Porque te quiero [Stiles Stilinski]

CAPÍTULO 08.

Cuando Emily abrió los ojos se quedó un poco confundida al estar a escasos centímetros de la cara de Stiles. También se dio cuenta que el chico la abrazaba por la cintura y ella misma estaba agarrada con las piernas a las de Stiles. Observó con sumo cuidado los lunares de Stiles, eran demasiados y le encantaba. Le parecía un chico realmente guapo y sus labios rosados se le hacían apetecibles. De repente frunció el ceño y dejó de pensar en esas cosas. Ella estaba con Isaac y no podía ir pensando en besar a otros chicos que no fueran su novio. Extrañaba tanto la relación que mantuvo con el beta en Francia, claro que lo hacía pero parece que la distancia no siempre lo puede todo. Él ya no estaba cuando Emily lo necesitaba y en ese plan no iban a ningún lado. Tenía que hablar con Isaac y tal vez poner fin a la relación.

Tras analizar nuevamente la cara de Stiles no se dio cuenta que él también la observaba. Ambos sonrieron sin querer. Allí, en esa habitación, justo en esa cama comenzaba aflorar nuevos sentimientos entre ambos adolescentes.

—Hola—saludó ella con una pequeña sonrisa.

—Hola—repitió él.

Stiles se preguntaba como demonios no podía estar tan nervioso teniendo a una chica como Emily a su lado.  Para él incluso sin maquillaje, una frente con pocos puntos y con el pelo totalmente revuelto, le parecía la chica mas sexy del mundo. Se separaron para ponerse de pie y dirigirse al baño como si fuera lo mas normal del mundo. No se conocían de mucho pero parecían estar cómodos el uno con el otro.

—Te traje un nuevo cepillo—dijo Stiles apareciendo por la puerta de la habitación.

—Umh gracias, a nadie le gusta ir oliendo mal—bromeó con una sonrisa.

A Stiles le parecía tierno todo lo que viniera de ella.

—De nada—dijo sin saber que más añadir.

Al estar en sus cinco sentidos comenzó a sentirse nervioso, le daba miedo actuar como un idiota delante de Emily.

Minutos después ambos ya estaba vestidos pero debían separarse ya que cada uno tenía una tarea por hacer. Claramente ese día no iban a asistir al instituto. Emily tenía que hablar con Braeden, le comenzaba a preocupar no recibir respuestas de su prima. Stiles le había ofrecido desayunar pero Emily se negó diciendo que ya había hecho mucho por ella.

—Gracias por todo, Stiles—dijo Emily cuando paró en la puerta de la casa—. Puedo invitarte a cenar un día como agradecimientos, cocino realmente bien.

Stiles sonrió.

—Me gustaría cenar contigo.

—Pues ya lo vamos viendo. Nos vemos en la comisaria.

Emily salió por la puerta pero antes de bajar las escaleras de la entrada, se giró para abrazar a Stiles con fuerza. Le dio un beso ruidoso en la mejilla y se escabulló de allí con una gran sonrisa. Scott le había traído su moto a casa de Stiles por lo tanto ya tenía vehículo. Subió a el y se marchó a gran velocidad. Mientras tanto Stiles quedó un poco impactada por el inocente beso de la chica y con una sonrisa tonta miró como se iba en la moto.

—Que sexy es—susurró para si mismo.

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Las clases dieron comienzo y Malia era la única que había asistido de su grupo de amigos. La campana sonó y así entró la profesora.

—¿Alguien ha visto hoy a Stiles, Emily, Lydia o a Kira?—preguntó revisando la lista.

Los alumnos se miraron entre sí.

—Malia, ¿sabes dónde están tus amigos?

—Podría captar su olor.

La profesora la miró sin entender.