Porque te quiero [Stiles Stilinski]

CAPITULO 04.

Emily volvió a echar un vistazo a su vestido y quiso llorar. Sabia a lo que se dedicaba Braeden pero nunca la habían atacado y ahora conoce a Scott y a su pandilla de amigos sobrenaturales y casi la matan. Con los nervios a flor de piel montó en su moto y se dirigió a su casa. Mason le había mandando un mensaje, informando que se tenia que ir a casa por una urgencia.

Tras dejar la moto en el garaje trotó hasta la entrada y aun nerviosa logró abrir la puerta. Como siempre la casa se encontraba en silencio y no había rastro de su prima. Sin tomar importancia a lo sola que se sentía decidió tomar una ducha y olvidar el horrible momento que vivió en el hospital.

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Stiles y Scott se dirigieron apresuradamente a la casa del alfa.

—Le he contado a mi padre todo lo que he podido—informó Stiles sin dejar de caminar.

Seguía pendiente el tema del asesino con hacha que había matado en presencia de Liam y Scott al chico monstruoso que había intentando matar a Emily y Melissa.

—¿Y le has hablado de Liam?—preguntó Scott.

—Apenas me has hablado de Liam—se quejó Stiles—. Aunque ¿qué has hecho con él?

—Eh... Está arriba—contestó su amigo y añadió—. En el hospital estaba la chica nueva.

—¿La chica morena cañón de la cual estoy enamorado?

Scott iba a reírse pero recordó lo asustada que estaba la chica así que prefirió no hacerlo.

—Se llama Emily y...

—¡Sé su nombre!—exclamó Stiles.

—Como sea. Le salvó la vida a mi madre cuando el wendigo la atacaba y después ella parecía estar en trance.

Stiles cambió el gesto divertido a uno preocupado.

—¿Qué tal está ella? ¿Crees que dirá algo de lo que a visto? Tendría que ir a visitarla pero no sé donde vive.

—No lo sé, Stiles, mañana cuando la vea se lo preguntare.

Ambos adolescentes entraron a la habitación y se encaminaron al baño. Scott abrió la cortina de la ducha y allí se encontraba Liam atado con cinta americana de arriba a abajo, hasta en la boca tenia cinta.

Stiles suspiró y al poner los ojos en blanco cerró la cortina.

—Así que le has mordido—afirmó Stiles al sentarse en la cama con Scott.

—Sí.

—Y lo has secuestrado.

—Sí

—Y lo has traído aquí.

—Me entró el pánico—se intentó defender el alfa.

—Ya—el humano trataba de asimilar todo lo que su amigo había hecho y no podía creérselo—. No acabáremos enterrando partes de su cuerpo en el desierto.

Los dos dirigieron la vista al baño al escuchar los quejidos de Liam.

—Para que conste por eso hago yo siempre los planes paso de los tuyos.

—Lo sé—admitió Scott—. Por eso te he llamado. ¿Qué hacemos?

Se miraron entre sí para luego sacar a un Liam atado sobre una silla y colocarlo en medio de la habitación.

—Liam vamos a quitarte la cinta de la boca si gritas te la pondremos de nuevo—indicó Stiles en modo de advertencia o por lo menos intentando sonar como una persona adulta y responsable—si hablas en voz baja estarás sin ella ¿de acuerdo?