Capitulo 6

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Ainoha

--¿Dónde se encuentra el rey, Sabrinne?--pregunte, recostada en la cama con la cabeza fuera de la misma.

--Ya averiguo señora..—dijo mi dama y se retiro de la habitación, en eso que se retira vuelve a los segundos.

--¿Tan rápido?

--No señora, solo traje a su madre, yo voy a preguntar por donde anda el rey

--Claro ve, querida

Mi madre su nombre es Asier, de unos 54 años de edad ella seguía con el espíritu de una joven de 20, me creo un poco más madura que mi madre en algunos momento, pero eso no quiere decir que no ha de ser mi mejor amiga, mi gran guardiana de secretos, la que mejor me comprende cuando nadie puede hacerlo.

--Siéntate madre mía—le hice seña golpeando la cama, ella me sonrió y se sentó, de sorpresa me da un abrazo tan cálido y lleno de fuerza, que es lo que más necesitaba.

--¿Cómo estas mi amor? ¿Como sigues?—pregunto abrazando mi cabeza con delicadeza.

--Estoy bien mamá, lo malo ya paso, solo quiero desviar el tema

--A mi no me vengas con ese chiste Ainoha, te conozco muy bien para que mientas, solo déjame cuidarte, mi amor--Luego de la última frase me desborde en su hombro.

En un abrir y cerrar de ojos, Sabrinne entro por la gran puerta de roble de mi habitación, ella se veía tranquila, parece que las noticias de Jerek no eran malas y eso me despreocupaba.

--El rey salió del reino con Thais, Si eso es todo, ¿Puedo retirarme?

--Claro, vete, gracias por la información.

Seguramente el rey se encontraba resolviendo temas del reino en las lejanías, me sentía un poco mas segura al saber que no estaba solo, y que mi cuñado lo acompañaba. Solo espero que vuelva pronto y con buenas noticias que ya bastantes malas hemos tenido.

****

Jerek

--Necesito que hagas un sacrificio para que tú puedas tener lo que anhelas—dijo Aránzazu frunciendo el ceño, y haciendo una mueca.

Lo que me dijo me dejo helado, no sabía que es lo que me iba a pedir, y si era ¿Matar a alguien? ¿Sacrificarme? ¿Dañar a algo?
Lo que menos quería era lastimar a alguien, necesitaba esto, Ainoha necesitaba esto, pero no sé hasta cuanto ella y yo podríamos arriesgarnos o sacrificarnos como dice Aránzazu.

Tengo miedo y no miento, quizás me estoy preocupando demasiado, y no sea nada. De igual manera, para esto se necesita algo grande, tampoco creo que sea una pequeñez.

--¿Jerek?—pregunto dudosa Athanas, mientras lo miraba y Aránzazu estaba sacando sus calderos y prendiendo el fuego.

--Emm… si si, disculpa, ¿En que estábamos?—¿Como pude haberme distraído así?, no quiero abusarme de su confianza, por miedo a que después no quiera ayudarme.

Thais estaba fuera de la habitación en la cual nos encontrábamos los 3, era bastante rara, llena de cuadros colgados que tenían mucho polvo, al parecer dicho lugar estaba hace varios siglos, y como no esperarlo, si ellas no mueren o eso creo, no conozco mucho de brujas.

--Bien, necesito algo parte de ti, y algo parte de tu reina, de ella será algo insignificante, un mechón de su cabello, algo simple. De ti, solo un dedo—pronuncio y me dejo sin habla.
¿Un dedo en serio? ¿Mechón de cabello?

Esto me parecía demasiado raro, no digo que perder un dedo es simple, pero pensé algo más peligroso.

--Bien, si te doy mi dedo, ¿Pero el dedo completo?—Me iba a costar mucho usar la espada, debería ir acostumbrándome.

--Solo la mitad, así no dificulto demasiado su mano, mi rey—se inclino a besar mi mano.

Algo extraño estaba ocurriendo, y no podía descifrarlo, en cualquier momento me enteraría. Por ahora estaba demasiado contento y alegre, íbamos a tener nuestro bebe. Que me cortara 3 dedos si quería, no me importa, mi felicidad es tan inmensa que quisiera ya a contárselo a Ainoha.

--¿Y cómo haré para traer el mechón de cabello de Ainoha? ¿Voy en este momento o para el siguiente día?—pregunte mirando las pócimas y líquidos de colores que tenían por ahí.

--Mañana me traes el mechón de la reina, y cuando llegues te cortaré la mitad de tu dedo. Te doy tiempo porque no se si quieras contárselo a ella—siseó desviando sus ojos.

--Claro que le diré, mañana vuelvo—me despedí de Aránzazu y Athanas, a la salida me encontré con Thais, que estaba en un rincón. Al parecer las brujas le asustaban mucho.

Lo saque de inmediato de allí, la bruja que daba escalofríos, si esa,  nos abrió la puerta.

El me agarraba fuerte el brazo, no lo iba a admitir pero se notaba el temor en sus ojos o tratar de disimularlo pero no le salía. Pobre hermano, me parecía algo gracioso, es más, me atrevía a adivinar que dicha bruja quería molestarlo porque sabía lo que producía en él, y eso era simpático.

Aquí hacían competencia haber que bruja daba más escalofríos o miedo. Y déjenme decirles que ella se llevaba el primer lugar.

--Adiós, cariño—le dijo a thais y le guiño su oscuro ojo.

Todo el camino estuvo en silencio, atravesamos Suno ya pudiendo respirar mejor, el aroma del bosque no era agradable.

Quería llegar ya a Sargoth, necesitaba contárselo a Ainoha y que se dibujara una sonrisa en su hermoso rostro.

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Nuevo capítulo
Espero que les guste...

Evie (Pausada)Where stories live. Discover now