Capitulo 20

524 61 0
                                    

Ainoha

Estaba arta, cansada de toda esta situación.
Siento odio y dolor el que no pueda confiar en mí palabra, es como una daga clavada justo en mi corazón.

Se que el se arrepentirá, pero ya será tarde, no quiero verlo por un tiempo.
Tampoco voy a hablarlo, simplemente me voy a limitar a pedirle que me lleve a "Mi" habitación.

Claro, el rey disfrutando, mientras su esposa con una panza de tamaño demencial sentada en una maldita silla.

Iba a arruinarle todo, al querer irme a la alcoba el hará lo mismo y ¡oh casualidad, el no se divertirá! Realmente lo siento, querido esposo.

Me dispuse a levantarme, con algo de dificultad, está barriga pesaba demasiado. Creo que había aumentado por lo menos 15kg.
Me sentía gorda, más bien, me veía gorda y no era algo que me gustará. Quería llegar a acostarme y descansar.

Mis pies estaban muy hinchados y mis zapatos ya me apretaban mucho.

Mire por donde pude, estaba repleto de personas y no divise a Jerek. Decidí salir a buscarlo. En eso me encuentro con Thais, totalmente alcoholizado.

--¿Has visto a Jerek?--le grito en su oído. A lo que el se toca la oreja, al parecer fue demasiado fuerte.

--No me grites, cuñadita. No sé por dónde anda ese rey tuyo.--me dice aventando sus manos por todos lados--Vamos a bailar...

¡Que, no!

No sabía bailar esos bailes formales, solo lo hice una vez y no volverá a pasar.

Me arrastro hasta la pista, y yo no sabía cómo zafar de la situación. Asique tome mi opción más absurda.

--Thais, mira, Soli viene...--dije eso y al primer movimiento me escabulli entre la gente.

Lo deje atrás y llegando al balcón del salón lo encontré a el, con su copa de vino y conversando con su prima, creo.

Los observé por unos minutos, quería escuchar que decían.

--...si, eso mismo--le decía el.

--Tienes que entender que no todo lo vas a poder tener, Jerek--¿De qué carajo le está hablando?

--Si, lo entiendo, pero yo lo quiero, necesito alejarme-- ¿Me va a dejar?

No aguante más y me animé a entrar a esa conversación. Ambos me miraron con sus ojos absortos.

--¿De quien quieres alejarte?--Pregunte mirando a los dos. El se levantó de su silla, saludo a esa mujer.

--Luego seguimos hablando, Linda.--ella en respuesta, solo asintió.

Me tomo por el brazo y me llevo a las orillas de la pista. Necesitaba saber quién era.

--¿Quien es ella?--No dude ni un segundo en preguntarle.

--Una amiga, Ainoha.--Se escuchaba cansado.

--Bien, como no vas a decirme, quiero irme a dormir--explique.

--Espera un minuto, iré a saludar a Thais...

Algo iba mal, esa mujer le había dicho algo y por eso el esta así. Quiero averiguarlo.

Me senté a esperarlo, uno de los ciervos me trajo un jarrón de vino y una copa. Me puse a observar el vino, ¿bebo o no?

Y hasta que Jerek terminé de hablar con Thais, bebería una copa.

                Una hora después

Mi cabeza daba vueltas, me sentía con deseos de vomitar todo el vino que había ingerido.

Ni siquiera podía levantarme de mi silla, mis manos temblaban.
¿Será el vino que hace estos efectos en mi?

Me sentía tan triste, recordé esa conversación, el necesitaba alejarse de mi, de nuestro hijo y ya no le importabamos.

Lo que más toco mi corazón: hablo con ella primero, antes que conmigo. Yo era su esposa, yo iba a estar en las buenas y en las malas pero para el, yo no estaba en ese cuadro.

Quería irme a dormir, bebí demasiado.

Cuando iba a decirle a un ciervo que llamara el rey, el ya venia para donde estaba yo. Así que no hizo falta.

Sin decir ni una palabra me ayudó a levantarme y llevarme a la habitación.

--¿Que ocurre contigo?--le pregunté amablemente, arrastrando mi voz por el alcohol que tenía en mis venas.

--Nada, Ainoha.

--¿Me vas a decir porque quieres alejarte de mi? Yo soy tu esposa, no esa mujer. Hicimos un acuerdo cuando nos casamos--respire ondo-- En las buenas y en las malas. Pero al parecer no confías en mí para saber qué te atormenta.

--Quizas tienes razón--llegamos a la alcoba y me dejó en la cama, tapándome--Mañana te contaré, voy al baño. Ya regreso.--Me dió un beso en la frente y salió por aquella puerta sin decir ni una palabra.

Mi cabeza dolía demasiado, pero si me dormía descansaría.

Mil pensamientos pasan por mi mente antes de dormir.
Como quisiera que todo esto se arreglará, no soportaba estar así con Jerek, distantes, secos el uno con el otro.

De un momento a otro, por la ventana entro una figura, vestida de blanco, cabello rubio, una terrorífica cara y unos ojos de color del fuego.

¿Quien más podría ser? Soli

Ya me había visitado varias noches y al saber que era ella, ya no me producía tantos escalofríos.

--¿Porque no dejas de molestarme? Le diré a Jerek--Pronuncie con algo de temor en mi voz.

Ella soltó una carcajada horrible, me miró y sus ojos se volvieron más rojos.

--Vendre por tu hijo y me lo llevaré, mi reina--Sonreía, la bruja.

--Jamás te llevarás a mi hijo, Soli. No te lo permitiré...

--No soy Soli

--No trates de engañarme, por favor--exprese de modo sarcástico.

--No soy Soli, solo soy un alma que habita su cuerpo cuando quiero hablar contigo--me señaló con su dedo horrendo, viejo y con uñas sucias.

--¿Que?

--Recuerda, Ainoha--se me acerco lo suficiente para poder oler su aliento putrefacto--Ese hijo tuyo, será mío--inquirió tocando con su dedo mi vientre. Por poco no me lo enterró.

Y ella desapareció nuevamente, tenía que hablar con Soli, ella me dará una respuesta más clara.

                     ****
Espero que les guste

Evie (Pausada)Where stories live. Discover now