CAPITULO 32 AYLA

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Murat estaba en la sala de su apartamento componiendo una canción inspirado en el amor de su vida pero también en su pecado oculto por tratarse de un amor prohibido

Probo su café tratando de disipar los sentimientos que tenia a flor de piel cuando el timbre sonó y fue a abrir

Su sorpresa fue mayúscula al encontrase a Ayla frente a el y con la cara roja y los ojos llenos de lagrimas.

Ella se lanzo a el y lo abrazo dando rienda suelta a su llanto contenido.

Murat representaba para ella su refugio, el lugar donde podía sentirse segura y amada, su hogar.

Mas tarde Murat le dio una taza de te y sentó frente a ella para preguntarle

—Que sucede Ayla, porque llegaste así, aun estas temblando

—Tuve una discusión con mi padre- confeso con dolor

—Imagino que nada que no se pueda arreglar- indico el, creyendo que era un berrinche propio de su adolescencia, porque si algo le había demostrado Ayla que a pesar de su personalidad dulce también tenia un fuerte carácter.

—Si crees que comprometerme a los 15 años sea algo sin importancia- puntualizo con rabia, molesta por su actitud

Murat casi se infarta al oír eso, era absurdo, eso no podía ser. Ayla no podía casarse bajo ningún término. Ademas Ayla era muy joven para que la comprometieran con alguien, es algo con lo que el no estaba de acuerdo bajo ningún concepto y aceptaría.

—¿Quien te dijo eso?-pregunto

—Mi prima Elif, me dijo que yo estoy comprometida desde hace meses con el hermano de su novio, que es un tipo grotesco que me triplica la edad.

—Así que confrontaste a tu padre

—Lo acabo de hacer –reconoció.

Murat se lleno de rabia e impotencia cuando una vez mas las tradiciones se anteponían ante el amor y bienestar de una persona. Pero estaba decidido a que eso no le pasaría a Ayla, no a ella, su luz y el ser más importante en su vida.

—Ayla no dejare que te cases, si es preciso hablare con tu padre.

Ayla esbozo una sonrisa ante sus palabras, porque Murat siempre la cuidaría y protegería pero tenia que reconocer que esta vez ni el podría hacer nada.

—Mi padre me dijo que dio su palabra que ahora no puede retractarse, te das cuenta Murat van a hacerme lo mismo que le hicieron a Hana y yo no quiero, no quiero casarme, yo quiero poder estudiar, quiero conocer el mundo, quiero ser doctora.- Murat la atrajo a su pecho y la consoló cuando ella volvió a explotar en llanto

—Ashraf no lo permitirá- indico el con convicción

Hana se separo y cuestiono:

—Hablas de mi hermano quien obligo a Hana a casarse con el para lavar su honor- repuso ella con ironía, sintiéndose totalmente perdida.

—El ama a Hana- dijo en defensa de su amigo y negándose a creer que Ashraf permitiría aquello- y el te ama a ti.

—Lo se pero para los hombres de mi familia el honor y la palabra son muy importantes, que haré Murat, llévame contigo lejos por favor.

Aquella petición lo descoloco por un segundo, pero si Ayla era obligada a casarse sin su consentimiento el no dudaría en tomarle la palabra y que pasara lo que tenia que pasar, que Ashraf lo odiara y el deshonor cayera sobre el y su familia.

—No eso no es la solución- expreso en voz alta, pero ya claro en lo que haría, pero antes debía agotar otras alternativas, entre ellas hablar el personalmente con Ashraf y agrego- pero ya pensaremos en algo. Ahora limpiemos esas lagrimas, Ayla no me gusta verte sufrir, me parte el corazon, si fuer a posible, me cortaría un brazo o me arrancaría el corazon si pudiera canjearlo para evitar todos esto.

La atrajo a su pecho y ella angustiada pregunto:

—Murat si mi padre mantienes su posición de casarme con Abdul ¿Qué haré?

—Sabes que yo no lo permitiré-respondió con aplomo.

—Pide tú mi mano, cásate conmigo Murat- le pidió

Murat trago en seco.

—Que dices Ayla- cuestiono

—Es la manera de salvarme-puntualizo ella.

Murat guardo silencio por unos segundos y entonces señalo:

—Crees que Ashraf lo acepte

—Lo aceptara porque sabe que tu lo harás para salvarme

La idea aunque descabellada por día ser una solución, el lo haría por ella, y la dejaría estudiar, realizarse como mujer, no la tocaría pues seria un matrimonio por conveniencia pero y ¿si Ayla se enamoraba mas adelante?, ¿podría el renunciar a ella?

Por ahora descarto esa idea y planteo:

—Esa no es la solución Ayla y no hables de matrimonio a tus 15 años, tu quieres estudiar ¿cierto? Ser doctora, y quiero que seas doctora porque un día tu me salvaras la vida

—No digas eso,a ti jamas te pasara nada, nunca, no lo permitiré, eres lo mas sagrado para mi, si te lastiman yo lastimo, si te tocan un solo cabello matare.

—Murat tu no-negó sintiendo una punzada de dolor en su pecho- tu no puedes lastimar a nadie, no es tu esencia, tu eres bondad.

Pero Murat tenía un límite, para el, el límite entre atravesar el umbral de la luz y la oscuridad era Ayla.

—Si me ponen a prueba contigo te juro que sacaran mi peor esencia, a la bestia que duerme pero cuando es herida aprende a lastimar.

Ayla con los ojos llenos de lágrimas por sus palabras que dolían y escocían su alma negó una vez más:

—No lo harás jamas y hablemos de cosas malas, una vez dijiste que yo era tu luz, seguiré siéndolo para que nunca el mal tenga cabida en tu corazon.

Murat ahueca su rostro y se pierde en sus ojos café.

—Ayla eres el ser mas puro que existe y confió en que Ashraf hará algo, pero el no permitirá que te casen, yo tampoco, ¿confías en mi?

—Mas que nadie en el mundo-acordó echándose en sus brazos, porque alli era el único lugar donde podía sentirse segura, confiada y completamente feliz.

Ayla subió a la habitación de Murat para ir al baño y refrescarse la cara y tras hacerlo, regreso a la habitacion, viendo sobre la mesita de noche una fotografía que Murat tenia de ellos juntos cuando Ayla cumplió los 15 años y Murat bailo con ella.

Su corazon se lleno de amor

Se acostó en la cama y dejo que el sueño se llevara su dolor y solo fuese sustituido por el amor que sentía por Murat Celick.

Minutos después Murat entro a la habitación pues Ayla estaba tardando mucho y la vio completamente dormida aferrada a aquella foto que el mantenía sobre su mesita, enternecido se acerco, quito la foto de sus manos y sin poder evitarlo se quedo un rato observando a esta niña que era lo que mas amaba porque ella en medio de su oscuridad representaba su luz al final del túnel.

HANA, EL REGRESODonde viven las historias. Descúbrelo ahora