El enigma de Melody

28# Pesadilla

Habíamos tramado un plan pero aún tendría que pasar la noche en este horrible lugar, Kendel vendría a por mi por la mañana cuando todos estuvieran durmiendo.

Empezó a oscurecer y se acercaba  mi noche de espectáculo o al menos así lo denominaban. Me ordenaron ducharme y ponerme tan solo un vestido ajustado y brillante, con el que me sentía incómoda y avergonzada.

Baje rápidamente las escaleras y me sitúe en la fila donde se encontraban todas las chicas. Se acerco a mi el hombre de ojos pantera y con su expresión salvaje me intimidó lo suficiente como para que me viera forzada a apartar la mirada. Me obligó a subirme más aun el vestido y me dio un bofetón.

Fue en esa misma fila donde encontré los rostros  de Ariana y Gloria, sus miradas eran huidizas y su aspecto enfermizo. No podía imaginar que la señora Mery fuera capaz de hacer algo tan sucio, aunque se lo merecieran, mi mejor amiga no hubiera querido que su madre actuará de tal modo .

Comenzó el espectáculo y nos habían ordenado subir a bailar  a la barra situada en el escenario por turnos . Las chicas iban cediendo su turno a la siguiente y pronto me tocaría a mi ; sentía que no podía hacerlo y cuando dijeron mi nombre mis piernas no funcionaban, mi cuerpo no quería avanzar. Entonces la chica que estaba detrás mía me empujó, sin darme cuenta estaba ahí arriba con innumerables ojos puestos sobre mi cuerpo y esperando satisfacción.

Baje del escenario llorando sin límite y una chica me freno.

-Tienes que volver y bailar, de lo contrario te mataran. Tranquila yo se por lo que estás pasando pero por favor hazme caso o te arrepentirás, más tarde hablaré contigo tranquilamente ; Soy Suly.

-Soy Tamara. No puedo más con esto, es horrible.

-Corre Támara  , va a venir Nicolay.

Subí con fuerza y baile. Desconecte del lugar en el que me encontraba, la música controlaba mi cuerpo por completo y movía cada parte de el a su antojo. Pare y una multitud de hombres se acerco derrochando su dinero alrededor de  mis pies  ; un hombre se acerco y dejo caer levemente un billete y  al ver sus ojos desperté de aquella pesadilla.