los hombres de mi familia, también mi hermano le dio muchos condones y yo me llevé una charla sobre la virginidad y su importancia de llegar pura al matrimonio. Un tema muy gracioso, a esta altura de la vida y la relación que actualmente celebramos.

La puerta de mi antigua habitación se abre dejando pasar una mano y una rosa.
Sonrío porque sé quién trae la rosa para mi.

-¿Vamos? -pregunta Kino abriendo la puerta por completo.

Guapo. Completamente guapo como siempre.

-Antes celebremos nosotros. -corro a él y me atrapa en el camino.

-Gracias por estos ocho meses. -me levanta del suelo y enredo mis piernas en su cintura. Me abrazo a su cuello y le sonrío, me devuelve la sonrisa son esa carita de niño que tanto me gusta.

-Gracias a ti. -beso su mejilla.

-Ocho meses y eso es lo que obtengo. -se queja inconforme.

-¿Quieres que no te de nada?

-No. No. -niega con seriedad. Su cara se ilumina con una idea. -Pero -su voz baja al menos dos octavas. -Podríamos celebrar de otra manera. -se acerca a mi oreja y muerde el lóbulo.

-Hyung-gu... -tomo la parte trasera de su cabeza. -Si me dejas marcas mi papá te va a disparar. -le recuerdo.

-Está bien. -me deja en el suelo a regaña dientes. -Pero... ¿en serio tenemos qué hacer esto?

Estoy por responder cuando el no tan delicado grito de mamá llega a nuestros oídos.
No es que hayamos querido salir en secreto, pero sabíamos que iba a pasar. Y es por eso que antes de salir de la habitación tomamos una profunda cantidad de aire, lo vamos a necesitar.

Al llegar al jardín, no era lo que me esperaba. Esto no es una celebración de meses, parece una celebración de compromiso.

Nadie viste la ropa con la que normalmente toman el desayuno, todos están bien vestidos, incluidos Kino y yo. Yo llevo el vestido que me ha regalado la noche anterior y él lleva el conjunto de ropa que yo le he regalado, mientras mi familia y su mamá están vestidos de manera que parece que han pasado horas tratando de lucir bien.
Y por si fuera poco, han decorado. No voy a negar que la combinación de globos con helio, las flores y los manteles lucen hermosos, me encantan.

Pero henos aquí. Kino y yo tomados de las manos, parados y abrumados por lo que estamos viendo.

El flash de una cámara hace que regresemos la realidad. Intercambiamos una mirada y hacemos lo único que sabemos hacer: estallar en risas bajo la mirada de los demás. Creo que ambos estamos de acuerdo que esto es en extremo exagerado. Incluso nos doblamos de tanto reír y se siente tan bien. Las miradas que nos brindan denotan que no esperaban esa reacción, lo cual nos hace reír más.