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Confundida Zoe se agachó hasta su perro y lo acarició detrás de las orejas, susurrándole. Ella no tenía ni la menor idea de que estaba pasando, pero lo que sí sabía era que Lukas no estaba ladrando nervioso, sino por otra razón que ella no entendía. Al alzar la mirada lo primero que vio a lo lejos fue una camioneta negra que le puso los nervios de punta al reconocer perfectamente a quien pertenecía. Y cuando dobló con lentitud su cuello, cayó sentada en el suelo por el susto.
Ahí estaban. Jodidamente mirándola. Zoe tuvo que respirar profundamente para no desmayarse cuando vio cómo se acercaban deprisa. Cuando estuvieron a dos pasos de ella, le fue inevitable no retroceder con rapidez, pero Zayn fue más rápido y la tomó del tobillo, deteniéndola. Zoe no entendió porque sus ojos se humedecieron. Se suponía que estaba tratando de ser fuerte y tratando de olvidarlos. No tenía por qué lanzarse a llorar a la primera.
Sus vellos se erizaron al ver como con cuidado Justin se sentaba en el piso de madera y comenzaba a arrastrarse hasta ella. Zoe tembló con muchísima fuerza cuando vio a Zayn hacer lo mismo. Joder, no. No tenían por qué estar acercándose. No estaba bien, no estaba bien para ella.
-Alto, alto. -No supo de donde había salido su voz, pero se dio cuenta de que no había sido tan fuerte como deseaba que lo fuera.
Zoe sintió un poco de alivio cuando vio cómo se detenían de inmediato. Ella no pasó por alto el temblor en Justin y el mismo temblor en Zayn. Ni mucho menos la respiración tan pesada que golpeaba en el silencio sepulcral. Ella sólo se pegó rápidamente contra la pared de la cabaña, buscando aire y tratando de llenar sus pulmones. Mierda, en cualquier momento tendría un ataque de ansiedad, jodidamente no podía permitírselo. Y mucho menos delante de ellos.
Cuando abrió sus ojos tuvo que tragar con dureza. Estaban mirándola con fijeza. Con tanta atención que Zoe sintió un escalofrío recorrerla. Y aquel conocido frío en sus manos se intensificó. Como los había extrañado. Le dolía tanto cuando recordaba el calor que le brindaban. Ella había extrañado sus besos, sus voces, sus sabores. Ella había extrañado cada pedacito en ellos. Zoe lo había extrañado tanto, que al tenerlos tan cerca quería correr hasta ellos y besarlos, pero era una mala idea. Tan mala como sus pensamientos en ese momento.
Justin estaba tan cambiado. Su cabello había crecido, tenía ojeras y cualquiera podía notar lo delgado que estaba. Estaba pálido y un rastrojo de barba decoraba su mandíbula. Y de Zayn no podía ni hablar. Estaba tan ojeroso, Zoe podía notar las arrugas de cansancio y tensión en su rostro, la exquisita barba que ella amaba de él estaba descuidada y había crecido más de lo normal. Estaban peor que ella y ella estaba hecha un desastre.
