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La confusión brilló en los ojos de Zoe mientras leía los mensajes. Ella jodidamente tenía que estar soñando esto, tenía que estar confundida o algo. Frunció su entrecejo cuando se dio un pequeño pellizco en su brazo y descubrió que lo que acababa de leer no eran fantasías, ni mucho menos que se encontraba dormida. Una chispa de temor la golpeó. Algo le decía que no todo podía estar bien.
Zoe conocía perfectamente a Justin y a Zayn. No los creía capaces de algo así. No los creía capaces de decirle tales barbaridades. Algo dentro suyo le gritaba que no podía desconfiar tan rápido en el par de hombres que hacía un pequeño tiempo atrás le habían dicho que la amaban. Ella no podía desconfiar así de rápido de sus hombres. No cuando estaban pasando por el mejor momento como pareja. Y cuando ella les había regalado un pedacito de su vida.
Marcó rápidamente el número de Justin y su confusión creció un poco más cuando la marcación se fue directamente a buzón. Zoe volvió a intentarlo pero con Zayn, sus vellos levantándose cuando el mismo buzón se escuchó. Lo intentó tantas veces que la cuenta se perdió y ella tuvo que parar. Entró de inmediato a los mensajes y estuvo a punto de enviarles un mensaje cuando vio que la conexión de los dos era de hacía treinta y dos minutos, el tiempo exacto en que el vídeo que Justin había "mandado" de las dos mujeres llegaba hasta ella.
Ella envió mensajes sin parar, uno detrás del otro, y cuando vio que ninguno ni siquiera había sido recibido desistió y se levantó con rapidez de su cama. No le dio importancia a la vieja ropa que llevaba encima, ella solo fue hasta sus viejos zapatos de charol y tomó su enorme abrigo, atracando la puerta a sus espaldas y corriendo cera arriba. Alcanzando un taxi en la esquina.
Le dio la dirección al hombre, un poco agitada y nerviosa. Sus pequeños pies golpeaban el suelo del taxi por la rapidez con la que los movía. Sus dedos de las manos dolían por meramente doblarlos. Ella sentía como su corazón golpeaba contra sus costillas con fuerza. Zoe tuvo que cerrar los ojos para tomar un respiro, y supo que fue una muy mala idea. Imágenes de Zayn y Justin gritándole llegaban a su mente. Imágenes en dónde le decían que la querían lejos. Que no valía lo suficiente. Que era remplazable. Zoe sintió como su pecho se oprimió por el dolor. Tuvo que tomar rápidos respiros tratando de calmarse.
-¿Se encuentra bien, señorita?
Ella abrió sus húmedos ojos y miró hacía el espejo retrovisor, encontrando la mirada preocupada del hombre. Ella le sonrió, trató de hacerlo mientras asentía y lo logró. El hombre le sonrió de vuelta y asintió y volvió a mirar hacía al frente.
